Oswaldo Guillén cayó en un slump existencial por andar bateando chistes malos. En su spanglish dijo algo que tradujeron por “I love Fidel”. Los mayameros se la juraron. En vano suplicó perdón. ¿Y la libertad de expresión? Nada, en Miami no creen en CIDH ni SIP. Para demostrar su antichavismo sollozó que trabaja para la Polar. Nada. Como aquí estimamos a Oswaldo, le vamos a pedir a Chávez que envíe una carta a Miami donde certifique que Guillén lo detesta. Quién quita y le dan otra oportunidad. Hágalo por el guillotinado Ozzie, comandante.
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