“Estados Unidos es reconocido en el mundo entero y cuenta con el respeto de toda su ciudadanía porque ese es un país en el que el imperio de la ley es lo cotidiano y lo usual.”
Así lo destaca la periodista Beatriz De Majo en su nota publicada en la edición de El Nacional del 24/05 sobre el caso del terrorista cubano-venezolano Luis Posada Carriles y con ello hace más que evidente su intento persistente de vender como verdad aquello que no lo es, además de que se apuntala siempre en argucias de todo tipo y calibre para convencer a los lectores de que cuando ella dice lo que dice, no hay pero que valga, es como que si se tratara de convertir su palabra, en palabra santa.
Hace algunos meses se nos presentó en el mismo medio afirmando que Alvaro Uribe Vélez gozaba de gran popularidad (Colombia en Gotas del 11/10/04), lo cual nos generó una gran inquietud que nos llevó a solicitarle una explicación de cómo podía entenderse tan alta aceptación popular, la cual ubicaba en más del 75%, si muy pocos meses antes el antioqueño había fracasado al intentar convocar un referéndum para modificar la Constitución que apenas le exigía un mínimo del 25% de los votos y, además, porque su partido, pocas semanas después de esa consulta, había sufrido una resonante derrota en las elecciones municipales generales, las que, por primera vez en Colombia, le dieron el triunfo a los partidos y grupos de izquierda en las ciudades más importantes, incluida su capital, Santa Fe de Bogotá. Ella hizo oído sordos a nuestra inquietud y esa explicación nunca llegó.
Ahora intenta confundirnos nuevamente como si fuéramos eunucos o que, simplemente, no supiéramos leer, ni escuchar. Asegura en su nota estar de acuerdo en que “Posada Carriles merece ir a dar...al fondo de una mazmorra para pagar por los atropellos a la humanidad y a saldar sus cuentas por muchos crueles asesinatos...” y, seguidamente, se explaya acusando al presidente Chávez de ser impaciente e intemperante, porque advirtió en su programa Aló Presidente del domingo 22/05, que revisará las relaciones de Venezuela con el gobierno de Washington si Posada Carriles no es extraditado al país.
Aquí, como en el caso del “popular paisa”, De Majo recurre a la patraña de esconder hechos y realidades relevantes, como lo han sido las declaraciones formuladas por los voceros oficiales del gobierno del norte (casi todos los de la Casa Blanca y del Departamento de Estado), incluyendo al propio hermano de Bush, Jeb, el gobernador de La Florida, quienes han sostenido que los Estados Unidos tiene por norma no extraditar a ciudadanos a Cuba o a cualquier otro país que tenga estrechas relaciones con éste, de donde se infiere, sin más, que Posada no será extraditado.
Por otra parte la señora De Majo parece que olvida que para el imperio no hay ley que valga. No es cierto que respeta las leyes internacionales. Las transgrede descaradamente todo el tiempo y su único alegato para hacerlo es su prepotencia y su inmensa capacidad militar que le permite asaltar y atropellar a quien sea y donde fuere. Invadió a Irak violentando la Carta de la ONU y desconociendo, además, a su Consejo de Seguridad, quien, por leyes y acuerdos supranacionales, tiene la potestad de aprobar o no ese tipo de acciones militares y, más recientemente, derrocó al presidente haitiano Jean Bertrán Aristides, para luego secuestrarlo sin preguntarle nada a nadie, ni siquiera a la propia OEA que ha actuado casi siempre como su Ministerio de Colonias, entre muchas otras más atrocidades que se nos haría interminable intentar relacionarlas.
Sin embargo, vale la pena recordarle a la columnista el siguiente suceso de muy alta relevancia que es prueba por demás fehaciente de que se trata de un país que no acata el ordenamiento internacional público: El Tribunal Internacional de Justicia de La Haya lo condenó en julio de 1.986 a pagar una indemnización cuantiosa a Nicaragua por las miles de minas que colocó en su mar territorial durante su arremetida feroz e implacable contra la revolución sandinista durante el primer quinquenio de los años ochenta, las cuales causaron pérdidas de vidas y bienes calculados en más de 12 mil millones de dólares, demanda esa que el imperio se ha negado a pagarla, simple y llanamente porque alega, con la pistola tejana al cinto, que la Corte Internacional de Justicia “no tiene jurisdicción para conocer del conflicto y que la demanda nicaragüense de abril/84 es inadmisible...”. Para que no se hicieran conjeturas y menos aún que alguien pudiera confundirse acerca de su postura por esa decisión, el prepotente imperio dijo que se retiraba del juicio y que se negaba a participar en algún otro procedimiento referente a esa demanda.
La decisión del Tribunal Internacional se mantiene firme, pese a todas las jugarretas jurídicas y complacencias con los gobiernos del norte, de parte de los gobiernos nicaragüenses posteriores a la derrota del sandinismo en las elecciones de 1.990, ganadas por Violeta Chamorro, los cuales han pretendido, bajo las más vulgares presiones ejercidas por la oligarquía nica al servicio de Washington, que Nicaragua desista de los derechos que, en justicia, ha reclamado y reivindicado con esa demanda y el dictamen del Tribunal.
Con esos pocos ejemplos se le demuestra a De Majo y a quienes han sido “ganados” para enfrentar la justa lucha de los pueblos del mundo por su liberación definitiva, que los gobiernos de los Estados Unidos de Norteamérica son agresores contumaces y forajidos, a quienes la comunidad internacional algún día sentará en el banquillo de los acusados para que rindan cuenta de sus atrocidades y crímenes cometidos contra la humanidad.
Posada Carriles es, apenas, un pequeño lunar canceroso de los miles que ya le están haciendo metástasis al cuerpo imperial del norte. Su fortaleza de guerrero “invencible” está siendo enfrentada por davises multiplicados ene veces en cada rincón de planeta.
oliverr@cantv.net
