Hoy se cumplen 182 años del magnicidio de Berruecos.
Marchaba el Mariscal, ANTONIO JOSE DE SUCRE, rumbo a Ecuador, acompañado de unas 10 personas, en donde supuestamente deseaba encontrarse con su esposa y su pequeña hija, pero su quieta marcha en la selva fue interrumpida por 4 disparos.
Uno le dio mortalmente en la cabeza, uno en el cuello y dos en el pecho, todos suficientes para acabar con su preciosa vida.
LA INTRANQUILA SEPULTURA:
Su cuerpo fue sepultado en el camino al otro día en un sitio que desde entonces se denomina “La Capilla”. Fue desenterrado por orden del General Obando, a las pocas horas “para comprobar realmente su muerte” y la Marquesa de Solanda, Mariana Carcelén Larrea, llevó el cuerpo a Quito y lo enterró secretamente en una capilla menor, luego después de 70 años fue trasladado a la catedral de Quito en donde reposa todavía.
LAS MANOS ASESINAS:
Corría el año de 1830 y en Ecuador ganaba las “elecciones” el general venezolano Juan Manuel Flores, muy interesado en mantener a Sucre lejos de sus planes, los cuales eran separar a Ecuador de la Gran Colombia.
Casi diez años después, uno de los autores materiales del crimen un tal José Erazo , fue detenido y confesó todos los pormenores. La implicación del General José Ovando, supuesto emisario del General Flores y de Apolinar Morillo otro de los que dispararon, las balas “compuestas”, es decir, manipuladas como “balas cortantes” para que hicieran el mayor daño.
El 30 de noviembre de 1.842, fue fusilado en la plaza mayor de Bogotá, Apolinar Morillo, el único ajusticiado por el crimen.
MAS SACRIFICIO, IMPOSIBLE!:
Quiero en este pequeño relato resaltar las nobles virtudes de este gran ser, que a los 29 años consolidó junto a Libertador, la independencia de América.
Cuantos sacrificios, sudores, trabajo y más trabajo, tragedias personales con la pérdida violenta de casi toda la familia Sucre.
Para que tengamos una idea de este sacrificio, diremos que Antonio José, tuvo 7 hermanos.
José María, María Josefa y María Aguasanta, mueren en un naufragio huyendo de Cumana, rumbo a las islas.
Magdalena y Vicente, mueren en el año 1814, durante la toma de Cumaná por Boves.
Pedro es fusilado al perderse la batalla de La Puerta en contra de Boves.
Francisco, igualmente es fusilado en la batalla de Cariaco en 1817.
Antonio José, es asesinado en Berruecos en 1830.
Esta triste zaga, continua fatalmente cuando la única hija dejada por sucre, de nombre Teresa, se desprende en un balcón de los brazos de su padrastro y muere.
HA MUERTO EL ABEL DE COLOMBIA!
Se ha escrito mucho sobre el conocimiento cabal que tuvo el Libertador sobre las circunstancias que cubrieron la muerte de Sucre y en una última carta al general Flores, le escribe:
“¡Venguemos en fin a Colombia, que poseía a Sucre!...Al mundo que lo admiraba…A la gloria del ejército y a la santa humanidad impíamente ultrajada en el más inocente de los hombres…Si usted es insensible a este clamor de todo lo que es visible y todo lo que no es, ha debido usted cambiar mucho de naturaleza.
Bolívar lo adoraba y en 1820 llegó a exclamar públicamente:
“Es uno de los mejores oficiales del ejército: el reúne los conocimientos profesionales de Soublette, el talento de Santander, la actividad de Salom y la bondad de Briceño: por extraño que parezca, no se le conoce ni se sospechan sus aptitudes. Estoy resuelto a sacarle a la luz, persuadido de que algún día me rivalizará” .
Tal vez sin pensarlo, en esta última frase encontramos el motivo para el cruel asesinato en Berruecos: Muchos temían que fuera el sucesor y continuador de la obra del “Sol de Perú”.
CUMANA, EN LA NOCHE CALLADA..
Cumaná yacía tranquila en aquella oscura noche de 1830, las mansas olas lamían las blancas arenas y a lo lejos aullaban los perros en lúgubre coro. En una ráfaga repentina de sombras y ruidos pareciera escucharse con angustia:
Ay balazo!..Cumaná quien te viera!.
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