COLECCION HEROINAS INMORTALES DE LA MATRIA
PROGRAMA TIUNA, LUZ DEL AMANECER
PREFACIO
EULALIA RAMOS, es una de esas heroínas sublimes, que abrazaron el martirio al rendir su propia vida, al oponer su propio cuerpo ante las armas asesinas españolas, que trataron infructuosamente en ahogar en sangre el grito de libertad.
Niña rica, de familia patriota, con una tenaz voluntad en favor de la Matria.
Desde los 10 años, es testigo del nacimiento de la patria en el ardoroso año de 1810, contrae matrimonio por primera vez en 1812 y pierde su esposo quien fue fusilado ,sufre los embates de la guerra civil de 1814 y en ese año pierde a su padre, quien fue fusilado y pierde a su pequeña hija, debido a la extenuante huida del enemigo.
Huye a Cartagena de Indias, en Colombia y allí convive con la familia Buroz, relativos del general guaireño Carlos Soublette. Es por ello que algunos cometen el error de llamarla EULALIA BUROZ, asunto que es totalmente falso.
Regresa a Cumaná y contrae matrimonio con el edecan del Libertador William Charles Chamberlain, con quien se radica en Barcelona, después de este haber sido herido en la batalla de EL Juncal.
Para el año de 1817, el realista Aldama, ataca el poblado de Barcelona y Eulalia y William, participan en la defensa de la Casa Fuerte el 7 de abril de 1817.
Pedro María Freites, general de la patria y mártir fue el comandante de la Casa Fuerte y la defendió hasta la total aniquilación de sus escasas fuerzas, quienes se enfrentaron al asalto de 4.500 realistas.
Todos ellos perecen en esta perdida batalla, la cual puede ser inscrita por su salvajismo, miseria y crueldad, como otro ejemplo de la iniquidad española en América.
Nuestra heroína muere descuartizada a bayonetazos y luego lo poco que quedó de su cuerpo fue atado a la cola de un caballo y arrastrado por las calles de Barcelona.
Otra vez y no nos cansaremos nunca de repetirlo, que mezquinos hemos sido con EULALIA y todos nuestro mártires, quienes rindieron sus vidas para que fuéramos libres.
Pocos han sido los homenajes y los recuerdos agradecidos, ojalá que este humilde escrito pueda en lo poco que vale resarcir en algo nuestra pequeña memoria.
Honor a Hugo Chávez Frías, quien se empeñó en estimularnos para que guardemos en nuestros corazones y memoria a estos seres halados luminosos que tanto dieron por nosotros.
Francisco Natera A. septiembre de 2015.
EL FINAL DE LA COLONIA:
Una trepidante colonia, que tuvo su conquista, colonización, exterminio de los indios, asentamientos, misiones, adelantados y en fin sus altos y bajos en el pobre territorio de Tierra Firme, llamado posteriormente Capitanía General de Venezuela o Provincia de Venezuela, con sus estados o provincias de Cumaná, Guayana, Maracaibo,Margarita y Trinidad.
En 1634, Holanda toma a Curazao e impone las bases del contrabando, teniendo como entrada el poblado de Tucacas.
Ya habían muerto los reyes de España, Felipe V y Carlos III y la Compañía Guipuzcoana era un recuerdo. Nos aproximábamos al desenlace y final del siglo 18.
Por estos tiempos ya Caracas, se erguía como capital del país y ejercía su influencia en todos sus alrededores, con su 40 mil habitantes.
EL TRANQUILO PUEBLO DE TACARIGUA:
Pequeño poblado situado en el hoy estado Miranda. En Venezuela existen algunas Tacariguas, situadas en los estados Aragua, Miranda, Nueva Esparta, la que nos ocupa en esta historia, esta situada cerca del pueblo Mamporal, Peraza y Belen, hoy estado Miranda.
El pueblo de Tacarigua, esta situado cerca del pueblo de Mamporal a una distancia de 5 kilómetros y aunque en el pasado estuvieron identificados como un solo poblado Tacarigua de Mamporal, en realidad son dos poblaciones muy distintas, hoy situadas en municipios diferentes del estado Miranda, Venezuela.
Incluso Mamporal es la capital del municipio Buroz, tratando de homenajear a nuestra heroína Eulalia Ramos, a quien se le aplicó erróneamente el apellido Buroz.
Sus habitantes para finales del siglo 18, eran de la misma composición que el resto del país, muchos mestizos o pardos, bastantes negros, casi ningún indio y pocos blancos mantuanos.
La actividad era la agricultura, en especial el cultivo del café y el cacao, productos que se comercializaban por el puerto de Higuerote.
Allí vivía la rica familia Ramos-Sánchez, dueña de una finca cacaotera y agro agrícola en general, con apreciable producción de cacao, ganado y hortalizas. Su prestigio y seriedad era reconocido en todo el territorio.
El padre Don Francisco Ramos, era un hombre de firmes ideas, trabajador y muy mantuano. Tenía conexiones comerciales con Higuerote y hacía frecuentes viajes con su familia a la capital Caracas.
La madre Doña Isabel Sánchez, inteligente y sencilla mujer de gran hermosura y donaire, cumplía con las tareas propias de las mujeres mantuanas de la época, el gobierno interno de la casa y la educación de los hijos.
Así como salía mucho cacao por Higuerote, por allí entraban muchas ideas traídas por los frecuentes barcos contrabandistas y hasta de corsarios que recalaban al puerto.
NACE EULALIA:
Eulalia Ramos Sánchez, hija de Francisco Antonio Ramos y de Isabel Sánchez Romero y Alcalá, había nacido en Mamporal, en el área de Barlovento, aproximadamente en el 12 de febrero de 1796.
Como siempre el nacimiento de un hijo en las familias mantuanas, era objeto de gran expectativa y regocijo. Doña Isabel, cómodamente instalada en su señorial cama, ayudada por una partera traída del pueblo, sin muchos inconvenientes, parió a su pequeña hija, a quien le pusieron el nombre de Eulalia.
Como todas las niñas de su clase, la pequeña fue creciendo entre catecismos católicos, fiestas patronales, domingos de iglesia y la educación mantuana tradicional para niñas, con mucho de bordado y muy poco de cocina, que para eso estaba la servidumbre y los numerosos esclavos negros.
Eulalia, era una hermosa niña blanca, de aspecto delicado, que correteaba por su enorme casa y se juntaba con las niñas de los peones y esclavos. En ella se despuntaba un fina inteligencia, un gusto por la naturaleza y una definida inclinación por la justicia, la ponderación y la equidad.
En la hacienda siempre trataron a los trabajadores como seres humanos y Don Francisco, no permitía excesos de sus capataces.
En las frecuentes tertulias familiares, de fines de jornada Don Francisco hablaba del maltrato de algunos hacendados para con sus personal:
-No estoy de acuerdo, Isabel, como Don Joaquín azota a sus negros, si bien sabemos que los compró caros, pero eso no le da derecho a hacerlos sufrir-
-Si Francisco, eso es inhumano, aunque algunos curas dicen que ellos no tienen alma, pero los de nosotros deben tener alguna, pues todos nos aprecian por el trato justo que reciben.
Eulalia observaba con interés la escena, sentada en un cojín en el piso pulido de la gran sala.
EL GRAN ZAPEROCO DEL TOCAYO ALMIRANTE:
A Francisco de Miranda, venido desde Nueva York, con unos 200 combatientes se le ocurre tratar de invadir a Venezuela, por las centrales aguas de Ocumare de la Costa, poblado situado hoy en la parte norte del estado Aragua, colindando con el parque nacional "Henry Pitier"
Corría el año de 1806 y desde que salió de los Estados Unidos, la muy activa diplomacia española, puso el grito en el cielo y dio la alarma al capitán general Guevara y Vasconcelos.
Desde caracas, llegaron las tropas coloniales y pronto se apostaron con pertrechos y algunos barcos a la espera del invasor Miranda.
En Tacarigua, como en todos los pueblos cercanos a la costa estos acontecimientos vinieron a quebrar la monótona calma colonial.
-Isabel, Eulalia (Ya tenía 10 años), dicen que un tal Miranda de Caracas, viene con una flota a liberarnos de los peninsulares!
Así llegaba a casa Don Francisco, cargado de noticias llegadas de Higuerote.
-Jesús! Francisco...que cosa tan imprevista!
-No, que va Isabel, ya el bandido de Guevara Vasconcelos, está pertrechado en la costa esperando a los invasores y creo que aquí va haber un encontronazo!.
Y CLARO QUE HUBO "UN GRAN ENCONTRONAZO":
Las autoridades habían corrido su propaganda de "Ni mirar a este "anti-cristo", ateo, afrancesado, quien pretendía destruir la sagrada religión de Cristo, por el ateísmo impío, haciendo orgías paganas con violación de mujeres y robos de la propiedad privada".
En casa de Don Francisco Ramos, en la inquietas tertulias de aquellas tardes se discutía a fondo el asunto del arribo de Francisco de Miranda:
-Yo creo, decía Don Francisco: Que Miranda, es bien conocido en Caracas, hijo del comerciante canario aquel, que tuvo muchos problemas con sus pretensiones de parecerse a un señor mantuano, sin embargo era gente de dinero y comercio. Este su hijo se fue hace rato a España y Europa y por allí se colado algunas de sus ideas, sin embargo tiene más de 40 años que no se sabe mucho de él, ...que viéndolas bien, no resultan tan locas..Parece que quiere un gobierno propio, un incanato dice él, pero copiado de la constitución inglesa y francesa..pero libertario, esto hay que verlo..
En el mar de Ocumare, una flota de balandras esperaban armadas el arribo del invasor y en un zafarrancho de combate de las tres embarcaciones mirandinas, apresan a dos de ellas, salvándose de milagro tras desesperada lucha "El Lenadro" en donde navegaba el héroe precursor.
Cincuenta y ocho tripulantes cayeron en manos de los españoles, veinte de ellos condenados a la horca y por supuesto al espectáculo del desmembramiento, para exhibir sus carnes en picas regadas entre La Guaira, Puerto Cabello y Ocumare.
La misma política cruel y punitiva, muy acostumbrada por los peninsulares para la época, que hubiera causado cierto estupor en la corte peninsular, pero que a los "enemigos del rey", les era aplicada sin miramientos en tierras de "Indias".
Pero el almirante Francisco de Miranda, no se rindió y recaló a la inglesa isla de Trinidad, en donde logra organizar otro intentó con 400 hombres y puso rumbo a la ciudad de Coro en donde desembarcó el 3 de agosto de 1806.
Vuelve a fracasar en Coro mi almirante, debido a su escaso contacto con el pueblo, su larga ausencia y la propaganda mal intencionada de los españoles. Hasta los mantuanos no veían con buenos ojos a este "libertador" y temían una dominación por otra peor.
CARACAS, LA DEL EJEMPLO:
Ya para 1810, Eulalia cumplía 14 años y el ambiente en Tacarigua, tomaba el rumbo de la efervescencia caraqueña.
Por Higuerote seguían entrando de contrabando, las noticias traídas de Trinidad:
Don Francisco seguía fervoroso, las inquietantes nuevas:
-Ah caray! Y mire que Napoleón invadió la España e hizo añicos al simplón de Carlos IV, a la diabla de su mujer y al ministro Godoy, otro sátrapa...el desorden campea en España y la economía está en el suelo. El Napoleón invade con 30 mil hombres y obliga a Carlos IV a abdicar a nombre de su hijo Fernando VII...Humju!..es con este señorito que nos las vamos a ver, tengo ese palpito.
Así se expresaba Don Francisco, siempre reflexivo y certero acerca de los acontecimientos políticos, que tanto afectaban a la mugrosa Capitanía General de Venezuela.
Por supuesto que Napoleón se negó a reconocer al Fernando, los puso presos a todos en Bayona y logró logŕoque le diera a él el trono de la España.
Y ARDIO TROYA!:
Los españoletos de Madrid, no comieron cuentos y se alzaron en contra del Napo y contra los entreguistas de su propia clase monárquica, quienes abdicaban y regalaban el trono de España. Nombraron una Junta y luego un Consejo de Regencia, quienes declararon que "las antiguas colonias serían consideradas en los sucesivo, como provincias españolas, con los mismos derechos que las metropolitanas". Tremendo gancho, que no funcionó!.
Caracas, estaba tensamente expectante acerca de estos acontecimientos y el Cabildo jura lealtad a Fernando. En los lugares públicos y cafés citadinos se hablaba horrores de los franceses y así se fueron organizando los grupos patriotas y los "descamisados" que pululaban por los rincones de la ciudad.
Los cabeza caliente, querían una Junta, disfrazada de derechos de Fernando VII y desde 1808, empieza una gran conspiradera, plato favorito tradicional en Venezuela.
Así aterrizamos en el 19 de abril de 1810, en donde tardes y noches anteriores, los grupos de jóvenes patriotas, agitaban los barrios, pidiendo gobierno propio.
Los ni-ni de siempre querían imponer al Capitán general Vicente Emparan como jefe, pero un grupo comandado por José Cortés de Madariaga, quería defenestrarlo y hasta ponerlo preso.
EL ACTA SOLEMNE:
Después de un gran agite, el ilustre Concejo Municipal de Caracas, produce o mejor dicho "pare", el acta fundamental de nuestra liberación:
A Fernando VII, lo rebajan a la categoría de "señor" , hacen constar la ilegal invasión francesa y se erigen en "protectores del pueblo que se haya en total orfandad".
En base a que estos pueblos han sido declarados "partes de España" en el ejercicio de su derecho a la soberanía y autodeterminación, procedieron a destituir a Emparan, al declarar a viva voz "que no quería mando" y todos los cargos superiores del gobierno y la Real Audiencia y a constituirse en "suprema autoridad". De inmediato y como primera medida aumentaron el sueldo al doble de todos los militares en ejercicio.
Empezaron por donde es...
TACARIGUA VIBRA:
Para el día 20 de abril, la noticia se expandía como incendio por toda la geografía nacional y ya en Tacarigua, el grupo de patriotas se reunía para tomar el mando del poblado, igual ocurría en las instalaciones del puerto de Higuerote. Todos los poblados adyacentes quedaron encuadrados en la Provincia de Caracas, a quien se unieron Barcelona, Margarita, Barinas, Mérida y Trujillo, las demás Guayana, Coro y Maracaibo no aceptaron el cambio.
La Junta, inicia negociaciones al exterior para lograr reconocimientos, en Nueva Granada envían a Madariaga, a Estados Unidos van Juan Vicente Bolívar, Orea y Ravenga y a Inglaterra van Simón Bolívar, Méndez y Bello.
La Junta convoca a las primeras elecciones para elegir un Congreso General de las Provincias, siendo esta acción la más importante políticamente de esta memorable primera Junta de Gobierno.
En Tacarigua, perteneciente a la provincia de Caracas, ya se sabía que había que elegir a 24 diputados entre octubre y noviembre.
EL DESASTRE DE LA PRIMERA REPUBLICA:
Y la realidad fue que la Junta gobernadora ejecutiva de la Primera República, sus actas, leyes y disposiciones, fueron totalmente inútiles o despegadas de la realidad.
La Confederación de Estados de Venezuela, su acta de Independencia , su primer triunvirato compuesto por Toro, Ustariz y Espejo, realmente trataron con toda su buena voluntad de encaminar a la nueva nación.
Sin embargo el experimento fracasó, pero por causas no tan sencillas de analizar. Muchos historiadores se afincan en la supuesta "debilidad" del poder ejecutivo, las materias administrativas fueron mal manejadas pero sobre todo el mal recae muy puntualmente en la "indiferencia de los pardos, es decir, de la mayoría del pueblo llano". Añádase también la gran devastación del inmenso terremoto de 1812.
VIENE DOMINGO DE MONTEVERDE:
Ya para el año 1812, la situación era precaria para la República en todo el territorio nacional, los curas azuzan una rebelión masiva y logran que los catalanes en Cumaná empiecen el jolgorio, luego vienen los canarios en Sabana del Teques, en Valencia Baquero grita en contra de la constitución, pero lo más grave fue el inicio de una invasión al centro desde Coro, por el canario desconocido, Domingo de Monteverde.
En Siquisique y Carora, los pueblos vitoreaban a los realistas de Monteverde y hasta pedían armas para ir a combatirlos, aunque este canario no comía cuentos e igual saqueo a ambos poblados. Se apodera de Barquisimeto y cuando amenazaba Valencia, se produce el gran terremoto, el 26 de marzo de 1812 fenómeno telúrico que causó unas 15 mil muertes y mucha destrucción en todo el territorio. Barquisimeto queda en ruinas, Caracas y La Guaira sufren la pérdida de más de 10 mil personas.
El 3 de abril el Congreso concede facultades extraordinarias a Francisco de Miranda quien manda tropas para parar a Monteverde cerca de Valencia, la gente asaltaba a los soldados patriotas que estuvieran lejos de sus unidades. En los Guayos se traba el combate y de repente Miranda se queda sin medio ejercito, debido a la deserción de sus tropas.
Aparentemente el pueblo llano, los pardos, libertos y criollos humildes, no querían al gobierno de la República, debido a que las causas de su descontento en vez de aliviarse, se incrementaron en este triste período, la esclavitud arreciaba su mal trato, los señorones arreciaban su dominio y explotación y el pueblo moría de hambre y miserias. Nuestro pueblo ha pasado varias veces por este largo camino y esto ha producido hecatombes, sacrificios y mucha sangre.
Cae la principal plaza militar de Puerto Cabello y su comandante Simón Bolívar, recibe con un descalabro, su bautizo de fuego. Se insurreccionan los esclavos en Barlovento y todos gritan vivas al Rey Fernando VII.
TACARIGUA CONMOCIONADA:
Todos estos grandes acontecimientos tuvieron su repercusión en el pequeño poblado, en Mamporal, Higuerote, en donde los jóvenes patriotas tenían una Unidad Patriótica y se reunían para opinar ya actuar en contra de los ahora alzados realistas de la zona.
El 25 de julio de 1812, llega la noticia de la capitulación del generalísimo Francisco de Miranda y la llegada al poder de los realistas.
Entre los revoltosos jóvenes estaba Juan José Velasquez, nacido en Tacarigua y muy activo militante.
Ocasionalmente Juan José, se reunía con Eulalia, en las tenidas conversatorias de Tacarigua y allí fue amor a primera vista.
Ella de 16 años, delicada y esplendorosa, muy activa en sus opiniones y siempre radical en la actuación, él un patriota ardoroso y dispuesto a todo por la patria. Eran gasolina y dinamita.
SE CASA EULALIA:
En pleno período de pérdida de la patria, en una discreta ceremonia en Tacarigua, oficiada una lluviosa tarde en la humilde iglesia del pueblo se casa con Juan José Velasquez, joven patriota revolucionario y militante de la causa de la patria.
Los esposos se radican en una casa del pueblo de Tacarigua y el raudal de los día los introduce en el terrible año de 1814.
1814, AÑO FUNERARIO DE LA PATRIA:
En estos días contemporáneos, de "cambio de épocas", en donde nuestro pueblo viene sufriendo las consecuencias de su vocación libertaria, del ataque ya prolongado de la misma burguesía capitalista, ya no mantuana pero si entreguistas y vende patria, un señor de aspecto respetable gritaba en un ascensor: "No hay papel tualet, pero tenemos patria!".
En el encerrado recinto otra persona contestó:
"Que lástima amigo, que Usted, un señor con tan noble aspecto (él mismo dijo que era historiador), confunda un rollo de papel higiénico con la sagrada Patria.
Para mí y veo que no es así para usted, la Patria fue angustia, sacrificio, marchas agotadoras, derrotas sangrientas, muchos cadáveres de inocentes, humo, metralla, pólvora, la bandera desgarrada, el sol de la victoria en Carabobo, al inmolación de los héroes y ahora el aguante de nuestro pueblo ante las maquinaciones imperiales, de la burguesía apátrida, la muerte de muchos por desadaptación, en fin, sigue poniendo nuestro pueblo su cuota de sacrificio y muertes"
Esto produjo un silencio respetuoso en el recinto y el vetusto señor bajó la cara avergonzado de su debilidad.
Y la "debilidad" continúa plasmada en nuestra inconciencia ante el horrible sacrificio de un pueblo bueno en el altar de sacrificios de la história, es dificil a más de 200 años, sentir los infernales efectos de ese año terrible de 1814 en nuestros olvidadizos corazones.
El Libertador llegó a decir: "Por doquier se ven las ruinas de la naturaleza (Terremoto) y de la guerra. Nuestro pueblos han sido ahogados en sangre...El exceso de nuestros males, nos dicen que van a cesar y es así como Dios ha querido probar en nosotros lo que en otros pueblos sería la obra de los siglos...Venezolanos!, un esfuerzo más...un esfuerzo más y vamos a destruir a los enemigos de la Patria"
Las fuerzas realistas desde 1813, inician su exterminio calculado en los pueblos barloventeños y Tacarigua, no fue la excepción.
Noche tranquila en el poblado tacarigueño. A lo lejos los perros ladraban sus alertas por la presencia de extraños en la zona.
Juan José y Eulalia, su pequeña hija de meses, esperaban atentos a los distantes ruidos:
-Juan, ya te avisaron y no te has ido...amor, por tu hija!...apurate!.
-Eula, cariño, calma, ya me voy y me están esperando los compañeros en la hondonada...pero no quiero dejarte sola con la niña..
-Juan amor..yo me voy mañana para Higuerote y llego a casa de mis tíos en Rio Chico, no te preocupes, nos vemos pronto.-
Juan la besó y se acercó a la cuna de la niña y se le quedó mirando un rato. Era un adiós final a ambas.
Amaneció de gallos y de una partida de realistas que revisaban casa por casa, con una lista de solicitados, en donde estaba destacado Juan José Velasquez.
Tronaron los repiques en la puerta de Eulalia y esta serenamente se acercó a atender a los mal encarados que se divisaban desde su ventana.
-Señores!, en que puedo servir...
-Señora, queremos saber si Juan José Velasquez reside en esta casa.
-Si señor, pero ayer salió para Caracas.
-Ale!..registre la casa!..pronto!.
El registro fue minucioso, buscando escondrijos, pero la brevedad del rancho no ameritaba mucho afán. No había rastros del solicitado.
Señora!, nos vamos, pero usted debe comparecer a más tardar mañana ante la autoridad real en le comando de la plaza.
-Si señor, entendido...
Al retirarse la partida, Eulalia comprendió que si se presentaba con su hija de meses, lo más seguro era que la arrestasen como a otros patriotas. De inmediato inició los preparativos para partir de madrugada rumbo a Río Chico.
La ruta era hacia el este, rumbo a Mamporal y el paso del río Tuy, pero sin cabalgadura, ni carreta, pues los caminos estaban plagados de partidas realistas.
En la oscuridad de la madrugada, Eulalia salió de su casa con el alijo en donde descansaba su pequeña, se quedó mirando la casa largo rato. Era una despedida final.
La mañana soleada la agarró lejos de Tacarigua y de Mamporal, pero la falta de preparación de mejores condiciones para el viaje, el paquete de ropa y el de su hija, hacían lenta la marcha.
Estuvo a punto de ser descubierta en varios puntos de control, pero con paciencia y esperando entre los matorrales, pudo sortear los vigilantes.
Anocheciendo llegó al río Tuy y en eso se desató un torrencial aguacero. Guarnecida bajo una ceiba, esperaba que la lluvia cesase, pero ella y la niña estaban empapadas y el agua les resbalaba incontenible.
Al filo de la media noche, cesó el temporal, pero su pequeña hija quemaba con una gran fiebre. Amaneciendo, la niña empeoró y ante la soledad y falta de alguna medicina, expiró en sus angustiados brazos.
Pudo pasar el rio, ya calmado y con el cadáver de su hija llegó al poblado de Rico Chico. Sus tíos al verla con la niña muerta, la sostuvieron ya desfallecida. La niña fue sepultada y Eulalia estuvo recostada con los ojos muy abiertos por muchas horas.
Las noticias venidas de Tacarigua, no eran alentadoras. Los realistas habían quemado su casa y todos los patriotas encontrados fueron fusilados o enviados a Caracas.
La represión se acercaba a Rio Chico.
BOVES, EL MAL DESTINO:
Ya para 1814, con diversas acciones dirigidas por Bolívar, muchas derrotas y victorias, surge en Guarico con un poderoso ejercito realista salido de la nada, de las pampas soleadas llenas de agua y matas.
No eran sus acompañantes venidos de España, ni de Canarias, era el pueblo mísero, los zarrapastrosos, los desdentados, quienes insurgían ante el mantuanaje soberbio y explotador, eran los negros y mulatos buscando libertad de la esclavitud, los maltratados pardos, en fin, el gran perraje.
Sube y sube arrollando, desde Barinas hasta la Victoria, en donde apenas es contenido por Ribas y la juventud.
En marzo entra a sangre y fuego en Ocumare del Tuy, para luego recibir un pescozón de Mariño en Bocachica, luego Ceballos derrota a Mariño en el Arao, triunfan los patriotas comandados por Bolívar en Carabobo por vez primera y al final los triunfadores de Carabobo se enfrentan al desastre de La Puerta, sitio maldito, siempre destinado a ser la tumba de la patria. Por algo sus piedras son el basamento del actual monumento de Carabobo, algo de nostálgica venganza inútil.
En julio Boves toma Valencia y amenaza Caracas y ante esta arremetida, Bolívar decide marchar a Oriente con la emigración desastrosa que tantas veces se produjo en nuestra lucha de independencia.
Boves el "taita" provoca una verdadera guerra social, basándose en promesas y oponiendo sus huestes a los dueños de hatos y haciendas, además de aplicar la tortura y la pena de muerte a cualquiera del bando patriota o sospechoso de serlo.
En la toma de Valencia, Boves sigue el ejemplo de ese cruel e incomprensible comportamiento de los realistas en nuestra Patria y "organiza" un sarao muy peculiar.
Todos los hombres que no pudieron huir, sin importar su edad, los había desde niños hasta ancianos, fueron encerrados en un potrero distante del poblado, luego en los corralones entraba la caballería y comenzaban a ensartar a cuanto despavorido ser corriera. La sangre pegajosa inundaba el polvoriento recinto, junto a los ayes de muerte de cientos de inocentes.
En la ciudad de Valencia, en una casona tomada a algún burgués adulón y temeroso de ser eliminado, concentraron a varias decenas de mujeres jóvenes a quienes obligaron acicalarse como para una fiesta.
Trajeron vino y un conjunto de música para que tocaran los sones que gustaban al "taita", entre ellos el "pequirico" y las coplas.
Los oficiales realistas, entre los cuales destacaban bastantes oscuros de piel, bailaban lascivos con las aterrorizadas damas, mientras Boves, látigo en mano trataba de poner a danzar a un par de damas, algo lentas para su gusto. La noche terminaba en un zafarrancho de rascados acometiendo a las damas para violarlas y de las "prácticas de lanzas" de su caballería en el potrero de la muerte.
BOLIVAR SEGUÍA DEAMBULANDO:
Al final de su periplo llega a Carupano en donde presenta su famoso manifiesto y es desconocido por los jefes republicanos, obligandolo a marcharse a Cartagena de Indias en la Nueva Granada.
Cartagena de Indias acoge a Bolívar y por sus méritos militares logra los más altos grados otorgados por el Congreso, pero ante la división de los patriotas en la Nueva Granada, se ve obligado a irse a la isla de Jamaica, en donde produce su famosa Carta.
EULALIA AL EXILIO:
En Rico Chico, la situación era insostenible y Eulalia viviendo en la casa de sus familiares no podía continuar allí sin el riesgo de ser capturada y fusilada. Estaba casi punteando una lista de "forajidos" cuya cabeza tenía precio.
-Apreciados tíos, mucho aprecio sus sacrificios y el riesgo que corren al ampararme aquí, pero tengo que irme a otro lado, por el bien de todos.
-Querida sobrina, entendemos tu angustia, pero debes aceptar nuestra ayuda, ya hemos concertado en el puerto de Valle La Cruz, con el capitán de una balandra que se dirige a Cartagena de Indias, en donde nos dicen que está el grueso de los patriotas emigrados, allí encontraras a algunos amigos nuestros que seguro os ampararan con gusto.
-Bien tío, que así sea...
De madrugada, la partida salio en secreto de Río Chico rumbo al puerto y ya al medio día Eulalia estaba embarcada en la balandra "La Isabel", destinada a Cartagena. Sus tíos sufragaron el pasaje y ante sus protestas, le entregaron algunos valores, para el viaje.
Así se vivía en aquel terrible año de destrucción y muerte, el que podía exiliarse lo hacía para defender la propia vida o la de la familia.
CARTAGENA DE INDIAS:
En el medio de la península de La Guajira están las tres grandes ciudades colombianas, de Santa Marta, Barranquilla y Cartagena. Esta última es en donde desemboca el famoso río "Magdalena".
Todo este territorio caribeño, interrumpido por la franja de Panamá, sabe a cumbia, a mar y gloria de las hazañas de Bolívar en sus relampagueantes y victoriosas campañas.
El viaje entre Rio Chico, debía costear casi toda Venezuela por su Caribe mar, pasar por frente a La Guaira, luego la península de Paraguaná con su flancos de islas holandesas de Curazao y Bonaire, para poner proa a Punta Gallinas en la península de La Guajira, recalar en Santa Marta y llegar a Cartagena. Muchas veces los patriotas derrotados y en peligro habían hecho esta larga ruta que duraba casi una semana de duro mar.
Eulalia llegó a Cartagena, sin saber el paradero de su esposo Juan José y en contacto con el numerosos grupo de patriotas inició su duro exilio.
Ya Bolívar, había brillado de nuevo en Nueva Granada, tratando de volver sobre sus pasos para repartir la inolvidable hazaña de la "Campaña Admirable de 1813", pero las desavenencias e intrigas, le fueron pesadas y a pesar de ser ascendido a General en Jefe, por el Congreso, debe salir exiliado a la isla de Jamaica.
Eulalia al llegar al puerto de Cartagena, logra contactar a la familia Buroz, emigrados patriotas que la acogen como si fuera una hija y ella usa en Cartagena el apellido Buroz, para confundir cualquier reacción ante su solicitada captura en Venezuela.
Los Buroz, son una poderosa familia de exiliados acomodados y ayudan a Eulalia con fervor, conocen de su periplo e historias increíbles en Tacarigua y llegan a amarla como una hija.
Eulalia, a pesar de las comodidades de su nueva vida, sufría por nos sentirse arrimada y guardaba en su corazón el anhelo de volver lo antes posible a su ensangrentada patria, volver para saber la suerte de Juan José, su perdido esposo.
JUAN JOSE VELASQUEZ, EL HEROE:
Mientras tanto Juan José se mantenía activo en las guerrillas patriotas de Barlovento. Comandaba una pequeña partida de patriotas que habían causado quebrantos a los numerosos realistas y traidores de la zona. El control realista emanado de Boves era terminante en todo el centro de Venezuela.
La resistencia patriota vio pasar a los emigrados a Oriente y la terrible marcha liderada por Bolívar, ayudaron en lo posible a los alicaídos que huían ante el constante acoso de las partidas realistas. Se calcula que en el trayecto perecieron unas 10 mil personas.
Juan José conversaba con Cesar Guevara Rivero, su adjunto en el pelotón:
-Caray César, toda esa gente tratando de salvar su vidas, rumbo a la laguna de Tacarigua, para caer en los peligrosos parajes de Uchire y sobre todo Piritu, en donde se ha enquistado una tribu de indios traidores que siempre combaten en contra de la patria.
-Si hombre Juan, pobre gente y muchos de ellos mantuanos de Caracas, tan desacostumbrados a esta vida nuestra de lucha en estos parajes tan rudos.
-Bueno Cesar, debemos prepararnos para continuar la lucha, hay que pensar en atacar Tacarigua y vengar tanta infamia. Mañana iremos a dar el golpe al cuartelillo realista y que Dios nos acompañe.
-Venga Juan!, que todos vamos con fe en la victoria por la patria buena.
Rayaba el alba el horizonte crucificado por las ramas de los altos árboles y la guerrilla avistaba el corralon del cuartelillo en Tacarigua, pero hubo un mal cálculo, pues el día anterior habían llegado casi en secreto varios pelotones de las tropas de Boves, que se extendían por todo barlovento.
Al ataque de los 20 o 30 patriotas, se levantó un muro de lanzas y caballos que salieron del apostadero y casas vecinas. Hubo pocos disparos y mucha carga a la bayoneta, pero pronto los patriotas quedaron rodeados y destrozados en el medio de la gran jauría. Suerte y descuidos de la guerra.
Juan José y Cesar, además de los pocos que quedaron vivos, fueron capturados y amarrados. Antes de terminar el día, aún manando sangre de su heridas fueron puestos en fila ante un paredón y fusilados sin demora. Juan José logró gritar:
-Viva la Patria, carajo. Adiós Eulalia miá!.
Así morían nuestro jóvenes héroes, con dignidad y arriesgandolo todo por tener PATRIA.
A esa misma hora, sentada frente al mar de Cartagena, Eulalia sintió un repentina nostalgia, una suave brisa zarandeó su suaves cabellos y sintió muchas ganas de abrazar a Juan José.
EULALIA REGRESA:
Por su trabajo, por su fervor, los Buroz comprendieron la madera de heroína conque esta hecha su nueva hija. Ella pertenecía a la lucha, a la patria en suma.
Le costearon su pasaje de regreso, el cual debía llevarla a la ciudad de Barcelona, en el oriente de Venezuela y no a sus acostumbrados lugares de antaño, pues corría mucho peligro en Barlovento.
Ya corrían los meses finales del ardoroso año de 1815 y la lucha se extendía por casi todo el territorio de la patria.
Después de casi dos semanas de viaje, Eulalia llega a Barcelona, cerca del río Neverí y se instala con una familia patriota allegada a los Buroz de Cartagena.
En febrero de 1815, llega Don Pablo Morillo, con sus 10 mil soldados españoles y sus 42 barcos capitaneados por el formidable "San Pedro" de 70 cañones. Toda una tremenda muralla, para ahogar el grito de libertad en estas tierras casquivanas y reacias a la "paternal autoridad" del repuesto Don Fernando VII.
Don Pablo tomó Margarita y Cumaná, por supuesto Barcelona, estableció un Consejo de Guerra Permanente, para juzgar y apresar patriotas, confiscarles su bienes y ejecutarlos "según sus crímenes".
BOLIVAR, SIGUE LA LUCHA:
A pesar de la llegada de Morillo, el Libertador adquiere fuerza moral y prestigio, de Cartagena de Indias, pasa a Jamaica y vive allí un año y siete meses, bajo la protección de su acaudalado amigo Hislop.
La situación en Tierra Firme, minada de derrota y desunión, pero El Libertador, espíritu indomable, eterno optimista, se dispuso a escribir a un "americano meridional" residente en la isla, la famosa Carta de Jamaica, la cual fue publicada el 6 de septiembre de 1815.
La carta, que acaba de cumplir 200 años, es un todavía actual diagnostico de hispanoamerica, en donde analiza sus instituciones, su composición social, la evidente separación de las colonias de España, la denuncia de tres siglos de barbarie y crueldades, muchas de ellas innecesarias por parte de los mandatarios españoles, el rechazo a la monarquía y al sistema federal y en fin un compendio de verdades que todavía no han perdido vigencia.
Del 17 al 27 de septiembre de 1816, Bolívar inicia la llamada "Invasión de los Seiscientos", ayudado por Alejandro Petión, presidente negro de Haití y del almirante Brión, rico armador de Curazao, lo acompañan Piar, Mariño, MacGregor y otros notables jefes quienes comandaban unos 250 hombres. Minúscula en apariencia, las fuerzas que traía Bolívar para liberar el oprimido territorio de la patria, pero gigante en su entusiasmo y moral, dispuestas a intentar lo imposible.
Bolívar desembarca en Margarita y luego toma Carúpano, aunque algunas derrotas de los patriotas y la amenaza de grandes contingentes de tropas realistas lo hacen embarcarse rumbo a Ocumare de la Costa, en el hoy estado Aragua, para amenazar con la toma de Caracas.
Esta riesgosa operación, muy criticada por algunos, era acompañada por Salom, Anzoategui, Briceño, Veles, León Torres, Borras, Raposo, Figueredo y Alcántara. Igualmente en la cúpula figuraban MacGregor, el noble escocés, Carlos Soublette, el guaireño, Ambrosío Plaza, Briceño Méndez y uno de nuestra especial atención en esta historia: William Chamberlain, edecan del Libertador.
La acción del plan era iniciar por Ocumare la invasión y caminar al sur-este, buscando los guerrilleros de Zaraza y eventualmente llegar a conectar con las tropas de oriente en Barcelona.
Es decir, caminar desde Ocumare de la Costa, hoy estado Aragua, seguir a Maracay, retroceder a los Aguacates, en donde sufren los patriotas una seria derrota, vuelven a Ocumare, para cambiar la ruta y seguir hacia los llanos de Barcelona. El Libertador se reembarca y MacGregor toma el mando y llegan a Chaguaramas en donde no pueden desalojar a los realistas, pero donde pasan los asombrados pobladores se entusiasmo dando vivas a la patria que ya sentían renacer.
MacGregor, estaba enfermo y Soublette toma el mando ante el ataque de un venezolano de apellido Quero, un traidorcito más de la larga lista de tantos que tampoco tenían patria.
El parte de los vigías alerta al mayor general Carlos Soublette:
-Mi general, el enemigo está a la vista a retaguardia, comandados por el traidor Quero y 1200 hombres.
-Nosotros somos 500, pero demasiado para ellos, pasemos la hondonada y aguardemos...
Quero creyendo que los patriotas huían, se envalentona y lanza sus 500 jinetes en la profunda zanja de la quebrada.
En minutos, los realistas atónitos, se ven empujados a regresar por el impacto de la lucha cuerpo a cuerpo.
El comandante Piñango leal patriota, se lanza con 20 jinetes a rendir el grueso de los realistas y cae atravesado por decenas de lanzas.
La victoria parecía escaparse de nuestras manos, pero surge otra nueva ola de infantes nuestros que como ángeles vengadores acomete a los traidores de Quero con furia inaudita. Los realistas tiemblan, se desbandan y corren para salvar su vidas, dejando en la hondonada caballos, material de guerra y un centenar de prisioneros.
Reforzados con las partidas de Monagas en San Diego, y posteriormente por las de Zaraza se encaminan a Los Alacranes y allí comandados por Macgregor, baten a los realistas en una importante victoria que les deja pertrechos y 500 prisioneros.
Monagas toma la vanguardia rumbo a Barcelona amenazada por el realista López, quien saquea la ciudad y fusila a casi toda su población. Monagas llega desesperado y encuentra las calles de Barcelona llena de cadáveres, busca al sanguinario en su refugio de Piritu y lo bate completamente, tomándolo prisionero y llevándolo al patíbulo por sus crímenes.
Se acercaba Morales, al teatro de operaciones por el camino de El Carito. Piar regresa de auxiliar a Cumaná y se une a las tropas en Barcelona y asume el mando de dos divisiones.
Bolívar llega ansioso a Guiria, para tratar de ayudar en Barcelona, pero Mariño y Bermudez, espada en mano tirándole sablazos lo obligan a retirarse, poniendo la república en el morbo de la insubordinación y la anarquía.
Piar y MacGregor, salen de Barcelona y se dirigen a El Juncal, en donde los espera Morales con 3 mil hombres y la soberbia de su invencibilidad.
Se parapetea en un espeso bosque y protege a 1600 infantes con troncos y barricadas. Allí es atacado con furia, pero la sangre patriota baña los parapetos, sin mucha efectividad. Morales esperaba agazapado por el desgate de sus enemigos, aguardando la hora de asaltarlos.
Piar convence a MacGregor, de un plan suicida, muy propio de su arrojo y era el de atacar con todo a los parapeteados infantes de Morales en el bosque, en donde ya habían fracasado con tantas pérdidas.
Piar montado en su caballo moro con su penacho de plumas rojas comanda el flanco izquierdo. Monagas comanda el flanco derecho y el frente lo lleva MacGregor. Concertados los tres, se lanzan frenéticos sobre el bosque erizado de parapetos y tropas del rey.
"Dios, concede la victoria a los tenaces". Piar y Monagas, entran tasajeando, cortando y mutilando a cuantos se le oponen. Ambos parecen un torbellino de devastación y muerte. MacGregor recorre el surco rematando el empuje. Nada los detiene, nada los amilana. La sangre generosa de la patria se derrama inmensa.
Al lado de Piar, va William Chamberlain, edecan de El Libertador, quien ardoroso combate al lado de su jefe, pero de repente una bala le tumba el brazo derecho. Se baja de el caballo, se amarra el brazo con un girón de tela y agarra la espada con la izquierda, se sube al caballo y alcanza a Piar en el momento final de la embestida.
Ya los jinetes penetran por los flancos y se encuentran detrás de los parapetos y riegan de cadáveres a los horrorizados realistas, que ya huyen para salvar sus vidas.
Morales, asombrado se protege con unos 300 veteranos y sin convencerlo mucho, salen a la carrera del infierno que abandonan.
Los heridos y entre ellos Chamberlain, son llevados al Hospital de la Casa Fuerte de Barcelona, para ser curados.
EL HOSPICIO DE "SAN FRANCISCO":
En los primeros años de la colonización española del oriente venezolano, después de la fundación de Nueva Cádiz en la rica Cubagua y luego por Jacome Castellón de la ciudad primogénita de AbyAyala la ciudad de Cumaná, el poblado de Barcelona se convirtió en un punto intermedio, con mansas playas y favorable a la recalada de naves que venían de las islas, en especial de la Margarita.
Se encargan los franciscanos recoletos de la construcción del hermoso edificio, en un buen terreno muy central en el poblado, dotado de un aljibe de agua pura y muchos árboles. Allí los religiosos fundaron un emporio que dirigía romerías de captación religiosa hacia el interior del país, además de funcionar como un albergue de gente pobre y un hospital, para el tratamiento de necesitados, con los "adelantos" de la medicina de la época, principal por aquellos lados, fundada en el combate de los "efluvios" y "miasmas" que mataban a tantos cristianos.
Campeaba la tuberculosis, el "cólico miserere o la hoy llamada apendicitis", la viruela y la fiebre amarilla, sin contar los "pasmos" o ataque convulsionantes, que mataban a cualquiera en minutos para que luego la gente dijera "que le dio un soponcio".
Para 1811, los sacerdotes recoletos, resultaron muy realistas y apegados a Don Fernando VII y cuando los patriotas dominaban Barcelona, en el año de la independencia, los curas se niegan a jurar a nombre de la extraña y nueva república. Causa por la cual fueron desalojados del hospicio y la instalación fue confiscada por la naciente república.
LA CASA FUERTE DE BARCELONA:
El hospicio, se transforma en la Casa Fuerte de Barcelona, por las obras de ingeniería que le aplica El Libertador a finales de 1816.
Bolívar le daba la mayor importancia a Barcelona, como plaza fundamental de la patria y el reforzamiento de la gran casa, era una de sus preocupaciones vitales.
Al quedar listas las obras, el antiguo hospicio de paredes reforzadas con su muro perimetral y el segundo piso protegido con obras de madera, algunos cañones ligeros y sobre todo tropas permanentes para su custodia.
En el exterior el muro de tierra pisada encerraba el recinto, con una gran puerta al frente convertida en barricada y circundada por huecos aspillados para la defensa.
En el piso superior los balcones y azotea estaban protegidos con sacos de arena y madera. Un aljibe garantizaba el agua corriente y potable para sus habitantes.
El recinto estaba dividido en varios espacios: Uno dedicado al cuartel de las tropas y su alojamiento, otro dedicado al parque de armas y municiones y otro, todavía dedicado a servir como hospital de campañas.
WILLIAM CHAMBERLAIN EN EL HOSPICIO:
La herida de William era severa y en el combate perdió mucha sangre, lo que puso en serio peligro su vida. Trasladado en una carreta, llego de noche al hospicio y fue internado en el hospital.
Allí bajo el mando del general Freites, funcionaba el nosocomio, encargado como "hospital de sangre" de atender a los heridos de guerra.
Frecuentes eran las muertes por traumas, fracturas, quemaduras y otras contingencias, así que los barberos-cirujanos, no se daban a basto aserrando y cortando huesos partidos, para evitar la temible gangrena. Las medidas sépticas no eran muy conocidas y la higiene brillaba por su ausencia, aumentando la mortalidad en forma tremenda.
Como enfermera-jefa de pabellón, servía Eulalia Ramos, con gran dedicación y fervor patriótico. Freites la tenía en gran estima y siempre escuchaba sus reclamos y consejos.
William fue puesto bajo su cuidado, al llegar inconsciente al hospital.
Por supuesto que el tratamiento se reducía a limpiar un poco la herida, cambiar las ensangrentadas ropas y espera por la conciencia plena del enfermo.
William paso dos días en inquieto sueño y una tarde abrió los ojos, para encontrase de frente con una especie de ángel vaporoso, vestida de impecable blanco y con el pelo recogido con una pañoleta roja, la que enmarcaba un rostro perfecto y angelical. William tal vez pensó que había muerto y este era su ángel de la guarda, que lo llevaría al Paraíso.
Pro, no era tal y el "ángel" le habló:
-Capitán...bien venido señor. Usted está delicado y la herida fue casi fatal, pero aquí lo ayudaremos a recuperarse.
William no atinaba a responder nada y se sumió en un tranquilo sopor.
En el hospital pasó dos meses y varias veces al día Eulalia, lo asistía y ayudaba en las dolorosas curas. Lo positivo fue que no hubo gran fractura del hueso y si mucha espectacularidad del desgarro muscular, el cual bien vendado y curado inició su sanación definitiva.
En el ínterin William se prendó emocionalmente de su "ángel" y ella siempre le sonreía ante sus increíbles historias, tanto de su patria Jamaica y su familia de origen inglés, muy acomodada en la isla, pero fervorosamente inclinada hacia la causa de la libertad.
William le hablaba a Eulalia sobre la "Carta de Jamaica" del Libertador, cuyo formato publicado en 1815, guardaba un ejemplar.
Eulalia se extasiaba en su maravillosa lectura y así unidos por el destino y el amor, juraron dedicar todo el resto de sus vidas por la patria. Y vaya que cumplieron!
Salido del hospital, se casaron Eulalia Ramos y William Chamberlain en la semi destruida capilla del poblado de Barcelona y se mudaron a una modesta casa en el poblado.
BOLIVAR PISA EL SUELO DE LA PATRIA:
El 1 de enero de 1817, regresa Bolívar a la patria y es recibido en la playa de Barcelona, sus compañeros vencedores en "El Juncal", sabían de la vergüenza ocurrida en las playa de Guíria, cuando fue vejado y expulsado. Es por ello que enviaron a Zea a buscarlo en Haití para que lo acompañara en su segunda expedición de "Los Cayos".
A pesar de la insubordinación y los malos ejemplos, Mariño, Bermudez, Piar y finalmente Paéz, habían inflamado la lucha en la parte central sur y el oriente de Venezuela.
Paéz bate al general La Torre en "Mucuritas" y Piar se dirige a las misiones de Guayana para liberarlas.
Barcelona plaza codiciada por el enemigo había sido amenazada y el propósito de Bolívar era marchar a Angostura y Guayana, es por eso que el valioso parque, traído en la expedición que reposaba en la Casa Fuerte, lo veía en constante peligro de caer en manos de los españoles y es por eso que decide "evacuar a Barcelona".
El gobernador civil de la provincia Don Francisco Esteban Rivas, corre a entrevistarse con El Libertador:
-Señor general y Libertador, acudo a usted para rogarle que no nos abandone, que proteja a los patriotas de Barcelona, quienes le han brindado tanto afecto y cariño..
-Don Francisco, entiendo su preocupación que es la mía. Estoy al tanto del patriotismo y el sufrimiento de los barceloneces, pero mi querido señor, la guerra tiene sus leyes y la defensa de Barcelona, luce muy cuesta arriba, riesgosa y muy peligrosa para todos...
-Entiendo Libertador, pero comprenda que nosotros no nos vamos a ir a ningún lado y por eso le ruego, le imploro su protección.
-Bien Don Francisco...estudiare que medidas vamos a dictar para lograr que Barcelona sobreviva.
-Gracias mi señor..gracias!
El Libertador deja en el parque de la Casa Fuerte una gran cantidad de armas, que había dispuesto llevarlas a Margarita, nombra al general Pedro María Freites, comandante militar de la plaza, previene al general Mariño, para que venga en auxilio de Barcelona, cuando se encontraba en Carito.
Cuando ya se disponía marchar a Guayana, la noche anterior, su secretario Briceño Méndez, le previene que uno de sus edecanes, pide permiso para hablar con él.
Después de cenar con su estado mayor, en una casa patriota de Barcelona, recibe al visitante, quien era el capitán jamaiquino, vencedor de "El Juncal", William Chamberlain.
-Mi general, con su permiso...estoy consciente que mi deber como su edecan, es acompañarlo y protegerlo, pero ante esta nueva tarea de irnos a Guayana, le pido su permiso para quedarme en Barcelona...
Bolívar, como él decía "en cuestiones de disciplina, soy inexorable como el destino"...pero en este caso ya tenía algunos antecedentes:
-Bien capitán, como Ud dice su deber es obedecer a sus superiores!.
-Si señor!
-Sin embargo, me han informado de su conducta en el combate de "El Juncal", de su grave herida y sobre todo de su reciente casamiento con la patriota Doña Eulalia Ramos de Tacarigua, he decidió ascenderlo a Mayor y dejarlo en Barcelona asignado como ayudante del general Freites..
Pero debo advertirle, por el afecto paternal que le tengo, por su servicios a la patria, que no estoy de acuerdo con su decisión. Barcelona es indefendible, esta asediada por un contingente de más de 3 mil realistas y lo mejor para todos es que Usted,Eulalia y todos los que puedan, se vayan a Margarita o con nosotros a Guayana.
-Mi general, me pone su excelencia en un aprieto, pues por nada en este mundo quiero poner en peligro la vida de Eulalia y de nadie, pero le juro que tengo terror de proponerle tal cosa a Eulalia, porque estoy seguro que se desencantaría de mí y me vería como un cobardón que quiere huir.
-Caray Mayor!..tanta conciencia hay en esa hermosa mujer ? !..
-Si excelencia demasiada!. Ella es una leona y su lucha y sacrificios han sido inconmensurables...
-Pues vaya Usted mi querido Mayor y nunca abandone a esa mujer heroica, es usted un hombre muy afortunado, porque alguien como ella, lo ama...Dele mis saludos y mi rendido homenaje por su servicios a la patria.
-Si Señor!
William salió del recinto y lleno el pecho de una angustioso orgullo se dirigió a su humilde casa, en donde lo aguardaba Eulalia:
-Hola William, te veo contento...como te fue?.
-Bien mujer, bien, ahora soy Mayor y tengo el permiso del El Libertador para quedarme en Barcelona, bajo las órdenes del general Freites.
-Bien William excelente!
-Ah! Y su excelencia El Libertador, te manda su rendido saludo y agradecimiento por tus servicios a la patria.
-A mi William ?...Ay no!..no merezco tanto honor...
BARCELONA EN PELIGRO:
El general Freites, había mandado mensajes angustiosos a Mariño, para que acudiera en su auxilio. La división y desavenencias entre los jefes del ejercito patriota eran evidentes y parecía que nadie mandaba o lideraba a nadie.
Urdaneta ruega por el envío de tropas a Barcelona, pero Mariño se retira Cumaná y cuando una muy disminuida fuerza puede reunir el general marabino, ya Barcelona había caído y era un campo de muerte.
El realista Aldama, amenazaba a Barcelona con 4200 hombres y llega a sus puertas el día 7 de abril de 1817.
ALDAMA, EL CARNICERO TERRORISTA:
Juan de Aldama, llega a Venezuela unos dos años antes como gobernador de la isla de la Margarita, nombrado por Pablo Morillo y su masiva invasión de Venezuela, luego es enviado como gobernador interino de Cumaná en 1816.
Morillo lo encomienda la toma de Barcelona, una vez enterado de la debilidad de esta plaza, del viaje del Libertador a Guayana y sobre todo de las disidencias entre los jefes militares patriotas.
En sus constantes reuniones con sus secuaces, Aldama manifiesta sus peculiares pareceres acerca de la guerra y su conducción:
-Joder! Que estos tíos son unos desordenados, se la pasan en una eterna disputa por una botella vacía...el encumbrado de Mariño siempre pensando en sus cargos políticos y el Bermudez, todo un loco desaforado, igualado al Piar y otros delincuentes forajidos.
Hay que ejecutarlos a todos, con horcas y fusiles, a todos sin distinguir mujeres, niños, abuelos y toda esta raza maldita de facinerosos, todos deben desaparecer de este territorio que pertenece a su majestad...
No eran muy humanitarias las opiniones de este jefe y seguro contaban con la aprobación del culto Morillo, líder de los realistas, quien se hacía de la vista gorda ante las groseras violaciones de muchos de sus adláteres.
BARCELONA, LA VIGILIA DEL DIA ANTERIOR:
Como era previsible, ante los rumores y noticias del avance realista sobre el poblado, muchos tomaron el camino proceloso a Cumaná y otros se embarcaron rumbo a Margarita y en este caso el terror justificaba a estas pobres gentes, que luchaban por preservar sus vidas.
La mayoría imposibilitada de huir, optaron por buscar la protección de la Casa Fuerte y en mas de 800 familias empezaron a ingresar en su recinto el día 6 de abril de 1817.
William y Eulalia, decidieron reportarse a sus puestos para la madrugada del día 7 y en su reciente hogar se preparaban para los angustiosos acontecimientos:
-William, dime amor, como ves las cosas?.
-No muy buenas Eula..no te había querido alarmar pero El Libertador, me dijo cuando fui a pedirle permiso, que la situación de Barcelona, era indefendible y nos aconsejaba irnos. Yo le contesté por ti que tú nunca consentirías en huir para salvar nuestras vidas dejando atrás a nuestros amigos.
-William!..dijiste bien!. Yo nunca huiría cobardemente dejando atrás a mi gente!. Prefiero la muerte a esta deshonra!..
-Lo sé amor!..lo sé..
William dirigiéndose a una maleta que lo acompañaba desde Jamaica, sacó una caja pulida de madera y al abrirla, aparecieron dos brillantes pistolas, de formato pequeño y un solo tiro, así como las baquetas, balas y pólvora para su armado.
Mientras charlaba con Eulalia, William se puso a poner a tiro las dos armas. Una vez que terminó y las dejo listas, le dijo a Eulalia:
-Amor!..te voy a entregar una de estas pistolas, para que la tengas a mano y quiero que me jures por nuestra vida, por nuestro gran amor, que no permitirás que estos monstruos te tomen viva, pues estoy seguro que sufrirías torturas, violación y al final la muerte. Es mejor usar estas armas contra nosotros mismos, como una llave de salida digna, ante la iniquidad de estos carniceros...
-William amor,,te juro, que me mataré, antes de caer viva en manos de estos monstruos, te lo juro y si los dos perecemos, nos encontraremos en la otra vida, para continuar nuestro eterno amor...
William la tomó en su brazos y la besó apasionado. La noche barcelonesa con su rumor de mar tendió su manto sobre el poblado que al otro día se disponía a enfrentar a su destino.
En la madrugada, los esposos Chamberlain, llegaron al portalón de la Casa Fuerte y previo santo y seña, Eulalia se dirigió a la enfermería situada en una ala del edificio en el piso inferior y William pasó al piso superior en busca de su general comandante.
PEDRO MARIA FREITES, MARTIR DE LA PATRIA:
Nació en Barcelona en 1790, así que para 1817, contaba con 27 años, pero a pesar de su juventud, fue uno de los primeros en servir a la patria. Se reunió con Bolívar en las expediciones de Los Cayos, participó con Piar en la heroica batalla de Maturín en "Los Altos de los Godos", junto a Juana Ramírez, la avanzadora, otra grande de la Matria, luego comanda la infantería gloriosa de la batalla de "EL Juncal".
Freites era un filosofo, inteligente, mesurado, planificador, muy disciplinado y subordinado a sus deberes como soldado. Profundo admirador de Bolívar.
Muere ahorcado en la Plaza Mayor de Caracas, a los pocos días del desastre de la Casa Fuerte de Barcelona.
SE INICIA LA BATALLA:
A media mañana del día 7 de abril, llega frente al portalón el estado mayor de Aldama, quien personalmente dirige a sus numerosos soldados.
Dos auxiliares se acercan algo más a la puerta y a viva vos, se dirigen a los defensores:
-A los que se encuentran dentro de la fortaleza:
En nombre del rey y por órdenes del general Juan Aldama, os requerimos su inmediata rendición y cesar en cualquier acto hostil en contra de nuestras tropas, de lo contrario procederemos por fuerza a imponernos y sus vidas no podrán ser garantizadas. No hay plazo que os proteja.
En espeso silencio siguió a la intimidación de los realistas, un silencio que a Aldama, le pareció una burla y de inmediato dio las ordenes para el asalto a sus 4.200 hombres.
Freites concentra su defensa desde la azotea del edificio y por los cuatro costados dirige nutrido fuego a los batallones realistas que se acercaban a la muralla exterior, causándole algunas bajas.
Aldama, buscaba desesperado un punto débil para acometerlo y en donde la resistencia no fuera tan nutrida.
Emplazan 4 cañones de grueso calibre en distintos puntos de la muralla y se inicia un constante bombardeo, con el propósito de abrir una brecha en el muro, la cual logran después de 6 horas de disparos.
Por uno de los huecos grandes, se abalanzan los realistas que son recibidos por el margariteño Agustín Reyes, quien espada en mano y al mando de unos 50 margariteños furiosos, tapa con sus propios cadáveres la brecha.
Los cañones barren los cuerpos y escombros y de adentro los patriotas vuelven a cerrarla. En un instante los cañonazos hacen su trabajo en el frente y una gran sección del muro se desploma, entrando todo un batallón de realistas, quienes acuchillan y machetean a cuanto defensor consiguen en el recinto interior aledaño.
El general Freites se concentra en este vital punto y dispara sobre los realistas una lluvia de balas desde la azotea.
Los cañonazos ya libres del muro protector se enrumban a la fachada del edificio, que empieza a colapsar ruidosamente y con gran producción de polvo.
Adentro los refugiados, enfermos y hasta algunos presos españoles que allí estaban desde la batalla de El Juncal, en numero de 50, gritaban con el desplome de las paredes.
Los cañonazos siguen su camino de demolición y los realistas se amontonan parapetados en el patio interior. A combatirlos manda Freites la Mayor Chamberlain y al capitán Demetrio Lobatón, quien ya había perdido a su madre Justina Chirinos en el ataque.
En otra parte del avance interior realista se le oponen el gobernador Don Francisco Esteban Rivas y los coroneles Mesa, Canelón y otros jefes.
El edificio parcialmente envuelto en polvo, humo y llamas parece una caldera del infierno, mientras ya se combate en todos los patios y pasillos.
Los primeros en caer por el pánico fueron los refugiados, a quienes los realistas no respetaban nada.
Los batallones ingresaban uno tras otro exterminando y degollando a quien encontraran a su paso, nada perdonan y la sangre empieza a correr por los pisos de madera y escaleras. Leaureano Ortiz, patriota barcelonés y su esposa Francisca Rojas, acompañados de sus dos pequeños hijos, fueron degollados de una sola vez.
Freites, baja con 42 hombres de la ya inútil azotea y como un torbellino, toma una de las puertas de salida a un patio exterior y al salir, tras un combate cuerpo a cuerpo, se encuentran con unos 2 mil realistas alineados enfrente. La jauría los acuchilló por todos lados y en el centro quedaron heridos, pero vivos el general Freites y el gobernador Francisco Esteban Rivas, el comandante militar y civil de la Casa Fuerte.
Aldama interviene y no deja que rematen a los próceres:
-Dejadlos vivos!..los necesito vivos carajo!..para enviarlos a Caracas como prueba de mi victoria.
LA MATANZA CONTINUA:
Dentro del ya caído recinto, los refugiados corrían despavoridos, buscando las azoteas y allí eran lanzados al vació para no gastar balas.
William retrocedió del patio encomendado a su defensa, buscando la enfermería y a Eulalia, sube una escalera interior aledaña, para proteger el hospital situado abajo, mientras que Eulalia, y las enfermeras trataban de contener a los enfermos, muchos de ellos heridos e imposibilitados de caminar y menos correr.
Desde arriba y abajo, llegan soldados realistas e inician la matanza de los hospitalizados en sus camas, Eulalia sale a la entrada de la escalera y alcanza a ver a William, quien todavía contenía a sablazos a los asaltantes.
En su poderoso brazo, la espada ensangrentada y en la otra la pistola del juramento, la cual en el momento en que es herido a bayonetazos, la esgrime contra su sien y se dispara un pistoletazo, no sin antes fijar su postrer miranda en la figura de Eulalia, escaleras abajo, en donde ya llagaban la jauría comandada por un oficial español, este trató de asir a Eulalia por el vestido y logra que esta caiga escaleras abajo, se le encima con lascivas intenciones y ella como un reflejo automático, esgrime su pistola del juramento y le vuela la cabeza al español.
Los acompañantes se vuelven locos y la tasajean con su machetes y le cortan la cabeza.
A patadas bajan los restos de William por la ya enrojecida escalera y a patadas sacan lo que queda de sus cuerpos al exterior, en donde los mal amarran a la cola de un caballo que espantan para llevar los despojos por la tierra de los patios, ante el griterío de los realistas que celebraban su victoria.
Gritos de las últimos degollados, incendios por doquier y un humo negro que se arremolina en los techos. Termina la batalla en un estruendoso silencio.
Llega la noche en Barcelona, como un manto misericordioso, para ocultar la sangre y los restos de nuestros héroes.
CAE EL TELON Y LA PATRIA SIGUE Y SIGUE:
Pedro María Freites y el gobernador Francisco E. Rivas, llegan heridos a Caracas y siguiendo su cadena de crueldades, son condenados a la horca en la Plaza Mayor, en donde el pueblo silencioso presencia sus martirios.
Aldama, se ufanaba de la mascare de la Casa Fuerte en donde ni siquiera perdonaron a los 50 realistas presos en el recinto, por ser venezolanos, es enviado con Morillo a Margarita y allí sufren la derrota de "Matasiete".
Morillo cansado de los desmanes de Aldama en 1819, lo envía preso a España, con un expediente por "crueldad innecesaria e insubordinación". Es dado de baja del ejercito con deshonor.
Bolívar con Cedeño, Piar; Leon Torres, se encamina a la toma de Guayana y Angostura.
La Matria y la Patria, continuaron su ascenso luminoso y atrás quedaron los recuerdos de la jornada aciaga de la Casa Fuerte de Barcelona.
Los espíritus unidos de William y Eulalia, seguramente siguieron su camino de amor por la Matria.
Cuanta gente ha sido mezquina y olvidadiza, cuantos débiles confunden al sublime nombre de la Patria, con sus necesidades no satisfechas.
Eulalia y William, quien ni siquiera era venezolano, nunca dudaron en hacer cualquier sacrificio por la Patria, ella perdió su familia, su hija y sus dos esposos y muere en forma cruel y violenta a los 21 años.
Que nobles y grandes fueron nuestros queridos héroes, tan inmensos en su sacrificio. Lo dieron todo y cuando ya no tenían nada más que dar, dieron sus preciosas vidas.
Agradecimiento, honor, recuerdos y amor por estos casi niños mártires de la Matria.