La burguesía y sus instrumentos de opresión no se preocupan por ocultar sus malas intenciones.  Solo se dedican a engatusar incautos con verbos engañosos ofreciendo villas y castillos  en procura de cargos de representación popular para luego clavar la daga  de la muerte.  Cada vez que veo estos espectáculos macabros en los cuales la burguesía o sus agentes hacen gala de su miseria humana, al atacar, empobrecer, despojar, vejar, encarcelar, matar, a los pueblos que absurdamente los eligieron como gobiernos y luego son objeto de opresión.

  Los tres nombres arriba señalados, solo son un ejemplo de cómo las elites criminales son capaces de acudir a cualquier herramienta y a aplicar el método necesario para sus fines, incluso monstruos con forma de mujer y que son una ofensa pública para tan hermoso género humano.  Esa burguesía capitalista, tiene la propiedad de adaptarse a los cambios que se dan en la sociedad y las nuevas tendencias revolucionarias. Pero el pueblo, no. Las mayorías reaccionamos más lentamente, asimilamos tardíamente a los  ataques y maldades del poder opresor y sus innovaciones. Nuestros intelectuales revolucionaros entienden y comprenden el momento y sus razones, pero hacer que las mayorías lo hagan, crea un vacio muy dañino. El espacio de ese vacio, entre comprensión e incomprensión, es lo que marca la diferencia entre liberación y opresión. 

    ¿Cuántas elecciones se han celebrado en USA, por ejemplo? ¿Se puede decir que realmente la población ha mejorado? ¿Cuanto espacio ha ocupado el pueblo en las posiciones de poder?  Según veo y comprendo hoy el pueblo Norteamericano está mas oprimido, los grandes monopolios económicos tienen cada día mas poder, al punto que quienes quieran ser presidentes o “representantes populares”, se deben empeñar económicamente con esas corporaciones, las que después cobran la deuda con intereses grotescos y cuotas de poder que van más allá de los limites de la lógica. Hoy podemos decir que el real, el   único poder y gobierno en la potencia militar norteña, son los grandes monopolios económicos yanqui. El pueblo paga altas tazas de impuestos, los capitalistas no. El pueblo es lanzado a la calle si no paga los altos intereses que cobra la banca, sus ahorros cobran miserias. El estado subsidia a los poderosos capitalistas, en detrimento del pueblo empobrecido, el gran capital tiene todas las garantías económicas. El pueblo no tiene derecho a la salud, vivienda, educación, a opinar libremente, a manifestar.

      Con personeros como los arriba señalados, la democracia yanqui y capitalista deriva en una dictadura, donde el gran capital dicta quienes serán gobierno. El pueblo solo tiene las opciones que las elites le dan: demócratas o republicanos. Dos opciones que en verdad son la misma dictadura con diferentes nominaciones políticas. ¿Pero por que si es el pueblo el que elige, no crea su propia tendencia? ¿O será que el gran capital sionista dejará que ese 99% marginado imponga las reglas de las mayorías?

 Ese modelo de dictadura, vendido engañosamente como democracia occidental, es un monstruos sanguinario que genera la miseria en las mayorías, para luego manipularla con dadivas y limosnas, en aparente privilegio económico y social, para que sus hijos se conviertan en el ejercito y la policía que someterá a sus hermanos de clase que pretendan ser libres e instalar una verdadera democracia de las mayorías.  Cuando eso pasa, cuando esa mayoría se rebela, entonces surgen las  Andrea Fabra, del PP, grita "¡que se jodan!" en el Congreso al anunciarse el recorte a parados. Yo agregaría: que para eso nos eligieron los pendejos.

       Así son esas alimañas en España, en USA, en Venezuela, en todo el mundo. Mientras tanto las vanguardias nos empeñamos en tratar de aparecer como iluminados extraños a esos pueblos que decimos nos duele y queremos ayudar, incluso muchos acaban siendo instrumento de lo que decían combatir.

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