Lo trascendental de este despertar social hunde sus raíces explícita o implícitamente en la espiritualidad cristiana. Ya hace décadas que Juan Pablo II llamó a América Latina, con respecto a la Iglesia católica, “el continente de la esperanza”. En ese contexto de esperanza cristiana surgen las luchas sociales de finales del XX e inicios del veintiunésimo. Los movimientos indígenas, los sin tierra, los desplazados, los inmigrantes, los ecologistas, los feministas, etc. alimentan sus deseos de superación y su constancia en la lucha a partir de una fe común que los une, la persona de Jesús de Nazaret.
Desde esa realidad que vive nuestro continente, un grupo de comunidades eclesiales de base procedentes de diferentes iglesias cristianas de Venezuela hemos iniciado el pasado mes de marzo una reflexión de cara a un encuentro internacional. Primero con asambleas en diferentes regiones para luego convocar a nivel internacional. La respuesta ha sido de una gran aceptación al punto que hemos debido limitar la participación debido al espacio. El evento lleva por título “encuentro internacional sobre la espiritualidad liberadora a la luz de la Teología de la Liberación”. Hacia esa espiritualidad liberadora es hacia donde queremos caminar los pueblos latinoamericanos y caribeños. Es la experiencia del Exodo, unos pueblos que caminan entre luces y sombras buscando su propia liberación. Soñando ser protagonistas de su propio destino. El seguimiento de Cristo no puede quedarse indiferente ante el despertar político que vive América Latina, es nuestro deber acompañar e iluminar aportando los valores del evangelio para que se consoliden los proyectos que desde diferentes lugares y con nombres distintos apuntan hacia la misma dignificación de los históricamente excluidos. El hoy de la historia reclama los valores cristianos para consolidar el hambre de justicia que viven nuestros pueblos y de no hacerlo seremos juzgados por la historia.
El evento tendrá lugar en las salas uno y dos de Parque Central a partir del día 17 a las 3 de la tarde con las inscripciones de los delegados y 18 y 19 que serán los días intensos de las mesas de trabajo. El evento tiene como único objetivo construir un espacio unificador permanente de la acción de las fuerzas liberadoras a partir de las experiencias de los pueblos y generar una red de solidaridad que nos integre como fuerzas liberadoras a nivel nacional e internacional.
Confiamos en los dones de Cristo Resucitado que camina junto a hombres y mujeres que apostamos por la posibilidad de un mundo nuevo. Con esa fe estamos seguras, seguros que la unidad de las y los cristianos de base de América latina y el Caribe desde este encuentro, se convertirá en un árbol frondoso donde los pequeños y eternamente olvidados puedan encontrar razones para seguir teniendo esperanza.
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