En un cable difundido ampliamente por la Agencia AP en semanas recientes, se informó que el presidente del subcomité del Hemisferio Occidental del Congreso de los Estados Unidos, Dan Burton, representante de la derecha republicana más recalcitrante del estado de Indiana y coautor de las leyes que han profundizado el bloqueo norteamericano hacia la hermana República de Cuba, expresó su malestar y gran inquietud por lo que calificó de una intolerable penetración y “ocupación china” de algunos países latinoamericanos muy ricos productores de materias primas, entre los cuales señaló como los más importantes a Venezuela, Brasil y Argentina. Agregó el cable que esa molestia del legislador se basaba en el hecho de que era cada vez más creciente esa invasión comercial del gigante asiático, particularmente en el área petrolera de Venezuela, lo cual pudiera poner en peligro el suministro del crudo por parte de este país hacia las costas norteamericanas.
Con respecto a los otros, Brasil y Argentina, la nota no contiene mayores explicaciones, pero se intuye de su lectura que la angustia del congresista se debe a que se trata -precisamente- de dos países que gozan de una gran influencia en la región por su gran tamaño, fortaleza económica histórica no obstante la debacle ocurrida en el segundo por la sobre dosis de neoliberalismo que le inocularon durante el decenio menemista y el período inconcluso de De La Rúa, así como el respetable número de habitantes que ambos tienen, cuyos actuales gobiernos, con ciertos e importantes matices de izquierda, mantienen estrechos acercamientos con el presidente venezolano Hugo Chávez, expresados a través de la firma de numerosos convenios bilaterales en las áreas energéticas, industriales, comunicacionales, culturales y agropecuarias, las cuales han conducido al ingreso de Venezuela al MERCOSUR, en calidad de Miembro Asociado, la salida al aire en el venidero mes de julio del canal de televisión TELESUR, así como a generar entre los miembros de la Comunidad evidente interés por avanzar en los estudios y análisis que permitan determinar la viabilidad de la propuesta venezolana de un conjunto de planes y programas económicos y sociales dentro de un novedoso esquema fundado en la complementariedad de las economías de los países en función de sus propios recursos y de sus capacidades reales y potenciales en el campo manufacturero e industrial, rompiendo de esa forma el viejo paradigma de que la competitividad comercial y el rédito eran las únicas variables que determinaban las relaciones o acuerdos económicos entre los Estados, en donde el ser social, es decir el ciudadano común, poco o nada importaba, todo lo cual, obviamente, configura un marco de invalorables referentes como para que la potencia del norte realmente se sienta afectada por una estresante desazón.
Al congresista Burton le acompañan, quizás con una angustia más intensa, las voces envalentonadas del gobierno de Bush, quienes ya advierten como acontecimientos irreversibles para el venidero año el triunfo de muy fuertes y sólidas coaliciones de izquierda en los comicios del próximo año en Nicaragua, Colombia y México, así como la reelección del presidente Chávez hasta el 2.013, al margen de que parecieran estar quemando los últimos cartuchos dados los esfuerzos persistentes por tratar de convencer a la comunidad internacional de que las armas que ha adquirido Venezuela a Rusia y a España serán desviadas en una apreciable cantidad hacia la guerrilla colombiana, debido a los vínculos muy estrechos que, aseguran sin prueba alguna, mantiene Hugo Chávez con esos grupos armados. De lo que se trata es intentar vender la falaz y artera acusación de que el gobierno venezolano es forajido, para de esa manera encontrar el apoyo necesario para derrocarlo.
Tal especulación resulta a todas luces infantil y la misma provoca sólo hilaridad, pues no es otra cosa que un recurso retórico sin fundamento alguno que utiliza el imperio como arma mediática orientada a generar zozobra e inquietudes al mayor, en sus esfuerzos cada vez más infructuosos de acabar con el liderazgo exitoso de Chávez y su proyecto revolucionario bolivariano, como única alternativa para recuperar su control ancestral sobre Venezuela.
El discurso de la dirigencia imperial es cínico e hipócrita. Se sustenta en la premisa de que nuestros pueblos son eunucos y más allá de ello carentes de memoria. El senador Burton pretende esconder lo que ha sido público y notorio para toda la comunidad mundial desde hace por lo menos dos décadas, que las relaciones de su país con China cada día han venido potenciándose a términos tales que ambos conforman a la fecha quizás el mayor comercio bilateral que se registra en el mundo. Los Estados Unidos se ha convertido en el primer socio comercial de China y éste gigante forma parte de sus primeros cinco socios comerciales, lo cual evidencia el grado de acercamiento y amistad que existe entre ambos países, por lo que no nos cabe la menor duda de que esas manifestaciones de preocupación del norte sólo y únicamente llevan el propósito de impedir que se modifique un ápice su histórica y tradicional política de relaciones con los países de su patio trasero, fundadas en el dominio, la imposición y la más abyecta sumisión.
Mientras que por un lado la potencia del norte ejerce su soberanía a plenitud, lo cual es plausible, no tolera que los países sobre los cuales ha tenido tradicionalmente una evidente influencia, ejerzan la suya y es allí donde tienen su asiento las causas que originan el descontento y más allá de ello la inmensa indignación que sienten nuestros pueblos de la América Latina por su pertinaz propósito de ejercer sobre ellos su poder omnímodo para controlarlos y doblegarlos en beneficio de sus propios intereses.
Los pueblos del Continente han levantado su voz de libertad con una fuerza imbatible y eso es ya, desde nuestra óptica, una decisión irreversible. Se seguirán, sin duda, escuchándose los discursos agresivos y las reiteradas amenazas desde los salones del Pentágono, de la Secretaría de Estado, de la Casa Blanca e inclusive nos podrán enviar sus aviones armados con bombas inteligentes y las huestes invasoras de mercenarios desde áreas sometidas a sus designios por la traición y el descaro, bajo la tutela y conducción disfrazada del Comando Sur de los Estados Unidos, para con ello acallarnos la voz y quebrar nuestra voluntad de lucha y no lo podrán lograr.
Los pueblos de esta América Latina nacida para la libertad se han puesto de pie y han dicho ¡basta…! Son causas objetivas y de profundas raíces estructurales que han llegado a traspasar los límites de la paciencia y de la mayor exacerbación, las que están bloqueando los esfuerzos imperiales por pretender mantener inalterables sus posturas hegemónicas.
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