Hugo Chávez llega al estado, el día miércoles 22 de agosto, después de la media noche, sorprendiendo a titirimundi, como un batazo trepidante que no dio chance a nada, ni al maquilleo, ni al encajonamiento de su visita.
A pasar de lo sorpresivo y la hora de la noche en que realizó su aterrizaje a la primogénita del continente americano, la noticia de su llegada, corrió como la luz, y en pocos minutos, el pueblo Cumanés colmo todos los rincones y todos los espacios de del aeropuerto Antonio José de Sucre.
Según informaciones aportadas por dirigentes del partido, a la mañana del día siguiente, recorre la ciudad, visita algunas comunidades y al hospital de Cumaná.
Fue a las 5 de la tarde, del día jueves 23 de agosto, cuando hace su entrada triunfal, como esos boxeadores favoritos a la concentración que fue organizada. Hacia solo dos días que el presidente había anunciado su visita a la región, pero fue tiempo suficiente para que los habitantes de todo el estado, se dieran por enterado y colmaran de extremo a extremo las calles de la Panamericana y Nueva Toledo. Centellante fue la convocatoria, pero a pesar de todo, se sobrepasaron y bien lejos, las expectativas. Un pueblo emocionado y ansioso por brindar su amor y hospitalidad al líder, fue lo que encontró Hugo Chávez al entrar en contacto con él.
Desde la madrugada de ese día (jueves), se venían originando fuertes precipitaciones en todo el municipio Montes, que acumularon grandes masas de agua, lo cual provocó que se desbordara el río Manzanares y generara grandes afectaciones a la capital del municipio (Cumanacoa) y en las comunidades de La Fragua, Las Trincheras, La Peña, San Salvador, Orinoco, Los Cedros y Montalbán. Las ruinas que se observan en La Fragua y Las Trincheras, dan muestra de la fuerza descomunal del río. Como era de esperarse, los oposicionistas, los que no tienen otras labores más que oponerse al gobierno, comenzaron a lanzar sus criticas, desconsideradas y sin sentido, responsabilizando al presidente hasta del desborde del río. Criticando absurdamente, que el candidato de la patria hubiese estado en una concentración en Cumaná, cuando Montes se inundaba. A entender de los oposicionistas, el presidente tiene el poder de controlar la naturaleza y de evitar eventos trágicos generados por esta.
El día viernes 24, en horas de la tarde, desde ese mismo sector morboso, depravado, que disfruta, que se divierte con el dolor ajeno, comenzaron a enviarse cadenas y mensajes vía telefónica, donde desinformaban y creaban zozobra en el pueblo, sosteniendo que la represa del Turimiquire se había fracturado, desprendiendo grandes masas de agua, que provocaron una avalancha de más de 8 metros, que amenazaba con sepultar al municipio entero. Este juego mortuorio, genero en el pueblo lo que sus creadores esperaban, en pocos minutos los pobladores del municipio entraron en un clima de incertidumbre y pánico, provocando que muchos se fuesen a otros municipios, otros corrieran hacia los cerros, y los que se quedaron en sus casas procuraron subir a sus seres queridos y bienes preciados a los techos y platabandas. Fue una situación de histeria colectiva, de agonía e impotencia frente a una “tragedia” inminente.
Dentro de ese clima de desasosiego, hace presencia, nuestro campeón de mil batallas, Comandante Hugo Rafael Chávez Frías, quien hace sus primeras paradas en la población de Quebrada Seca y la siguiente en la población de Río Arenas. Deteniendo de inmediato las pretensiones de los perversos e interrumpiendo por algunos momentos, el transcurrir del tiempo, el dolor y las lágrimas de los montesinos. Compartiendo los dolores del pueblo y permitiendo que hasta declarados enemigos de nuestro proceso, se abrazasen y llorasen junto a él. La sola presencia del hombre que desde hace 12 años representa la esperanza de este país, trajo calma y confianza entre los cientos de afligidos por la tragedia. En resumidas cuentas, fueron algunos instantes, que solo se asemejan a cuando un padre abraza a su hijo, luego de las tribulaciones ocasionadas por un mal sueño.
Hasta tarde de la noche, la gente en la calle comentaba las aventuras del Comandante; decían que empujó al chofer del Tiuna y que fue él, quien manejó. Que ya en Cumanacoa, subió hasta el puente de Cocollar en una moto. Y así muchas cosas. Fueron muchos los mitos que surgieron a partir de allí.
En la intervención pública que realizó el presidente desde la escuela José Luis Ramos, dio las orientaciones a sus ministros para que se atendieran de manera integral al municipio.
Pero más allá, de todo lo que se pueda plasmar en estas líneas, llama la atención lo dañino que pueden ser algunos seres humanos, en su búsqueda por desestabilizar el país. Mientras Hugo Chávez construye, los carroñeros siguen en su afán por generar una situación que cambie la percepción positiva que se tiene del líder.
El autor es: Lcdo.