En
Monagas, ante un auditorio repleto de mujeres, hizo gala de un
repertorio de clichés y cursilerías que son difíciles de encontrar en
revistas para quinceañeras. Usted no conoce a nadie que se largue frases
como ésta: "Las mujeres son todo para mí: mi fortaleza y mi debilidad".
Mucho menos: "Mi vida tiene nombre de mujer, porque mi vida es
Venezuela".
Pero
nada como este pasaje: "Les digo a todas las mujeres que están en una
Misión. He conversado con muchas en muchos pueblos. Nos hemos visto a
los ojos. No hay nada más bonito que cuando nos vemos a los ojos. Porque
además, yo que soy un eterno enamorado, las mujeres leen los ojos de
uno. Por eso es que cuando usted ve que un hombre está diciendo una
mentira, ve para otro lado".
Cursilería mató a confianza.
Y sin embargo, la cursilería es lo de menos. Puro entretenimiento. Corín Tellado con MTV.
Lo importante es el asunto de la confianza.
Si
Capriles Radonski está intentando ganarse la confianza de los
venezolanos, si nos ve directo "a los ojos" (a través de los personajes
imaginarios que el candidato recrea permanentemente, esta vez mujeres
que están en Misiones), no es porque sea "un eterno enamorado", sino
porque está al tanto de la profunda desconfianza que le tiene la mayoría
del pueblo venezolano.
Alguien que pide confianza es porque no la tiene.
Si
Capriles Radonski no tiene la confianza de la mayoría del pueblo
venezolano es porque es un mentiroso. ¿Se puede decir más claro?
¿De
qué otra forma se puede llamar a alguien que promete solucionar los
problemas de los venezolanos en un año? ¿Acaso nos toman por tontos?
Claro
que nos toman por tontos. La oligarquía jamás ha dejado de pensar que
si la mayoría del pueblo venezolano vota por Chávez, es por inmadurez o
ignorancia. Ambas dos inclusive. Nos creen incapaces de sacar nuestras
propias cuentas, de discernir, de decidir qué es lo mejor para nuestras
vidas y cuál debe ser nuestro destino.
Capriles Radonski miente porque la mentira es otra forma de desprecio.
Naturalmente,
seguirá intentando hacer el papel de víctima, tal y como lo manda el
guión, y nos seguirá echando cuentos del David que lucha contra el
"miedo" que inspira el Goliat totalitario.
Las
razones de la desconfianza, lo sabemos, son otras muy distintas. Pero
además son públicas. Están a la vista de todos. No son un secreto para
nadie.
Seguramente
usted nunca habrá escuchado hablar de un señor llamado Miguel Ángel
Santos. Pues bien, una breve nota publicada en el diario El Universal,
este martes 4 de septiembre, ofrece señas suficientes:
"El
economista Miguel Ángel Santos, quien forma parte del equipo que diseñó
el programa de Henrique Capriles, explicó durante el video chat que
realizó en El Universal el pasado 15 de agosto los lineamientos a
aplicar en materia cambiaría si Hugo Chávez es derrotado".
¿Qué es lo prioritario, según el economista Santos? Reseña El Universal: "Lo
primero son anuncios para generar confianza en los mercados. 'Hay un
conjunto de medidas que van a tomar tiempo pero existen acciones
tempranas como nombrar un directorio del Banco Central con experiencia y
declarar que se le restituye la autonomía a esta institución'".
Acto seguido, respectiva retahíla sobre la propiedad privada: "Agrega
que también está previsto dejar claro que se respeta la propiedad
privada, 'utilizar el superávit en cuenta corriente para fortalecer las
reservas internacionales…'", etcétera, etcétera, etcétera.
¿La
propiedad privada de quiénes? ¿La de usted, lector? ¿Acaso la mía? No.
La propiedad privada de quienes históricamente tuvieron el control del
Banco Central de Venezuela, los mismos que retomarían el control de la
institución una vez restituida su "autonomía".
Por
supuesto, usted nunca escuchará a Capriles Radonski diciendo lo que su
asesor en materia económica confiesa sin complejos de ningún tipo: la
prioridad es generar confianza en los mercados. De hecho, casi podría
decirse que el titular de la nota de El Universal es insidioso, y no le
ayuda en nada: "Capriles, crear confianza para atraer capitales".
Usted nunca escuchará a Capriles Radonski explicar, por poner un ejemplo, los puntos 402 y 403 del documento "Lineamientos para el Programa de Gobierno de Unidad Nacional (2013-2019)".
El
primero plantea que "mejorar la gestión fiscal sin provocar una severa
caída del producto y el empleo obligará al próximo gobierno a solicitar
créditos adicionales a la Asamblea Nacional y a examinar opciones de
endeudamiento que no hayan sido agotadas por la actual administración,
en el marco de una estrategia coherente de financiamiento público que
reclame para Venezuela el nivel de valoración de riesgo que debe
corresponderse con sus recursos y potencial".
No
son impresiones suyas: el lenguaje excesivamente técnico de Miguel
Ángel Santos y compañía impide que quede suficientemente claro. Tal vez
una lectura del punto 403 ayude un poco a esclarecer dudas:
"Para
ello tocará al nuevo gobierno informar a la banca internacional y
multilateral, y a la comunidad financiera internacional en general, la
situación de las finanzas públicas, la planificación fiscal del nuevo
gobierno, sus necesidades previstas de endeudamiento y el cronograma
proyectado de pagos y amortizaciones, con la intención de contribuir a
reducir la prima de riesgo del país y abrir nuevas fuentes de
financiamiento".
Eso
explica tanta desconfianza: si Capriles Radonski apela a tantos clichés
y a tanta cursilería, es porque necesita disimular las intenciones de
la clase que representa. Lo que el candidato de la oligarquía tiene
planeado, y está escrito, es volver a los tiempos en que nuestra nación
estaba rendida a los pies de la banca internacional y multilateral, esa
que nos dictaba recetas de hambre mientras saqueaba nuestros recursos.
Mientras tanto, Capriles Radonski viendo para otro lado. Y pidiendo confianza.
reinaldo.iturriza@gmail.com