La súbita conversión de Capriles en misionero tiene sorprendidos a propios y extraños. Historiadores de la derecha seria como Pino Iturrieta, buscan en los tiempos de las carabelas el origen de esa metamorfosis. El candidato no estaría en la línea del padre de las Casas, sino de los curas que hicieron de la cruz la empuñadura de la espada del conquistador. Que Radosnki salga a defender las misiones de Chávez en la recta final, tiene traumada y vuelta un ocho a la oposición.
Misiones y hordas
“Aguila no caza mosca”, suspiró un original Radonski en Globovisión. Para enamorar chavistas hay que imitar chavistas, lo asesoraron. Robar los votos al comandante pasa por robarle las misiones. Urge inventar una ley de misiones. Relanzaremos al candidato como “el misionero de la escalera”. Nuestras damas proclamarán: ¡Con mi misión no te metas! Evitarán pronunciar micción por misión. El exceso de finura ofende a las hordas que soñamos conquistar.
Ahora es chavista
La mejor defensa de la gestión presidencial de Hugo Chávez llega de quien menos se esperaba: el candidato de la derecha; por el canal menos esperado: Globovisión. El domingo 9/09 a las 9:30 de la noche, Capriles emergió de las luces y leyó sin parpadear el telepromter. Los venezolanos no se creían lo que escuchaban: Radonski defendía las misiones y con emoción prometió multiplicarlas. Una escuálida intransigente rezongó: ¡Ni Jorge Rodríguez y Diosdado juntos lo harían mejor!
Marxmajunchismo
Radonski “teorizó” que si los chavistas son socialistas, “yo soy marxista-leninista”. Chiste maloso que él se creyó. Emocionado, prometió aumentar el salario mínimo que Chávez convirtió en el mejor de Latinoamérica; defendió Barrio Adentro y juró multiplicar las misiones, que es como multiplicar al Comandante. Fue su respuesta al develarse el paquetazo. “Lo que nos faltaba –gruñó una adulta mayorcita de Alto Prado-, que ahora nos quieran clavar el marxismo-majunchismo”.
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