Moisés de Jesús es mi penúltimo vástago de cuatro años de edad. El pasado domingo 26 a las 3 de la madrugada se despertó y me dijo en tono de reclamo: Papi, ¿Por qué el lago esta tan sucio y no le ponen un techo para que no se ensucie la playa?. Me dio en el alma con esa critica tan profunda para su edad y me recordó lo negligente que soy como padre en ese particular.
Según “expertos”, la lepna no es dañina, algunos hablan de procesarla y transformarla en abono orgánico, otros la llevan como bandera para captar recursos económicos y la mayoría de los funcionarios de los organismos que tienen competencia en la materia “se hacen los boludos”. Como dijo Facundo Cabral.
Mientras perdemos la perspectiva en cuestiones de forma, el fondo del reservorio de agua dulce mas grande de América esta sufriendo una mutación que nadie se atreve a calificar.
La rica memoria histórica que tenemos de nuestro Lago, en otrora cristalino, como fuente de vida y desarrollo de nuestros pueblos y el fiel testimonio que da de las luchas por nuestra emancipación de mas de quinientos años de saqueo, enfatizado en los años cincuenta con la fiebre del “oro negro”.
Las compañías transnacionales que operaron la extracción de petróleo, lo hicieron dirigidos por “la mano invisible del mercado” y esta como no es vista por nadie hizo lo que le vino en gana desde la perspectiva capitalista y salvaje ya que no tenia ninguna relación afectiva con nuestro medio ambiente. Nada le importo porque su único objetivo es enriquecer una minoría sobre el infortunio de la mayoría.
La visión miope e quienes gobernaron y aun lo hacen en el Zulia les da también su cuota de responsabilidad: 21 municipios edificados sin plan de desarrollo urbano que respete los causes naturales de ríos, quebradas, drenajes y humedales, además del equipamiento ineficiente de las redes de aguas servidas y agua potable.
En este caso se violentan la Constitución Bolivariana de la Republica, leyes Nacionales, convenios internacionales y hasta las leyes de la naturaleza sin culpable, responsable ni salvador.
El reclamo de mí pequeño hijo me hizo arrechar primero conmigo mismo y luego con todo aquel insensible que no piense, diga o haga nada por salvarlas fuentes del vital liquido que dejaremos a los hijos de nuestros hijos.
SALVEMOS NUESTRA FUENTE DE VIDA,
SALVEMOS EL LAGO…