“La lucha es de los pueblos. El futuro es nuestro”
-Presidente Salvador Allende
Sábado 22 de Octubre 2012. Hace un par de horas se terminó de noche en Quito, Ecuador, un acto político singular. A principio de la tarde se habían dado cita en una gran avenida del centro de la ciudad, cerca de la sede del partido Alianza País, ciudadan@s por miles y miles llegad@s desde varios puntos del país. Era una convocatoria en el contexto pre-electoral donde las inscripciones de aquel partido habían superado más de seis veces la totalidad de sus contrincantes. La temperatura era inusualmente caliente para la estación y solo la víspera había caído un “palo de agua” después de una dura sequia por varios meses. Algunas nubes empezaron acumulándose y quedó la duda si los presentes iban a resistir una amenaza de aguacero sino peor. Al pasar las horas en la tarde, las nubes acumuladas decidieron cambiar de rumbo prefiriendo otro sitio para liberarse de su alta condensación. Algunos espíritus optimistas pensaron con alivio que la naturaleza estaba en línea con sus propósitos del día.
No se veían carteles ni lemas sino banderas de color verde vivo como las franelas y camisas así como banderas de distintas regiones del país. Est@s miles y miles de ciudadan@s daban una impresión de fervor pacifico y fuerza tranquila. Tambores y cantos llenaban el aire, en particular el entrañable grupo de la Patana de Mérida, Venezuela, Víctor al frente, con su poesía, su voz y su calidad musical. Era un ambiente bastante familiar como ocurre en Cuba, Venezuela, Nicaragua, Bolivia y como ocurrió durante la Unidad Popular en Chile aunque con estilos particulares. Se podía fácilmente identificar por su apariencia física y vestimentaria campesinos andinos, obreros, urbanos de la clase media, varias generaciones confundidas desde abuelos, padres, adolescentes e infantes: una verdadera representación del tejido social vivo.
En Quito por primera vez, desde apenas una semana, todavía luchando por el efecto de la gran altura, éste visitante solidario tunecino, llegando desde Caracas en plena batalla electoral, africano en medio de la multitud andina densa y pacífica, él trataba de abrir un ojo nuevo a la vez curioso, ávido por aprender, alerta con una mente reflexiva. A medida en que trataba de avanzar en medio del compacto arco iris humano hacia una de las gigantescas pantallas, se le ocurrió preguntar a varias personas al azar con tono provocador:”¿Y Usted, porque apoya a Correa?”. La respuesta fue unánime: “Porque quiero el cambio…porque Correa es un patriota que busca el bien del país…”.
El orador no se hizo esperar, vestido con blue-jeans y un suéter deportivo verde vivo, por supuesto, apareció lleno de vigor juvenil con amplia sonrisa saludando a l@s presentes. No demoró en entrar de lleno en el tema del día: listas escandalosamente fraudulentas de firmantes supuestamente enrolados en partidos de la oposición oligárquica, reveladas por el Consejo Nacional Electoral; hechos bochornosos encubiertos por una prensa acostumbrada en tergiversar los hechos; opositores estériles tanto los de derecha que usan el arma del ataque personal, la calumnia a falta de argumentos políticos, como los de una izquierda “radical” calificada de “infantil” --no por burla sino lamentándolo—la que al igual que la europea acostumbra refugiarse en un hipercriticismo ideológico perdiendo así el rumbo de la lucha común patriótica frente al enemigo imperialista y su apéndice local oligarca. Con tono vehemente sin efectos oratorios pero con vigor expresaba el orador su indignación en nombre de valores patrióticos y de integridad personal. El dejaba poco espacio a los aplausos. En apenas una hora o poco más desarrolló su argumentación de forma articulada buscando informar más que convencer a sus atentos oyentes. Daba la impresión de estar apurado como para irse rápidamente. En realidad, trataba de deshacerse con enojo de toda esta negatividad a la cual aludía, diciendo precisamente que sus oponentes de derecha e izquierda buscan sin cesar agotar sus fuerzas en batallas estériles y respuestas obligadas a estos ataques personales y las diversas conjuras.
Finalizado éste breve discurso de denuncia de un pre-candidato a la reelección presidencial, iba en realidad a empezar el verdadero espacio de fiesta popular animada ni más ni menos por los miembros del gobierno desde la tarima con el presidente inagotable de energía y de seducción al frente del grupo: bailó y bailaron, cantó hasta perder la voz rivalizando con el energético y alegre canciller Patiño quien se ganó la palma por su amplio repertorio y su voz de tenor. No menos alegre y energético ha sido el coro de las voces populares presentes por miles hasta tarde después de caer la noche.
Si la fiesta era planificada, el amplio repertorio de canciones cubriendo el aporte Caribe y suramericano era improvisado por los unos y los otros en la tarima y a petición de los asistentes quienes acompañaban en coro con talento al notorio grupo de ministros-artistas. No se percibía distancia entre los unos y los otros sino más bien alegría comunicativa y complicidad. Este sencillo acto cultural hecho verdadero concierto a cielo abierto en plena avenida de la ciudad ha tenido un efecto tangible de acercamiento de los presentes con sentido de familiaridad entre artistas de un día y sus admiradores. Estaban en familia compartiendo su evidente fraternidad. La ganancia política de semejante acto festivo era segundaria ya que se trata de militantes y simpatizantes de un movimiento político con amplia audiencia, buscando compartir su alegría, su fe en el futuro, reforzando lazos en preparación de una lucha política decisiva para el presente y el futuro del país, al igual que está pasando en Venezuela a la misma hora. En breve, se trata de un acto sencillo de comunión político-cultural, un acto de fraternización haciendo énfasis en lo cultural como elementos clave de comunión.
Frente a éste amplio arco iris humano, tan alegre y pacifico, aparecen evidencias y surgen inquietudes. En la coyuntura internacional actual en la cual las fuerzas imperiales decadentes y desesperadas están llevando a cabo con descaro las ofensivas OTAN conjuntas de intervenciones armadas directas y agresiones múltiples en países del Sur, África y Medio Oriente, con miras más allá hacia el lejano Oriente, apoyadas por miserables fuerzas mercenarias a su servicio con ropaje islamista, la amenaza en realidad apunta hacia el conjunto de los países y pueblos del Gran Sur Tricontinental. La unidad dentro de la diversidad a nivel continental, Tricontinental como en el seno de un mismo país, en tanto como unidad patriótica anti-imperialista debe prevalecer cualquier divergencia, indicando el rumbo y el objetivo estratégico irrenunciable para alcanzar la verdadera independencia y soberanía nacional, con la condición obligada de derrotar definitivamente en este siglo XXI las fuerzas imperiales occidentales con el imperialismo norteamericano al frente, el peor enemigo de la humanidad.
A favor de esta sagrada unidad, factor decisivo de la lucha por la supervivencia de los pueblos del Gran Sur Tricontinental y por ende de la propia humanidad: TODO. Nada en contra. Ninguna demora en la movilización general puede tolerarse. El enemigo aprende más rápido que los pueblos –gracias a la alta sofisticación de sus medios- y trata de mantener la iniciativa y la ofensiva con el ataque preventivo.
Más allá de la necesaria unidad de las fuerzas de izquierda –unidad en la diversidad- a niveles nacional e internacional, se trata de la unidad global de los pueblos según una estrategia horizontal ascendente, integrando desde ya e incluyendo las más amplias capas sociales con afirmado sentido patriótico anti-imperialista.
Pueblos unidos con conciencia social actualizada en función de la lucha anti-imperialista son definitivamente pueblos invencibles y vencerán.
*drrashidsherif@yahoo.com
*Blog: www.shaahidun.wordpress.com
Quito, Ecuador, 22 de Octubre 2012. 11:49 PM