Este 25 de diciembre la música venezolana ha sufrido una sensible pérdida, Don Augusto Bracca eminente compositor venezolano falleció en su Apure natal, sirva este breve artículo para referirme a su obra artística y el de otros tantos que durante muchos años quedaron relegados con la clasificación perversa de “folklore” como subestimación de su trabajo cultural y que permitió la diferenciación de la tradición cultural – letrada y los cuentos campesinos.
Apreciar a Venezuela sin comprender el llano es imposible, los llanos venezolanos no sólo ocupan una importante extensión territorial, son el asiento de una alta biodiversidad y de una historia asociada a la propia génesis de nuestra república. En los llanos venezolanos se forjó gran parte de nuestra historia desde el Siglo XVIII hasta el XX, no es extraño que en la actualidad sean el bastión político del “chavismo” que se traza plenamente en la figura de Hugo Chávez el arañero de Sabaneta.
La historia del llano es también la historia de la puja histórica por la tierra, el asiento de terratenientes, campesinos e indígenas que desde la vida republicana se han confrontado en medio del caudillismo hasta el combate actual contra el latifundio. El llano es uno sólo y se desdibuja en la lejanía la frontera moderna que se ha creado entre Colombia y Venezuela, es el mismo imaginario, y el sonido de arpa, capachos y cuatro nos relatan pedazos de nuestra identidad común, de un pueblo que fue sorprendido en el siglo XX por la explotación del petróleo y forzado a una migración urbana dependiente de la burocracia estatal y la actividad extractiva.
Es cierto que no sólo somos “joropo”, la diversidad musical venezolana arropa varios géneros, pero el silencio al que se trato de someter la música llanera no fue fortuito, degradada a “campesina”, ritmos como la Quirpa, San Rafael, Periquera, fueron censurados en la televisión o en la radio por ser “griterías”, obviando que el llano es un extensión donde el grito orienta, agila el ganado, sobreviviendo sólo el pasaje como género en los ambientes urbanos. A la desaparición física del Carrao de Palmarito o de Eneas Perdomo se hizo en cadena nacional reconocimiento a su legado, y a nivel legal se planteo hace un tiempo el 2 x1 para promocionar los músicos venezolanos; hoy queda revisar que tan cierto es el cumplimiento de esta ley.
La importancia de Augusto Bracca y otros autores, es que en sus letras se describe el llano venezolano no tecnificado, es la Venezuela post – independista y que sobrevive a la muerte de Gómez, hoy la mayor parte de los eventos culturales llaneros venezolanos han sido invadidos por las cerveceras y la imposición de indumentaria norteña, como si se tratará de Texas o el norte de México. El llano venezolano descrito por Bracca está lleno de “mis lagunas y mis ríos / y mi amor me quiere a mí.”, es una valoración constante de la naturaleza, el trabajo duro del hombre del campo por doblegar las adversidades y el romance en un tiempo donde el país se recorría a caballo. Ese trabajo de nuestros artistas merece no sólo una pensión digna en el sistema de seguridad social, adicional se requiere el pleno reconocimiento de nuestro Estado a los hombres y mujeres que en el plano cultural hacen posible nuestra identidad en estos tiempos de globalización, sólo queda despedirse con las palabras del maestro Bracca: Ahora me encuentro cantando / en la ciudad de Caracas / donde todo es maravilla / donde todo es más bonito / Pero le juro mi hermano / pero le juro hermanito /no hay tierra como mi llano”.
Twitter: @josefortique/ jfortique@hotmail.es
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