En primer lugar debo mencionar el proceso de referendo revocatorio, sobre si hubo fraude o no. Empezaré por comentar que ningún dueño de empresa de renombre dedicadas a la realización de estudios de opinión o de mercados dijo nada al respecto sobre un posible fraude, ningún profesor universitario de universidades de renombre en el mundo y en nuestro país tampoco dijo nada, solo salieron dos supuestos profesores y especialistas en el área que solo quedaron en ridículo (si leen el informe de los expertos del Centro Carter se darán de cuenta). Los primero que debemos reconocer es quienes validaron la información de los resultados; si consideramos cualquier libro escrito por especialistas norteamericanos y de otra parte del mundo y la lógica académica y profesional, encontraremos la siguiente situación: ¿Cuándo confiar en fuentes externas o ajenas a los procesos de validación de los resultados? En primer lugar consideremos la credibilidad de la fuente: Por un lado Súmate, identificado plenamente con la oposición y sin ninguna experiencia en validación de este tipo de evento; por otro lado la OEA y el Centro Carter, organismos que hasta la fecha no se le ha demostrado ninguna relación con los bandos en disputa y con una amplia experiencia en estos eventos, sin ningún cuestionamiento a nivel internacional sobre su participación como garante de confiabilidad en más de cuarenta (40) eventos de esta naturaleza (elecciones). En segundo lugar y como elemento de mayor peso encontramos la metodología usada para tal fin; Súmate utilizó el sistema de preguntar a las personas una vez que salieron del proceso de votación; donde queda la duda es a quien le preguntaron, y es aquí donde está la irregularidad, no puedes preguntar a las personas que llevan mejor ropa y mayor cantidad de prendas, debes utilizar un proceso de muestreo sistemático y preguntar a quien salga seleccionado; proceso que si se realizó por parte de la OEA y Centro Carter.
Supongamos que este último proceso se llevo a cabo de manera irregular por ambas partes; queda el proceso que no da pie a interpretaciones maliciosas y es el que se hizo cuando se tomaron un elevado número de cajas al azar, se contaron las boletas y se cotejaron con los votos que reporto cada maquina al centro de totalización y el cotillón que arroja cuando se cierra el proceso de votación. Este proceso de auditoria no tiene cuestionamiento alguno y es usado internacionalmente como proceso infalible de ser alterado. Si una de las cajas hubiera arrojado incongruencia con los votos reportado por las maquinas, de manera inmediata se procede a revisar el total de boletas en la caja y su comparación con cada una de las maquinas, pero esto no sucedió y las razones de fraude desde el punto de vista académico y profesional no existen.
En elecciones pasadas solo existía un sistema automático de votación que no me indicaba como votante si mi voto había sido para el candidato que yo marque, no había prueba de ello, hoy existe un papel que me indica por quien vote y que depositado en una caja sellada sirve de ente evaluador y fiscalizador para saber si mi voto fue adulterado. Creo que el presidente Chávez se enfrentó a un CNE, con los vicios más grande de la historia Republicana de Venezuela y salio victorioso. La oposición debería dejar de llorar tanto y saber perder y ganar; lo que últimamente no ha sabido hacer, pese a que son muchas la fallas de este gobierno, pero mientras sigan siendo los mismos del pasado y las caras nuevas se dejen manejar por los grandes dueños de los medios audiovisuales y los gobiernos de norte, tendremos Chávez para rato.
Debo concluir que hasta ahora no se ha demostrado que hubo fraude en el referendo y que el sistema automatizado sea poco confiable; por lo que acudir a votar se convierte en un proceso seguro. Si alguna irregularidad se presenta y pone en duda el proceso de transparencia del voto, yo seré el primero en levantar mi voz.