Caracas: Ciudad sucia y dejada al abandono por autoridades ineficientes

Caracas es un caos en todos los órdenes de su estructura urbana viva y pasiva. Su deterioro ha sido paulatino y persistente, aun cuando parezca doloroso admitirlo.



Es una tragedia anunciada por años y quienes han resultado elegidos por el voto popular durante los últimos 20, al menos, para frenar ese deterioro e implementar urgentes decisiones que reviertan la tendencia hacia la definitiva solución de sus problemas, se quedan en el aparato y sólo atinan a hablar hasta por los codos. Ofrecen lo que no son capaces de cumplir y mientras tanto la urbe sigue su extraviado rumbo, directo a lo que podría convertirla en el más corto plazo, en un enmarañado amontonamiento de concretos en mil formas y diseños, en donde el ser humano pierda ya toda esperanza por un espacio para su crecimiento integral en términos de paz, de sosiego y, básicamente, dentro del marco de la mayor racionalidad, con trascendente y efectivo sentido comunitario.



Las municipalidades se han olvidado por completo del mantenimiento de todo su activo patrimonial. El entramado vial secundario es un desastre, así como las aceras, los parques y las áreas verdes en general. Se han salvado las vías rápidas porque el Minfra ha venido adelantando una persistente gestión de mantenimiento a nivel de todo el país que ha permitido que veamos ese esfuerzo hecho realidad en la recuperación de las vías rápidas Francisco Fajardo, Valle-Coche, Cota Mil y Las Mercedes-El Hatillo.



A esa desidia inexcusable hay que agregarle otras igualmente condenables, como son aquellas que tienen que ver con la tolerancia cómplice frente a las reiteradas violaciones a las normas de zonificación, las cuales se expresan en cambios inconsultos y abusivos de los usos del suelo, en los incrementos en las densidades de construcción y hasta en edificaciones sin permisos, entre otras muchas irregularidades, todo lo cual ocurre a la luz del día y sin que nadie lo impida. Es como para pensar que en ello deben estar operando las mafias de la corrupción al mejor estilo puntofijista.



Para completar el cuadro de tanta irresponsabilidad, vemos con horror que hasta en algo tan urgente y necesario como es recoger la basura y limpiar la ciudad, no hay quien lo haga y, lo peor, es que las voces autorizadas de esas dependencias nada dicen y cuando lo hacen es para reiterar siempre la misma mentira de que “pronto Caracas la veremos como una tacita de plata". Por cierto que, con desagradable sorpresa, hace pocos días la Alcaldía Mayor, quien había tendido su mano para paliar la grave situación que ello le planteaba a la ciudad, debió suspender un operativo de limpieza que había desplegado por todo su casco central y áreas aledañas, debido a la falta de recursos financieros.



No quisiéramos pensar que hasta en esta pesadilla que hoy vive la capital, tuviera que tomar cartas nuestro Comandante Presidente Chávez, como única alternativa para remediarle sus gravísimos y agudos problemas, pues de ocurrir ello, habría que examinar con todo rigor la necesidad de rescatar para su mejor manejo la autoridad única, tal y como la tienen ciudades mucho más grandes, como París, Buenos Aires, San Pablo, Nueva York y Río de Janeiro, entre otras, en donde se hace evidente que son exitosas.

oliverr@cantv.net


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Iván Oliver Rugeles


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