El día de ayer se cometió un nuevo irrespeto contra el artista nacional en el escenario ubicado en la Plaza de los Museos en Bellas Artes, irrespeto que ha sido una constante en ese escenario y otros programados. Esta vez, una de las tantas, le tocó a la banda de Ska Palmeras Kanibales, cuando después de haber sido citada para tocar a las 7:00 PM de ayer, nos hicieron esperar hasta las 12:30 de la noche y luego de estar montados en tarimas, listos para empezar, habernos cortado el sonido impidiéndonos hacer nuestra presentación, incluso con la amenaza de la Policía Metropolitana y Guardia Nacional llamados para realizar dicho atropello y quienes afortunadamente se comportaron de una manera mucho más digna que los llamados “organizadores” del espacio. Esta situación se pudo haber tornado bien difícil ya que la abrupta interrupción del evento caldeó los ánimos unos seiscientos jóvenes que allí se encontraban.
La desorganización general para la producción de los eventos del Festival ha sido una constante desde el principio, que se traduce al final en un atropello a los músicos venezolanos, que hacen de tripas corazón y han realizado sus presentaciones sólo por el hecho de que asumen su compromiso socio político cultural con este proceso, como lo han hecho en los momentos más difíciles.
No es posible que el estado invierta cuantiosos recursos económicos para lo que debió ser un gran intercambio cultural y los dejen en manos de incompetentes e irresponsables. Algunos ejemplos de su incompetencia son por ejemplo que el lunes 7 de agosto, día de la inauguración del Festival, ninguno de los grupos contactados desde hace por lo menos 3 meses sabia el día, la hora y donde tenía que tocar durante esta semana, ni aún lo saben. La programación enviada por el Festival en la parte cultural no se cumplió en lo más mínimo, ninguno de los grupos allí anunciados y los días se han correspondido con la realidad. Todos estos días hemos tenido que lidiar con la más descarada improvisación, cuando apenas unas horas antes se están llamando a los grupos para que se presenten o desconvocándolos, y como sucedió el pasado lunes cuando a las dos de la tarde estaban llamando una compañía para que montara sonido y tarima a las cuatro. Ese mismo lunes se contrató sonido y tarima para realizar un evento en la Universidad Bolivariana sin convocar grupos ni público para presenciarlo, convirtiéndose esto en una pérdida de recursos económicos.
Estos son sólo algunos de los desmanes que se están cometiendo a nivel cultural contra el talento nacional, desmán que en este festival se hizo claramente evidente desde el concierto de La Carlota, como todos sabemos a raíz de la denuncia de Evio Di Marzo, algo de lo que por cierto no tienen la culpa Elvis Crespo ni los cantantes de reggueton con sus letras llenas de contenido degradante de la mujer, ellos simplemente son capitalistas que manejan su negocio (El show bussines) muy bien, imponiendo sus exigencias en los contratos y forrándose de dólares.
De estos hechos nadie asume la responsabilidad en el Festival, ni en los escenarios, sólo hay algunas caras visibles conocidas, y por conocidas sabemos que no deberían estar allí realizando ese trabajo, porque de eso no saben nada, como es el caso de dos señoritas, de las cuales no diré sus nombres porque seguramente son la última pieza de una pila de incompetentes y cambureros de oficio, con boina roja y corazón blanco, que esperamos no sean los mismos a los que se les encomiende el Foro Social a realizarse el próximo año acá en Caracas.
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