Convergencia en Caracas: Análisis del 16º Festival de la Juventud y los Estudiantes

Con los ojos bien abiertos, sonriendo, estuvo repitiendo la misma
palabra –inolvidable– mientras miraba la elaborada ceremonia de
apertura del 16º Encuentro Mundial de Juventudes y Estudiantes en
Caracas, Venezuela, el mes pasado. Para Abraham Bojórquez de El Alto,
Bolivia, esto fue "algo que voy a contarle a mis nietos". Aparte de
vivir dos años en Brasil cuando era más joven, nunca había salido de
Bolivia. Tan radical como pobre, Abraham "nunca imaginó" que podría
ser parte de un festival mundial de juventud revolucionaria.

VERDADERA DIVERSIDAD

Aunque el viaje de Abraham fue financiado por la Cumbre Internacional
de Hip-Hop, a la que fue traído como artista invitado, su presencia y
su experiencia en el festival no fue única. La decisión del comité
organizador venezolano de pedir una inscripción muy baja (un dólar en
muchos casos) para delegados de países más pobres y para dar
alojamiento, tres comidas diarias y transporte al festival, permitió
que artistas y estudiantes con poco dinero, muchos de los cualesnunca
habían salido de sus países, ser parte de este histórico evento.

Como tal, el festival fue único entre las convergencias de la
izquierda internacional: no fue dominado por el privilegiado Norte
global, sino que estuvo compuesto por un amplio rango de aquellos que
trabajan por la justicia. Miles con similar historia a la de Abraham
pasaron ocho días compartiendo dormitorios, comidas, análisis
políticos, historias de vida y cerveza Brahma con gente de medio
planeta.

"Esto es un ejemplo de verdadera diversidad", resaltó un estudiante de
México. "Hay 22 mil de nosotros, de 144 países, intercambiando ideas y
llegando a conocerse como personas".

Conciertos y recitales de danza celebraron esta diversidad del
encuentro. Exposiciones culturales (en las que cada delegación tuvo
espacio para vender artesanías y proveer información sobre su país) y
talleres dieron foros a los participantes para aprender de otras
culturas y luchas.

Los participantes también se fortalecieron al compartir perspectivas
políticas. Durante este tiempo de intentos, estar con miles que
dedican sus vidas al cambio positivo fue motivador e inspirador. "Los
beneficios de este festival durrarán mucho después de nuestra
partida", comentó un activista colombiano. "Los contactos personales
que hemos hechos se moverán dentro de nuestras campañas y ayudarán a
crear nuevos esfuerzos de cambio social a través de las fronteras".

Otro complemento a los eventos del festival fue el inédito Primer
Festival de Hip-Hop que tuvo tres conciertos al aire libre con más de
cien artistas del hip-hop de Chile a Ucrania, de Somalia a Cuba.
Además de mostrar el talento de gente joven, el festival demostró la
importancia del hip-hop entre los movimientos juveniles.

LA SEDE

En la última década, la gente de toda América Latina ha sido la
vanguardia de los movimientos de izquierda en el mundo. Los recientes
levantamientos populares en México, Ecuador, Bolivia, Venezuela,
Colombia y Argentina, así como la continua resistencia en Cuba, son
símbolos de esperanza para el resto del mundo. En el festival, los
delegados de fuera de América Latina tuvieron la oportunidad de
demostrar solidaridad y aprender de la historia detrásd de este
resurgimiento de izquierda en el continente.

Los participantes también vinieron a Venezuela para celebrar esta
nación, porque para muchos, es el nuevo corazón de esta resistencia.
La meta del gobierno bolivariano de Venezuela y de Chávez, de crear un
estado socialista muestra la viabilidad de un modelo no neoliberal de
gobierno –en otras palabras, prueba que otro mundo es posible.

El comandante Chávez fue parte integral de la semana. Camisetas de
Chávez casi rebasaban a las del Che. El presidente apareció cuatro
veces durante los ocho días de festival para arengar a las multitudes
(y los que miraban la virtualmente continua cobertura de la televisión
nacional de Venezuela) con sus habilidades oratorias. Sus dos
discursos en el Tribunal Antiimperialista, la juicio burla contra
George Bush y las políticas del gobierno estadounidense, duraron más
de cuatro horas.

La Ruta Social, viajes diarios a los barrios en la periferia de
Caracas, ofrecía a los delegados la oportunidad de hablar con la gente
acerca de los programas del Estado para la educación, la salud y la
vivienda. "Estos tours fueron, de lejos, la parte más iluminadora del
festival", anotó un delegado estadounidense. "Además de aprender sobre
los programas de Chávez, pude tener la sensación de empoderamiento
dentro de estas comunidades. Están tan orgullosos de lo que han
logrado y de las oportunidades que ahora tienen".

POR OTRO LADO*

Aunque la conferencia mostró lo mejor que la juventud de izquierda
tiene para ofrecer, el festival también sacó lo peor: desorganización
a gran escala, más charla sobre los problemas que sobre las
soluciones, un énfasis en hablar más que escuchar y una carencia de
discusión crítica.

Hago la siguiente crítica por dos razones: una para dar ideas de cómo
los organizadores venezolanos del festival podrían mejorar cuando
reciban a los 60 mil participantes esperados para el Foro Social
Mundial en enero (me dijeron que el festival era una práctica para el
Foro Social); y dos para retarnos a los jóvenes de izquierda
–participantes y no– para pensar críticamente sobre nuestros déficits
comunes y cómo pueden ahogar las experiencias de otros.

Transporte y logística

La logística del festival era problemática. Sin necesidad, la mayoría
de los participantes fue alojada a por lo menos una hora fuera de
Caracas. Los seminarios se realizaron en cuatro sedes en la ciudad,
solamente dos de los cuales estaban a una distancia a pie uno del
otro. Los eventos eran de las 9 am a las 2 am todos los días. Todo
esto se complicaba en una ciudad peligrosa como Caracas y los
organizadores tenían legítimas preocupaciones por la seguridad
personal de los participantes.

Asegurar que cada participante tuviera acceso a todo lo que el
festival tenía para ofrecer era probablemente la tarea primera de los
organizadores del festival. Dados los retos logísticos, un sistema de
transporte flexible y eficiente habría sido clave para conseguir el
acceso de los participantes.

Desafortunadamente, el transporte quedó corto. El irracional sistema
de "listas" (confinándote a un sitio de parada que te impedía pasar la
mañana y la tarde en diferentes eventos) inhibía la libertad de
movimiento; las salidas con retraso (causando que los delegados se
perdieran eventos o llegaran a las 5 am a su alojamiento) y,
ocasionalmente dejando a los delegados parados en mitad de la noche en
Caracas.

Sugerencias a los organizadores:
• Un sistema continuo de ferry entre todas las sedes del evento, todo el día.
• Dejar a los participantes subir al autobús que vaya a donde ellos
quieren ir; cuando se llene el autobús, parte para su próxima parada.
• Arreglar transporte nocturno de regreso a los alojamientos al final
de los eventos que terminen tarde.
• Asignar un guía a cada autobús por si fuera necesaria alguna seguridad.
• Flexibilidad: dar poder a los guías y choferes para tomar decisiones
basadas en las necesidades razonables de los participantes.

Talleres

Los seminarios fueron un de los aspectos más decepcionantes de la
conferencia. Los panelistas llegaban horas tarde o no llegaban. Los
presentadores hablaban de temas no relacionados a lo que estaba
previsto, no se respetaban los tiempos para hablar, hubo más quejas
contra el gobierno de Bush que discusión organizada sobre proyectos
innovadores para crear cambios positivos, los participantes sacaron
ventaja de las audiencias cautivas durante las sesiones de preguntas
para vender su rollo más que hacer preguntas.

Muchos delegados al festival abandonaron los talleres a media semana
frustrados. Desafortunadamente, los problemas en los talleres
evidenciaban temas más profundos entre la izquierda: deseos
egocéntricos para escuchar la propia voz y creer que nuestras causas
merecen más atención de los demás, y enfocarse en nuestras "verdades"
dadas por buenas (el neoliberalismo es malo) más que en debatir temas
más complejos (¿Qué estrategias son viables para crear un nuevo orden
mundial?).

Sugerencias para los organizadores:
• Colocar todos los cambios de último minuto en lugares céntricos y
anunciar cualquier cambio de programa al comienzo de los seminarios.
• Asignar facilitadores a los talleres para mantener las cosas a
tiempo y en línea.

Estrategia general de organización

"Nadie sabe nada", en referencia al conocimiento operaccional de los
voluntarios del festival y a los organizadores sobre el terreno, fue
algo que se escuchó a menudo. Tener una respuesta correcta sobre
cualquier cosa, desde credenciales y alojamiento hasta comida, era
casi imposible. En algunas instancias, hubo un vacío de autoridad –no
había nadie para tomar decisiones, nadie para conseguir la información
necesaria. En otros casos, órdenes de arriba llevaban a los
voluntarios a adherirse a práticas ilógicas. Había escasa o nada de
comunicación entre los organizadores mismos, y aún menos entre los
comités organizadores venezolanos y las cabezas de las delegaciones de
otros países.

Sugerencias para los organizadores:
• Empoderar personas que señalen las sedes, los talleres, los sitios
para comer, autobuses y la villa.
• Crear prácticas estándar pero confiar en sus coordinadores para que
tomen decisiones basados en su juicio sobre alguna situación
específica.
• Asegurarse que los participantes entienden este sistema de
coordinación y sepan buscar por la gente que guíe para hacerles
preguntas y plantear problemas.
• Dar evaluaciones escritas. Animar a los delegados a dar su opinión
honesta sobre sus experiencias y luego incorporar lo bueno y las
críticas cuando planifiquen eventos en el futuro.

Discusión crítica

Uno de las quejas más fuertes sobre el festival vino no solamente de
los participantes, sino de los habitantes de los barrios que estaban
dentro de la Ruta Social. "Nos sentimos como si fuéramos animales de
zoológico", comentó un residente. "Querían usarnos para el festival,
para mostrar lo que ha logrado el gobierno, pero fuimos desalentados
de participar más allá de eso".

No hay duda que Chávez es un héroe para la gente de los barrios.
"Chávez es nuestro presidente", me dijeron con toda claridad. "Juntos
hemos cambiado este país y estamos muy orgullos de nuestro proceso".

Pero este orgullo no significa que no haya candentes debates acerca de
las fallas de Chávez. "Cuando llegaron los tours no hubo espacio para
discusión crítica sobre los programas en nuestro barrio", explicó un
estudiante de Misión Robinsón, el programa fundamental de educación
del gobierno. "Queríamos celebrar nuestro estado bolivariano, pero
también queríamos tener conversaciones reales sobre nuestra continua
pobreza y las maneras en que el gobierno podría mejorar".

Sugerencias para los organizadores:
• Incluir a los residentes de los barrios en la organización de la Ruta Social.
• Pedir ideas a los residentes sobre las maneras en las que quisieran
participar en las siguientes conferencias.
• Alentar la discusión crítica, incluso sobre Chávez.

DESPUES DE TODO…

Mirando hacia el festival, siempre recordaré los vibrantes colores que
llenaban la Plaza de los Próceres durante la gran ceremonia de
apertura, bailarines agoleños formando una ruidosa multitud, peruanos
y bolivianos compartiendo hojas de coca en torno a una fogata
nocturna, las voces empoderadas de los residentes de los barrios, el
conocimiento de un periódico hecho independientemente por jóvenes en
la ciudad de México, el puño y la amplia sonrisa de Chávez, el hip-hop
de todo el mundo y la luz en los ojos de Abraham toda esa semana.

Por estos recuerdos, agradezco al comité organizador venezolano y a
los 22 mil participantes por hacerlo posible. Espero que en el futuro,
un sistema de organización mejora permita a todos disfrutar de lo que
el festival puede ofrecer y ayude a la belleza de un encuentro sin que
brille la frustración.

*Este artículo está basado en mis experiencias personales en el
festival, largas entrevistas con otros delegados y discusiones con
habitantes de los barrios durante y después del evento. Dado el tamaño
del festival este artículo no representa la experiencia de cada
participante. Pero esta nota se basa en experiencias compartidas y
espero que pueda ser útil para futuros eventos dentro y fuera de
Venezuela.

Fuente: The Narco News Bulletin, http://www.narconews.com/


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