Lo que faltaba. Capriles ha solicitado a la militancia revolucionaria, que según él es chavista pero no quiere a Maduro, que formen comandos revolucionarios en su apoyo. Algo así como bases de patrullas o comanditos a su favor, que por lo tanto, vistan todos de rojo, con las siglas del PSUV y la frase “yo soy Chávez” impresas en sus franelas, además de un “viviremos y venceremos” grande en los pendones.
Esa es la orden que le dieron al aspirante de la MUD y debe cumplirla: mimetizarse para poder coger posición decorosa en el tablero. Porque sus asesores saben que lo que viene no sólo es joropo, sino también Chávez candanga con burundanga, que es mucho decir.
No sin razón, a su comando lo denominaron “Simón Bolívar”, nombre que fue borrado durante la institucionalidad de facto instaurada aquel 12 de abril. Al sanitario fue lanzada la figura de su rostro en la auto juramentación de Carmona en el salón Ayacucho del Palacio de Miraflores. Y como corolario, tal actitud fue refrendada en uno de los primeros artículos firmados por el “dictadorcito de paso” que rezaba: “se restituye el nombre de República de Venezuela”, eliminando “bolivariana”.
“Carmona el breve” como también infelizmente quedó en la historia, ha explicado que el cuadro se cayó cuando acomodaban el referido salón, pero si fue así, para dar beneficio a la duda ¿Por qué no lo colocaron para engalanar tan magno acto oportunamente? No, no era posible, ellos muy bien sabían y saben de toda la simbología que converge en ese rostro recio y pelo encrespado, que indudablemente hubiese interferido silente en el mensaje vende patria envuelto entre risa y aplausos. Por ello creo que efectivamente, el cuadro se cayó de la vergüenza que sintió el Libertador al verse atrapado en ese espacio sombrío y rodeado por quienes han adversado secularmente su pensamiento y obra.
Es impensable pensar, que la oposición quiera en este momento reivindicarse ante Bolívar y menos ante el proceso chavista que encarnó el Redentor de los pobres del mundo como bien le llamó Evo, pero curiosamente como para ellos el fin siempre ha justificado los medios, en adelante les escucharemos pronunciar frases lapidarias de Bolívar, hablar del parentesco rebuscado de su candidato con el Libertador, reunirse con lo que ellos llaman grupos de centro izquierda, izquierda, con los Consejo Comunales y pare de contar… y por qué no, ver al mismísimo majunche con un suéter amarillo que diga “Yo soy Chávez, Hasta la victoria siempre”.
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