La periodista Milagros Socorro en su columna de El Nacional del 18/08 arremete ferozmente en contra del escritor cubano Lisandro Otero, actual presidente de la Academia de la Lengua de Cuba, calificándolo en dos platos de maniobrero y oportunista, tanto desde su posición de escritor, como de revolucionario, pues lo señala de haber abjurado en la década de los noventa del régimen cubano a los solos fines de congraciarse con la intelectualidad “contestataria” (anticomunista?) y con ello, según entendemos de su lectura, lograr la residencia en México y obtener la nacionalidad mexicana. Intenta reafirmar su indignación por el novelista, recordando que años después (2002), es laureado en Cuba con el Premio Nacional de Literatura.
Pero la razón de esa agresión está muy clara. Agrega que Otero se atrevió a criticar a quienes cuestionaron la decisión de que se le otorgara el premio Rómulo Gallegos al escritor español Isaac Rosa porque el novel laureado se declaró simpatizante del proceso bolivariano y porque, según él, intentaban con ello “desacreditar indirectamente la rectitud al gobierno de Chávez.” Al margen de que denigre de Otero porque no comparte su opinión sobre la intencionalidad de quienes han protestado la decisión del Jurado, es necesario precisar que la periodista Socorro no escatima esfuerzo alguno para dejar constancia persistentemente de que es enemiga acérrima de la revolución cubana, así como de todo aquello que huela a socialismo, incluido -obviamente- el que, muy a su pesar, se construye en Venezuela bajo el liderazgo de Hugo Chávez. Es interesante acotar, por ejemplo, que nos obstante que son frecuentes en su columna los comentarios y la crítica a nuevas obras literarias, ni una sola palabra le ha dedicado a la novela de Rosa.
Nos dice Socorro que Otero concursó por ese premio en 1.987 con la obra “Temporada de Angeles” y que en aquella ocasión, según él lo denunció, lo llamó el poeta Caupolicán Ovalles, quien era parte del jurado, para felicitarlo porque su obra había sido galardonada, pero que el premio no se le otorgó porque el embajador yanqui de entonces, Otto Reich, presionó para que se cambiara el veredicto.
La periodista desmiente esa versión de Otero, alegando que ya Ovalles murió y porque Alexis Márquez Rodríguez, quien también fue jurado aquel año, niega que eso ocurriera. ¿Será creíble la palabra de Márquez? Lo cierto es que si Otero no miente en lo que afirma, sería impensable imaginar que el profe exmarxista de aquellos que “comían niños” en la IV y hoy devenido en furibundo antichavista y anticastrista la hubiese confirmado, pues su conducta habría quedado severamente cuestionada ante tirios y troyanos.
Desde nuestra óptica la denuncia de Otero no debe sorprender a nadie, pues no obstante que se trata de un hecho aberrante, ocurre y como el mejor ejemplo de ello lo tenemos con el caso reciente de la “Fundación Daniela Cheppard”, la cual fue favorecida por el jurado que tuvo la responsabilidad de otorgar este año el premio “Monseñor Pellín”, pero que la alta curia católica, violentado toda norma legal y ética, ordenó que se modificara el dictamen, alegando que dicha fundación, la cual cumple una labor ejemplarizante en la lucha contra el sida y por la vida, promociona el uso del condón que, como sabemos, es un excelente adminículo que impide la propagación de tan terrible enfermedad, la cual todos los años mata a millones de seres en el mundo.
Por otra parte, es imposible dejar a un lado que el escritor caribeño tiene en su haber una obra de impecable calidad, así como una trayectoria de revolucionario que, al contrario de lo que puedan sostener personajes que hoy andan aliados con los sectores más retrógrados del Continente bajo el tutelaje del gobierno de Washington para impedir que nuestros pueblos sean libres y ejerzan su soberanía a plenitud, es digna de encomio y del mayor ejemplo.
Lisandro Otero, de acuerdo a uno de las tantos esbozos bibliográficos que corren en la red es: “Novelista, diplomático, periodista. Actualmente preside la Academia de la Lengua de su país y es Miembro correspondiente de la Real Academia Española y de la Academia Norteamericana de la Lengua Española. Ha publicado novelas y ensayos, traducidos a catorce idiomas. Actualmente es editorialista de la Organización Editorial Mexicana, cadena de periódicos al cual pertenece El Sol de México. Realizó estudios de literatura en la Universidad de La Sorbona, en París, y de filosofía en la Universidad de La Habana. Se graduó de periodista profesional en la Escuela Manuel Márquez Sterling. Fue jefe de redacción del periódico Revolución, de La Habana, jefe de redacción de La Gaceta de Cuba, director de la revista Cuba y también director de la revista Revolución y Cultura. Ha recibido el Premio Nacional de Periodismo del Club de Periodistas de México, del cual forma parte de su directiva, y también reconocimiento del Club Primera Plana, de México, por sus cincuenta años de ejercicio periodístico. Es miembro de la Sociedad General de Escritores de México, SOGEM y del Sistema Nacional de Creadores del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes de la República Mexicana, Conaculta. Ha sido director editorial del periódico Excelsior de México, y fundador y director del semanario cultural Arena, también de México. Ha colaborado en periódicos de Europa y América como Le Monde Diplomatique, ABC de Madrid, The Washington Post y El Nacional de Caracas. Recibió el Premio "Casa de las Américas" de novela en 1963. También ha recibido el Premio Nacional de Periodismo, "Juan Gualberto Gómez", de la República de Cuba. Se le ha conferido en dos ocasiones el Premio de la Crítica, de Cuba y ha sido Presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba. Fue Director de Información y Relaciones Culturales con el extranjero en la Cancillería cubana, con rango de Embajador. Ha desempeñado funciones diplomáticas como Consejero Cultural en Chile, Gran Bretaña y Rusia. Ha impartido conferencias en numerosas universidades, entre ellas La Sorbona de París, Heidelberg, San Marcos, Londres, Estrasburgo, UNAM de México y Burdeos.
Ha recibido numerosas condecoraciones y distinciones internacionales, entre ellas el grado de Oficial de la Orden Nacional del Mérito de Francia. Ha sido miembro de la directiva de la Asociación de Academias de la Lengua, en Madrid. Ha recibido la prestigiosa beca D.A.A.D. concedida por las universidades de Alemania Federal. Fue primer finalista del Premio "Rómulo Gallegos" de Venezuela en 1987 y finalista del Premio "Biblioteca Breve" de la Editorial Seix Barral, de España, en 1964.”
En su país ha recibido numerosas condecoraciones y distinciones, entre ellas la Medalla “28 de Septiembre” de los Comités de Defensa de la Revolución (1.993), de la Unión de Periodistas de Cuba y del Ministerio de Cultura. Medalla de Combatiente de la Lucha Clandestina, otorgada por el Consejo de Estado. Medalla del XXX Aniversario de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, otorgada por el Consejo de Estado. Medalla del XX Aniversario del Asalto al Moncada, otorgada por el Consejo de Ministros. Medalla "Alejo Carpentier", otorgada por el Consejo de Estado. Medalla "Raúl Gómez García", otorgada por el Sindicato de la Cultura. Medalla "Félix Elmuza", otorgada por la Unión de Periodistas de Cuba y la Medalla Por la Cultura Nacional.