La alta participación ciudadana en las dos últimas jornadas electorales habla precisamente de la legitimidad que goza la participación de venezolanos y venezolanas en las decisiones públicas mediante el ejercicio del voto. Paradójicamente, una vez conocidos los resultados electorales del 14 A, la oposición desconoce su derrota y pone en marcha una estrategia dirigida, a generar una crisis de legitimidad en el país, en la que medios privados de oposición fungen de voceros y brazos armados de la misma. Se manejan estrategias discursivas dirigidas a instalar una visión maniquea que plantea una pugna entre las fuerzas del bien y del mal, entre “nosotros” despojados del triunfo electoral y “ellos”, los fraudulentos que usurpan el poder para sus propios fines. Reina el imperio de la confrontación y la estigmatización del enemigo. Se comienza a construir la imagen de un Capriles, “ganador legítimo” que da un salto cualitativo de candidato antichavista a líder de la oposición y se lo contrapone al “ilegítimo” Maduro, suerte de “calculador cínico, que engaña conscientemente al pueblo”.
La estrategia local de deslegitimación se despliega al ámbito internacional y se recrudece el cerco mediático en torno a Venezuela. Medios estadounidenses se plantan en la tesis del fraude y se centran reforzar la imagen de un país en profunda crisis política, que encuentra su expresión en la polarización y la violencia promovida desde el sector oficial. Se pronostica que de continuar esta situación, se podría generar “una revuelta popular” para restablecer la democracia deteriorada. Un país que está muy lejos de ser una democracia y donde “la crisis podría ser evitada con una revisión amplia del sistema de votación automatizado para responder a las preocupaciones planteadas por la oposición”. Se abordan las relaciones de Venezuela con Estados Unidos a raíz de la contundente respuesta del gobierno venezolano ante las declaraciones del presidente Obama, quien afirma ¿amenazadoramente? que estarían “observando la violencia, las protestas, la represión contra la oposición” en el país.
No creemos producto del azar la indudable semejanza en la reseña de la realidad política venezolana entre medios locales e internacionales. ¿Se crean las condiciones para, en un mediano plazo, convocar a un referéndum presidencial? Suerte de predicción o profecía autocumplida a la que estarían jugando intereses locales y foráneos.
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