Siempre se ha visto este comportamiento de viveza en una proporción importante de los compradores, en los mercados venezolanos. No se si es viveza transnacional o viveza criolla, pero de donde provenga esta práctica malsana, de dejar sin alimentos a una gran mayoría de venezolanos, por llevarse lo mas que puedan, todas o parte de una familia, en los carritos de los mercados, incluyendo los PDVAL, NOS PARECE, SENCILLAMENTE MEZQUINO, EGOISTA, Y POR SI FUERA POCO, DEJA ATRÁS TODO AQUELLO DEL ALTRUISMO SOCIALISTA, preceptos que deberían tenerse presente, no solamente para vestirse con una camisa o una gorra roja, también en los superabastos es muy necesario ser solidario(a).
Cómo se explica que en el PDVAL del centro de Valencia, antes de las 10 de la mañana, encuentras varias colas de personas con los carritos repletos de pollos, de hasta 10 y 12 unidades, mientras, los demás que están adentro, buscando para llevar aunque fuera un pollo, no consiguen nada en las cavas. Y lo mas triste y absurdo es que, cuando le preguntas por lo que estás viendo al encargado del PDVAL o al vigilante, te dicen que en la caja solo pueden pagar tres pollos. Pero te devuelves a las cavas y no hay, a esa hora de la mañana un solo pollo. Cuando se le comunica al encargado o vigilante del negocio, sobre esa situación tan evidente, contestan que esa vigilancia no les concierne a ellos, si no a INDEPABIS, a la Guardia Nacional, etc. No disimulando, en absoluto, el disgusto que les produce la sana observación. Mientras que los carritos, repletos de pollos, llegan a la caja, conducidos o custodiados por varias personas, algunas con similares rasgos.
No tenemos ninguna animadversión contra los negocios de Bicentenario (donde nos dicen que pasa lo mismo), ni de PDVAL, pero si consideramos necesario, y muy oportuno, reflexionar sobre aquello de la conciencia del buen vecino, sobre todo cuando muchos juran ante la memoria del comandante Chávez, velar por la custodia y profundización de un sistema socialista, que orienta sus esquemas hacia la igualdad de oportunidades y posibilidades. Ese gran pensador llamado Erick From, en aquel ensayo, muy profundo llamado La Soledad del Hombre, nos alertaba de que el hombre busca su unidad en crisis, tal es el caso de las guerras, cuando los refugiados se escondían debajo de las alcantarillas, protegiéndose mutuamente, pero, aquí en la patria del hombre que enterraron con camisa prestada, parece que muchos no tienen claro esos conceptos.