Todos los esfuerzos opositores se han concentrado en desabastecer los alimentos y echarle la culpa a un supuesto "gobierno hambreador".
Pues resulta que, nada más y nada menos, que la FAO otorga un premio a Venezuela por ser ejemplar en la lucha contra el hambre. Es decir, coloca a Venezuela como un país modélico en redistribución de alimentos. Precisamente el rubro desde donde la derecha pretende tumbar al gobierno.
Otro gran esfuerzo de la oposición ha sido mal poner a Venezuela internacionalmente, sobre todo frente a países nórdicos que, como es bien sabido, son los Estados que despiertan todos los sueños eróticos opositores.
Pues, una vez que Maduro recibe el premio antes mencionado, es acogido, como lo merece un jefe de Estado, nada más y nada menos que por el Presidente de Italia, figura que constitucionalmente tiene un rango moral mayor al del Primer ministro. El mensaje político de uno de los países fundadores de la Unión Europea es claro.
Por ultimo, si hay un sector del cual la oposición se ha afincado para atacar es, precisamente, la iglesia.
Después de terminada su reunión con el Presidente de Italia, se da el encuentro entre el primer Presidente chavista y el primer Papa latinoamericano. De ahí saldrá mucho en términos diplomáticos y geoestratégicos. Por no hablar de lo religioso.
La respuesta opositora fue imponente e impactante a escala planetaria.
Para contrarrestar el premio de la FAO, Borges hizo una desesperada declaración con láminas Power Point.
Para invisibilizar la reunión entre los presidentes italiano y venezolano, medios privados la obviaron, o al menos, intentaron.
Para quitar la atención sobre la estratégica reunión entre el Papa y el presidente Maduro, el gobernador de Miranda escribió una misiva al primero de éstos.
Ojalá, al menos, algún funcionario de cuarta categoría de la burocracia vaticana haya abierto la carta del ex-candidato presidencial.
