Pescador de sueños

Industrias Diana o cómo gobernar desobedeciendo al pueblo

Gobernar obedeciendo al pueblo es uno de los principios más valiosos del legado del comandante Hugo Chávez; pero al parecer, para algunos que se dicen “hijos de Chávez” dicho principio no pasa de ser un cliché, una frase vacía de contenido, un mero saludo a la bandera, que sirve para adornar discursos dizque revolucionarios, pero del dicho al hecho, mucho trecho.

Gobernar obedeciendo al pueblo significa fortalecer el poder popular, apoyar los consejos comunales, consejos de trabajadores, estudiantiles, de campesinos; promover su organización, su participación en la toma de decisiones para que la democracia sea verdaderamente participativa y protagónica, tal como se consagra en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y como lo soñaba el comandante Chávez.

Lo que está ocurriendo actualmente con Industrias Diana es totalmente violatorio del ideario del comandante Chávez, y desde el Ministerio de Alimentación tenemos un vívido ejemplo de cómo es que se gobierna desobedeciendo al pueblo y de cómo se conspira abierta e impunemente contra la revolución bolivariana y contra la soberanía alimentaria y tecnológica del país. Y es que el ministro Félix Osorio con su proceder no sólo ha arremetido contra los trabajadores de esta industria recuperada por estos, sino que agrede principios fundamentales de la democracia revolucionaria y atenta contra el proceso de producción de alimentos y de tecnologías basadas en software libre que se viene desarrollando en forma eficiente en dicha empresa.

Destituir la junta directiva de Industrias Diana y nombrar una nueva sin tomar en consideración la opinión de los trabajadores, imponerles un nuevo gerente general rechazado y repudiado por estos es algo insólito, reprobable y condenable desde todo punto de vista. Con este accionar se pone patas arriba una industria que se ha venido recuperando ostensiblemente con el esfuerzo y sacrificio de sus trabajadores, implica desbaratar toda una cultura organizacional que se ha venido gestando en estos últimos cinco años basados en principios de autogestión obrera, significa golpear los valores de identidad, sentido de pertenencia, solidaridad laboral, entre otros, y generar un clima organizacional que afectará negativamente la productividad de la empresa.

¿Por qué la soberbia del ministro Osorio? ¿Por qué no acepta reunirse y discutir con los trabajadores para tomar una decisión consensuada? ¿Qué se esconde detrás de sus acciones? ¿Por qué sostener esta situación que se puede salir de control y convertirse en un conflicto de mayor envergadura?

Y algo más: muy grave el comportamiento del Sibci respecto de la situación de los trabajadores de Industrias Diana. Han sido invisibilizados por los medios públicos, no se ha querido informar sobre sus opiniones, sus preocupaciones y aspiraciones. ¿Por qué silenciar al pueblo, por qué negar a los trabajadores el derecho a informar? En esta misma página de Aporrea (Afortunadamente contamos con ella), Gervasio Artigas decía que no tenía información clara sobre lo que en Diana estaba pasando, y no lo sabe sencillamente porque al Sibci no le ha dado la gana de informar.

Ministro Osorio, ¿quiere gobernar de verdad obedeciendo al pueblo? Pues, caballero, escuche al pueblo trabajador, vaya donde está él, reúnase con él, discuta con él, oiga sus proposiciones y tome decisiones con él. Eso es verdaderamente hacer gobierno eficiente de calle, es lo que debe hacer usted, y si no entiende esto, pues entonces renuncie, deje que otro lo haga.

Solidaridad con los Trabajadores y Trabajadoras de Industria Diana, apoyarlos es la única verdadera posición revolucionaria.


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