El 1 de junio de 2011, el Presidente colombiano Juan Manuel Santos, anunciaba la detención, en Venezuela,específicamente en el Estado Barinas, del guerrillero Guillermo Enrique Torres, alias "Julián Conrado", el principal compositor musical de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Ejército del Pueblo (FARC-EP).
Santos hizo el anuncio al intervenir en una ceremonia de ascensos de oficiales en la Escuela Militar de Cadetes "José María Córdova", de Bogotá, y añadió que la detención se realizó en una operación realizada por el Gobierno de Venezuela, con ayuda de las autoridades colombianas.
Es bueno recordar que Conrado fué acusado por las autoridades colombianas y el Departamento de Estado de los Estados Unidos por "tráfico y porte de estupefacientes, extorsión y lesiones con fines terroristas". De hecho, lo tenían como uno de sus objetivos y ofrecían por él una recompensa cercana a los 2.5 millones de pesos.
En marzo de 2008, tras el bombardeo al campamento de "Raúl Reyes", alias de Luis Édgar Devia, "número dos" de las FARC, se informó que "Julián Conrado" era uno de los 26 rebeldes muertos en la operación de tropas colombianas en territorio ecuatoriano. Sin embargo, se comprobó posteriormente que no era Torres o "Julián Conrado" sino el ecuatoriano Franklin Aisalla el muerto en esa acción, por la que el Gobierno del presidente Rafael Correa rompió relaciones diplomáticas con Colombia.
La detención de Conrado se dió un mes después de la captura en el Aeropuerto Internacional de Maiquetía, de Joaquín Pérez Becerra, Director de la Agencia de Noticias "Nueva Colombia" (ANNCOL), el 22 de abril de 2011, y deportado inmediatamente a Colombia. Pérez Becerra era conocido por el alias de "Alberto Martínez", y provenía de la ciudad alemana de Frankfurt.
Pérez Becerra era considerado como el vocero de las FARC-EP en Europa y uno de los responsables del manejo de su página web junto a Lucas Gualdrón.
En el caso de Pérez Becerra, no dió tiempo de evitar su deportación. Creo que la lucha en Colombia, de la guerrilla, obedece al grado de descomposición social y exclusión que padece Colombia. Una sociedad oligárquica y que lamentablemente el narcotráfico ha penetrado y tomado todas las estructuras del Estado neogranadino.
En su momento, el Comandante Supremo, Hugo Chávez, expresó que las FARC-EP y el ELN deberían de deponer las armas e ingresar a la política. Pero es que en su momento, las FARC lo intentaron, a través de la denominada "Unión Patriótica", que fué su brazo político a mediados de la década de los 80, pero por falta de garantías del Estado Colombiano, les asesinaron dos candidatos presidenciales. Los abogados Jaime Pardo Leal Y Bernardo Jaramillo Ossa, 8 congresistas, 13 diputados, 70 concejales, 11 alcaldes y alrededor de 5.000 de sus dirigentes, por parte de grupos paramilitares, miembros de las fuerzas de seguridad del estado (ejército, policía secreta, inteligencia y policía regular) y narcotraficantes. Los pocos que lograron sobrevivir, huyeron del país, y uno de ellos fué Joaquín Pérez Becerra.
Para que las FARC-EP y el ELN se desmovilicen e ingresen a la vida política del país, deben dársele un conjunto de garantías para ello, y en estos momentos, esas condiciones, en mi modesto criterio, no están dadas en Colombia.
Lo cierto es que, en el marco del debate que se ha suscitado con la concesión por parte del Estado Venezolano de asilo por causas humanitarias, al ex-agente de la CIA y la NSA, Edward Snowden, que de hecho, no se encuentra en territorio venezolano, ha surgido de nuevo el debate del asilo a Julián Conrado, casi por las mismas razones por las que se le otorgó el asilo a este ciudadano norteamericano.
La diferencia es que, Snowden está en Rusia y Conrado si se encuentra en territorio venezolano. El asilo se le concede a Snowden como un acto soberano y en respuesta a la agresión sufrida por el Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, al no permitírsele el uso del espacio aéreo de Portugal, Italia, Francia y España, cuando volvía de la Cumbre del Gas celebrada en Moscú, Rusia, y que debió realizar un aterrizaje de emergencia en Viena, Austria; pero al parecer, le tememos a Juan Manuel Santos. Combatimos al que pretende ser el hegemón del mundo pero le tememos a su cipayo operativo, y entonces.
Lo cierto del caso es que, el domingo pasado, en Televen, en su acostumbrado programa dominical, el periodista y defensor de derechos humanos, José Vicente Rangel Vale, quien en su oportunidad se opuso a la extradición del cantautor Julián Conrado, solicitó en esa oportunidad, la búsqueda de una solución que permita su liberación.
Vale destacar las palabras de solidaridad expresadas por Rangel, que no en balde ocupó importantes cargos dentro del gobierno del eterno comandante en jefe, Hugo Chávez (Canciller de la República, Ministro de la Defensa y Vicepresidente Ejecutivo de la República durante 5 años), y precisamente en medio de una campaña que organizaciones políticas, sociales, populares y de derechos humanos vienen realizando por la libertad y asilo de Julián Conrado. Estas fueron las palabras dichas por José Vicente Rangel el pasado domingo:
"Julián Conrado es un cantautor colombiano que se encuentra preso desde hace dos años en Venezuela. La presión del gobierno colombiano que lo reclama por supuesta conexión con la guerrilla ha influido para que su caso no se haya resuelto. Conrado está enfermo y requiere tratamiento especial. Sería importante que por razones humanitarias y por lo que el artista representa, el Gobierno Nacional buscará una solución para su caso".
Y esa solución, por las razones antes expuestas, no es otra que la inmediata liberación de este luchador por las causas más justas de la humanidad. Y por eso apoyo, así como la libertad a Conrado, la concesión del asilo por causas humanitarias. Trasladarlo a Colombia sería poco menos que condenarlo a muerte.
