Carlos Carcione, Stalin Pérez, Juan García, Gonzalo Gómez, Zuleika Matamoros, Alexander Marín. Por la Coordinación Nacional de Marea Socialista
Introducción
Cuando en la noche del 8 de diciembre de 2012 el Comandante Chávez avisó que podría suceder una situación sobrevenida, muchos que no querían creer tuvieron que tomar en cuenta la gravedad de la situación. El Proceso Bolivariano empezaba a vivir su mayor prueba en 14 años. De la mano de lo no deseado entrabamos en un tiempo de desafíos. Se probaría el liderazgo señalado para la continuidad del proyecto. Se probaría la fortaleza del proyecto mismo y sobre todo la disposición para avanzar al ritmo del motor del Proceso: el Pueblo Bolivariano.
Por eso este balance no es uno más. Tiene características históricas. ¿Será posible avanzar en la conquista de la definitiva Independencia? ¿Se podrá romper con las ataduras del capitalismo dependiente y parasitario venezolano? ¿Se podrá avanzar hacia las tareas pendientes de la Revolución Democrática Bolivariana, transformándola en transición hacia el anticapitalismo y el socialismo? ¿Estarán a la altura de la tarea los líderes del Proceso? O por el contrario ¿Se aplicarán hasta el final las contrarreformas que exige la burguesía y a las que esos líderes se han mostrado sensibles, a cambio de sostener un sistema político que no es el del Proceso? Estas preguntas, entre otras, marcaron el nivel de incertidumbre del 2013 y de sus respuestas depende en gran parte el futuro de la Revolución.
El fallecimiento del Comandante tuvo el impacto de un sismo. Durante más de diez días, en un inmenso desfile de lealtad, el Pueblo Bolivariano lloró a su líder. Más de 7 millones hicieron su procesión de luto y juramentaron seguir la lucha. No obedecieron la orden del cierre de puertas de la capilla ardiente y como en tantas otras oportunidades impusieron su voluntad. No habían rescatado a su presidente del Golpe de Abril y al país del Paro Sabotaje para quedarse a las puertas del más doloroso de los momentos de estos 20 años.
Tenían que verlo y jurar. Y lo hicieron, a pesar de que apenas un mes antes, el 8 de febrero, el nivel de vida de ese pueblo, había recibido un gran golpe. La devaluación desmentida previamente por las autoridades, fue sancionada un viernes previo a las vacaciones de Carnaval al mejor estilo neoliberal dejando más pobre al pueblo.
Desde entonces quedó a la vista la crisis económica más grave de estos años. Crisis que, por la pasividad, ingenuidad o complicidad de sectores del gobierno, la oposición de derecha convirtió en Guerra contra el Proceso con el objetivo de derrotarlo. Los números de esta crisis son categóricos: más del 50% de inflación, 30% de desabastecimiento programado en productos esenciales, usura brutal en los precios, evaporación del salario, especulación descarada con el dólar paralelo, crecimiento desproporcionado del déficit fiscal, instalación de un procedimiento mafioso para apropiarse de los dólares para la importación, entre muchos otros, son los datos emergentes de un fenómeno económico estructural: la disputa por el control y distribución de la Renta Petrolera que ahora, sin Chávez, la burguesía local y el Capital extranjero asociados a sectores de la alta burocracia estatal, creyeron llegado el momento de recuperar totalmente.
Cuarenta días después del fallecimiento del Comandante Chávez las elecciones presidenciales dan ganador a Nicolás Maduro por un mínimo margen. Las calles del país se tiñeron de sangre, 15 militantes revolucionarios (uno de ellos relacionado con Marea Socialista) fueron asesinados por la orden contrarrevolucionaria de “drenar la arrechera” dada por Capriles que no quiso reconocer su nueva derrota, este crimen está todavía impune. La oposición inició una campaña nacional e internacional para debilitar todavía más al gobierno. Y alentaba el descontento existente por la crisis que sus financistas locales e internacionales empujaban hasta convertirla en guerra económica.
Por su parte el presidente Maduro y el equipo político del gobierno, sin convocar al Pueblo Bolivariano, buscaron el apoyo que suponían no le habían dado los votos, en construir un acuerdo con los principales empresarios y sus Cámaras, con la esperanza infundada de resolver algunos de los problemas económicos que ellos mismos estaban creando. Se pudo ver el descaro con el que Lorenzo Mendoza pedía por cadena nacional que le entregaran a él las empresas estatales de alimentos para ponerlas a producir. Sin embargo es un hecho que aún hoy no se consigue la Harina Pan que sus empresas tendrían que suministrar al mercado. Y así, mientras el gobierno buscaba estabilidad, cediendo a las exigencias de los empresarios, se profundizaba la crisis y la situación llegó al borde del abismo.
El giro se produjo el 6 de noviembre. Cuando el presidente Nicolás Maduro decidió tomar las medidas de emergencia contra la especulación y la usura, medidas que el pueblo apoyó decididamente. Esas medidas re moralizaron al pueblo chavista que estaba molesto, desorientado y que, con su mal humor a punto de estallido, presionaba para un cambio de rumbo. La presión generó una fuerte corriente de opinión de la izquierda del proceso que instaló un debate y propuestas que el gobierno, hasta entonces paralizado, asumió, y el inicio de movilizaciones de calle, aunque débiles, mostraron la importancia de la participación popular en la construcción de las políticas. Por eso en las calles y empresas se notó claramente el viraje de aquel estado de ánimo. Se pudo constatar la sintonía del pueblo con las medidas de emergencia del presidente. Y como efecto colateral pero importante, la desorientación de la oposición, que quedó desnuda defendiendo a los usureros y especuladores, con el argumento puramente ideológico de la defensa de la propiedad privada de… los usureros. Este cambio que describimos se expresó con total claridad en las elecciones municipales. No profundizaremos aquí los números ya que, en general, respaldamos el análisis realizado por Javier Biardeau en su documento: Analizar con cabeza fría. Las Brechas electorales entre gobierno y oposición, http://www.aporrea.org/actualidad/a178703.html .
Las medidas de emergencia primero y el resultado electoral dieron un oxigeno vital al gobierno. Sin embargo, por la gravedad estructural de la crisis, si no se profundiza en esta dirección, la recuperación no durará y, es más, ya empieza a mostrar síntomas de agotamiento. Dejando de lado las medidas de fondo como la creación de una Central Única de Importaciones y una Corporación del Comercio Exterior, de las que desde el gobierno no se ha vuelto a hablar, pareciera que se pretende avanzar hacia un simple ordenamiento del viejo esquema de economía mixta. Por otra parte la reunión entre el presidente Maduro y los alcaldes y gobernadores de la oposición, cargada de “espíritu navideño”, muestra signos preocupantes en relación al tipo de sistema político que se pretendería acordar, todo esto en la búsqueda de una “estabilidad” apoyada en el acuerdo con una dirección política de la oposición “unida”, cuya experiencia está, por ahora, agotada y que empieza a estar desprestigiada con sus propias bases.
El 2014, un año sin elecciones a la vista, se desatarán todos estos nudos conflictivos. Después de las medidas y las elecciones municipales que dieron el triunfo al gobierno, estamos viendo la imagen congelada en una fotografía que tomará movimiento. Las fuerzas hostiles que desde el gobierno se pretende hacer convivir en un llamado a la “paz” que la oligarquía ha demostrado desde el momento de la asunción de Chávez en 1999 que no respeta, son irremediablemente opuestas y chocarán empujadas por la profundidad de la crisis económica. De la posición que tome el gobierno frente a esos choques que ya comenzaron, dependerá su consolidación o debilitamiento. El 2014, limpio de las distorsiones electorales es, sin dudas, un año de definiciones.
¿Ordenar la economía mixta o avanzar hacia un nuevo modelo soberano e independiente?
Los últimos anuncios económicos insinúan que el camino elegido es el de ordenar y sanear el viejo modelo de economía mixta, ampliando las oportunidades a la acumulación privada de capital. Es decir a la participación de la burguesía en la distribución de la Renta. El ajuste en los precios altamente distorsionados de la economía se está comenzando por intentar una eliminación de “subsidios” sin tocar las bases estructurales de esa distorsión y de una administración más “ordenada” del otorgamiento de dólares para la importación.
La anunciada consulta sobre el aumento del precio interno de la gasolina, consulta que es bueno decir no será real si no es por la vía refrendaría contemplada en la Constitución, es un ejemplo de esta política. Sin embargo no se habla de otros precios profundamente rezagados como por ejemplo el Salario. Sin tiempo para hacer un estudio en profundidad y tomando únicamente el salario mínimo, se nota en la simple comparación con los precios de los productos esenciales, que el salario ha perdido en el año al menos la mitad de su capacidad adquisitiva. Pero el propuesto aumento gradual del precio de la gasolina será un ajuste con un fuerte impacto regresivo si no es acompañado, al menos, con un ajuste similar en los salarios. Esto, dicho con el alerta de que este mecanismo solo puede funcionar en la emergencia.
La política de regulación de los precios de la economía nacional por medio de procedimientos administrativos, aunque necesarios en la emergencia, tiene fuertes matices voluntaristas. No se toma en cuenta que, por el tipo rentístico del capitalismo dependiente venezolano, esos precios se forman en una disputa entre distintos sectores sociales por la apropiación de la renta petrolera. Es decir de la riqueza captada en el exterior por la venta de petróleo. Por lo tanto: si no se rompe la dependencia de la renta y se pone en pie un nuevo modelo productivo, esos precios hoy frenados por las correctas medidas de emergencia, no se podrán corregir a mediano ni a largo plazo por medio de simples regulaciones administrativas.
Sin embargo, no es cualquier modelo productivo el que hay que construir. Si queremos defender el Proceso Bolivariano y frente al fracaso demostrado en los últimos diez años del modelo de economía mixta, hay que orientarse en el rumbo de tomar medidas estructuralmente anticapitalistas. En este sentido para estar cónsonos con el Proceso, hay tres palancas económicas que deben aplicarse como inicio de un plan:
a) Ni un dólar más a la burguesía. Control Estatal absoluto de la Renta Petrolera y de los dólares en las que ella se expresa.
b) Monopolio del Comercio Exterior con estricto control social.
c) Monopolio Estatal de la asignación del crédito para destinarlo al financiamiento del nuevo modelo productivo.
Solo en este marco, la corrección de los precios que distorsionan profundamente la economía nacional como el de la gasolina, tendrán los objetivos buscados. De lo contrario, alimentarán la hoguera inflacionaria cuyas consecuencias sufrirá en primer lugar el pueblo que vive de un salario. Por eso el debate propuesto para discutir el precio de la gasolina o el que se propone para los servicios eléctricos, debe estar en el marco de una discusión global que debe contemplar: Un nuevo sistema impositivo que eliminando impuestos impopulares como el IVA, avance a gravar fuertemente las ganancias, la especulación financiera, los bienes suntuarios entre otros. Es decir un sistema impositivo que haga que aporten los que más tienen. De la misma manera, la recuperación de los dólares estafados al Estado por las maniobras de importación detectadas en el SITME y como ahora se supo en CADIVI, es un paso imprescindible para resolver el financiamiento del Plan. Lo que decimos es que el debate debe ser integral y no sólo sobre el precio de la gasolina.
Las causas de los choques sociales que vienen
La sensación de estabilidad política emergente del triunfo chavista en las elecciones municipales es la expresión superficial de una combinación de factores coyunturales:
a) Las medidas de emergencia contra la usura y la especulación que tuvieron impacto altamente positivo.
b) Que al ser, noviembre y diciembre, la época del año donde se cobran los aguinaldos, el pueblo que vive de su trabajo disfruta de disponer, en promedio, de dos y medio salarios mensuales.
Superada este momento de factores coyunturales la crisis volverá a mostrar su cara más cruel. Incluso, manteniendo y extendiendo las medidas contra la usura y la especulación a rubros fundamentales como alimentos e inmuebles como lo espera el pueblo, y aunque se logre llevar esos precios a los niveles de mayo pasado, el salario no habrá recuperado el nivel previo de compra, ya que para entonces la depreciación de los salarios rondaba un 30%.
Esto sumado a contrarreformas en marcha por parte de los patronos privados y de las gerencias y los responsables del Estado que vienen atacando conquistas económicas, sociales y socioeconómicas de los trabajadores, anuncia una situación altamente conflictiva. Pondremos algunos ejemplos de esto último:
a) La falta de pago a las clínicas de los seguros de salud, HCM, de los trabajadores por parte de las empresas o ministerios ha provocado una desatención aguda. Un ejemplo son los educadores, una parte importante de los 600.000 maestros y profesores de la educación inicial están sin atención médica. Esto sumado al colapso del sistema público.
b) El congelamiento en la discusión de importantes convenciones colectivas.
c) La insuficiencia y desajustes de las convenciones colectivas firmadas que provocan un retraso salarial extremo, ejemplo trabajadores del sector Salud.
d) Malestar de los trabajadores del sector automotriz y autopartistas por un decreto que con la supuesta intención de querer regular los precios de los vehículos, lo que están es favoreciendo a los importadores de vehículos y perjudicando derechos contractuales de los trabajadores como lo es el cupo anual para comprar autos en las empresas ensambladoras en donde prestan servicios.
e) Inconformidad entre los trabajadores del sector cultura por el decreto de intervención del Teresa Carreño, hecho sin consultar a los trabajadores y donde están en riesgo derechos adquiridos.
f) Y, la irregularidad y la falta de funcionamiento de los Mercales obreros, casa por casa, y de los Pdvales.
Además están en marcha otras prácticas que a falta de un nombre mejor seguiremos llamando contrarreformas:
a) Política antisindical del Ministerio del Trabajo favoreciendo a las patronales. Ejemplo, casi dos años sin legalizar nuevos sindicatos. Trabas y obstáculos para normalizar los existentes. Desmantelamiento del sistema de seguridad y salud laboral y ataque a las representaciones obreras en el sector (delegados de prevención). Y el impedimento para la normalización sindical exigida en la Ley Orgánica del Trabajo por parte del CNE.
b) Desconocimiento por parte de los patronos privados de cláusulas fundamentales de la nueva LOTTT como por ejemplo la adecuación de la jornada laboral.
c) Por último no podemos dejar de señalar que la función de las nuevas gerencias o intervenciones de empresas estatales por parte de militares, está provocando un malestar en aumento entre los trabajadores de esas empresas y una parálisis de la producción que parece programada, en muchas de ellas.
No nos extenderemos en esta lista que por supuesto es mucho más amplia. Pero era necesario reseñarla porque en ella se encuentran las causas reales de un malestar, que una vez superada la época navideña, hará aparición pública en toda su dimensión y desencadenará conflictos y luchas.
Las expresiones políticas de esas fuerzas sociales
Los conflictos que se presentarán a partir del concluido periodo navideño tendrán la forma de luchas reivindicativas y estarán muy probablemente aisladas unas de otras. Y es también probable que por eso sean atacadas injustamente, aunque no perderán su fuerza e impacto. Sin embargo a pesar de esta apariencia reivindicativa, expresarán la disputa económica y política que girará alrededor de la necesidad de construcción del nuevo modelo productivo anticapitalista, como forma eficiente, desde el punto de vista de los trabajadores, de superar la actual crisis.
En este periodo se constatará si la CSBT, su dirección, continúa cumpliendo el papel de apagafuegos de los conflictos y su dependencia extrema del gobierno. Pero si este papel no cambia radicalmente, los trabajadores no esperarán por unos dirigentes alejados de sus bases y seguirán su camino. La realidad los empujará hacia ello. Si, como se rumorea, uno de los principales consejeros políticos de la Central, pasa a ocupar el hoy deslucido y repudiado despacho principal del Ministerio del Trabajo, la presión de los trabajadores también exigirá a ese organismo de manera más contundente un rol que no ha tenido hasta la actualidad. Por otra parte al ser profundamente político el proceso de conflictos que se avecinan, similares en contenido a la lucha que derivó en la nacionalización de SIDOR, también serán puestos a prueba los que hoy reclaman la representación política del Pueblo Bolivariano.
En este sentido el papel que en las elecciones municipales cumplieron el PSUV y los partidos del Gran Polo Patriótico no debe confundir a sus dirigentes. Si la Dirección Nacional del PSUV cree, como lo está manifestando, que ha consolidado su hegemonía como partido del pueblo chavista, se chocará de frente con un vaciamiento de su militancia todavía más contundente que el actual. En un sentido estricto, las municipales han sido la ante última oportunidad del PSUV como partido reconocido por el pueblo chavista como propio en el terreno electoral. En los últimos años ha tenido una dinámica expulsiva de la militancia de base y de cuadros medios críticos o con simples inquietudes políticas. Ha modificado su forma organizativa hasta casi hacer imposible la participación de una militancia que no sea administrada por alguno de los distintos grupos de poder dentro del gobierno. Se ha convertido en un partido de cogollos que negocian cargos y se apropian de las instancias de decisión. Su funcionamiento es el de una maquinaria electorera que ha perdido toda práctica democrática. Como corriente del partido podemos afirmar que esta no es solo nuestra visión, conocemos de la existencia de destacados dirigentes, cuadros y militantes que hacen críticas más duras que las nuestras. En todo caso, la convocatoria al Congreso, largamente postergado, se hace imprescindible para intentar la transformación necesaria del PSUV actual.
Por otra parte los partidos del Gran Polo Patriótico y hablamos de los partidos que realmente existen como tendencias del proyecto bolivariano, no de las vergonzosas franquicias electoreras que han aparecido últimamente, deben reflexionar en profundidad sobre su papel. Luego de un buen performance electoral en Octubre del 2012, han quedado desdibujados como alternativas a los vicios que el pueblo chavista critica del PSUV. El nuevo momento que estamos transitando exige también para ellos, el reconocimiento de una transformación progresiva, que rompa con las prácticas clientelares, instalen prácticas democráticas y que permita la elaboración plural y crítica de la política revolucionaria.
También en el terreno de la organización política de las fuerzas de la revolución entramos en un momento de definiciones. Nosotros, por ahora, aspiramos a tener la oportunidad de plantear nuestras posiciones y poder sentirnos representados en el Congreso del Partido, para desde allí pelear por la transformación de esa maquinaria administrativa en un movimiento vivo, democrático y plural, donde las distintas corrientes de opinión puedan sentirse representadas y escuchadas, que ayude a profundizar el Proceso Bolivariano en un rumbo anticapitalista.
Este punto estaría inconcluso si no señalamos la profunda crisis existente en la representación política de la oposición de derecha. Las municipales mostraron desde el punto de vista político, más allá de los números, la ineficiencia de esta oposición como alternativa al chavismo para el pueblo que vive de su trabajo. Sin este acompañamiento, difícilmente podrán retomar el gobierno por medios electorales. La derrota que sufrió el 8/D, más que electoral, que lo es, es política. Fue derrotado un proyecto de “unidad” para buscar la alternancia política con el chavismo y así construir un nuevo régimen político que ocupe el espacio que quedó vacante con el fallecimiento del Comandante Chávez. Esta crisis y su dinámica de disputa interna por los liderazgos y posibles rupturas, es, por ahora, una base de apoyo, aunque impredecible, de estabilidad política para el gobierno, más allá de sus propias contradicciones. También en este espacio se desarrollarán fenómenos nuevos.
Los desafíos del 2014 para el pueblo que vive de su trabajo
Sin dejar de defender integralmente las conquistas del Proceso, es decir el legado revolucionario de Chávez, el Pueblo Bolivariano y más allá, el conjunto del pueblo que vive de su trabajo, enfrentará en el 2014 tres desafíos fundamentales. Son también los desafíos que tendremos los que apostamos como parte de ese pueblo, por avanzar en la transición al socialismo. Ellos son:
a) Recuperar el nivel de vida perdido por la crisis. Hoy mismo, en medio del periodo navideño, se viven la dificultades para mantener el nivel de vida. El desabastecimiento no se ha detenido pero sobre todo la crisis y la guerra económica han evaporado el poder de compra del salario. Desde cada Sindicato de Base, cada Federación, cada Consejo de Trabajadores, cada colectivo de trabajadores organizado, es necesario elevar el reclamo y la exigencia por la recuperación de los ingresos de la familia trabajadora. Esta será en sus inicios una lucha local pero también hay que llevarla al plano nacional. Por eso es imprescindible que desde cada una de esas luchas se emplace a la CSBT para reclamarle al gobierno la resolución de este grave problema.
b) Tomar la propuesta del gobierno de debatir los precios rezagados para impulsar un gran debate nacional de los que vivimos de nuestro trabajo para delinear el nuevo modelo productivo de la transición. La tarea de construir el nuevo modelo productivo debe tomarla en sus manos el pueblo trabajador. No se puede esperar que la solución caiga del cielo. Hay sectores de nuestra clase obrera que ya han generado importantes insumos para este debate como por ejemplo el Plan Guayana Socialista. Ese debate podemos comenzarlo por discutir en cada empresa el plan del gobierno nacional de aumento de la gasolina. Este debate es una oportunidad para proponer que se incorpore a los precios desplazados de la economía: el salario. Y es también la ocasión de conseguir que esa consulta tenga carácter refrendario. Así iremos construyendo y reclamando desde las bases la Constituyente de los trabajadores y la producción que necesitamos para definir el nuevo modelo productivo que necesita nuestro Proceso.
c) Estructurar el programa y la forma orgánica de la corriente, movimiento, o instrumento político del espacio de la izquierda del Proceso Bolivariano. El año 2013 también ha puesto en evidencia las diferencias políticas y de orientación del Proceso en el campo del chavismo. Importantes debates se han desarrollado, principalmente sobre cómo enfrentar la crisis y la guerra económica. Esos debates mostraron que la izquierda radical del Proceso tiene importantes aportes para hacer, se vieron esos aportes en la aplicación de las medidas de emergencia. Pero también hay otros aspectos en los que la izquierda del Proceso tiene posición y puede hacer aportes, por ejemplo: En el terreno de la defensa de los derechos democráticos de luchadores sociales como Julián Conrado o el Vasco Asier. La lucha contra la impunidad de los que realizan o planifican intelectualmente asesinatos y persecuciones de luchadores de los pueblos originarios, como Sabino, el movimiento campesino y el movimiento obrero. Contra la pretensión de amnistiar a los responsables de la masacre de Puente Llaguno y otros crímenes ocurridos durante el golpe y el sabotaje, por caso, Simonovis. La lucha por el cumplimiento efectivo de los derechos de género o en el terreno de los derechos ambientales. Por la profundización de la participación democrática en la construcción del anticapitalismo y de nuestro socialismo. En el terreno del control obrero y la contraloría social. En el terreno de la solidaridad internacional activa y concreta con los pueblos que luchan en el mundo, como el heroico pueblo palestino contra el que se está perpetrando el mayor genocidio de la historia por parte del régimen nazi de Israel. Y en muchos otros aspectos en los que innumerables colectivos, plataformas y corrientes tenemos puntos coincidentes. La articulación con un programa de este espacio político de la Izquierda del Proceso es crucial para visibilizar todas estas posiciones y romper el cerco mediático del que es objeto el pensamiento crítico.
d) Uno de los rasgos más característicos del Proceso Bolivariano fue, desde sus inicios, la visibilización de los hasta entonces invisibles. Que se pudiera empezar a expresar la voz de los que no tenían voz pública. La importancia dada al pensamiento crítico. La inclusión de los excluidos en los derechos fundamentales. Como parte de eso se produjo un gran proceso de debate y politización del Pueblo Bolivariano. Congresos, encuentros y multitud de actividades internacionales encontraron en nuestro territorio un lugar para reunirse y debatir, además de solidarse con el Proceso. Nuestro pueblo se encontraba en plazas y calles pero también en una cantidad enorme de locales y espacios, que podían ser utilizados para todos los debates imprescindibles del Proceso Bolivariano, nadie preguntaba qué organización revolucionaria convocaba una reunión o debate, los espacios disponibles podían ser utilizados por todos, para fortalecer la formación, la organización y la conciencia del pueblo revolucionario. Multitud de colectivos se organizaron, un fuerte y vital movimiento de comunicación popular y alternativa nació y se desarrollo al calor del impulso de una importante militancia de avanzada y en muchos casos con estímulos del Estado. Nacieron radios comunitarias, periódicos alternativos, sitios webs, televisoras populares, defensores del proceso, que fueron el vehículo para escuchar la voz de aquellos invisibles y silenciados. Hoy esa explosión democrática y participativa está en peligro: Se redujeron drásticamente los espacios para el debate, y solo pueden acceder libremente a ellos sectores o grupos que siguen la “línea” oficial. La comunicación popular y alternativa encuentra obstáculos más duros para cumplir su misión, se invaden las frecuencias de las radios comunitarias, no se consigue el apoyo para la impresión de periódicos populares, los medios alternativos que muestran las luchas de nuestro pueblo o las voces críticas son presionados, muchos de los voceros más destacados de esta expresión democrática fueron desplazados de los medios públicos... El pensamiento crítico es satanizado desde espacios de la institucionalidad. Ese movimiento vital y creador, una verdadera democracia, donde importantes sectores del Pueblo Bolivariano podía expresarse en toda su diversidad, esta languideciendo. Ella era la demostración práctica y cotidiana de la actitud democrática del Proceso y el Gobierno frente a la cual chocaban las denuncias del imperialismo y la burguesía de que la Revolución era antidemocrática y Chávez un dictador. La recuperación de ese espíritu de diversidad de pensamiento, de respeto por las distintas corrientes del Proceso en el debate abierto y franco es imprescindible para salvar la Revolución. De lo contrario esta agonizará o cambiará su contenido democrático y participativo por las viejas fórmulas de la democracia formal, donde hablan los que “saben”, piensan los académicos domesticados y reina un pensamiento único que terminará matando la creatividad rebelde e irreverente de nuestro pueblo. La recuperación de ese espíritu y esos espacios es una de las luchas centrales del próximo periodo. Se trata de poner de nuevo a funcionar el principal motor del proceso: “Moral y Luces”. Y para eso hace falta incentivar la participación democrática, libertad para expresar las diferencias y respeto por el pensamiento crítico.
La defensa del Gobierno del Presidente Maduro y a las conquistas del proceso bolivariano frente a los ataques que puedan sufrir, exigen redoblar el esfuerzo en la lucha contra la crisis económica y la guerra por la apropiación de la Renta Petrolera, que es hoy la primera prioridad. No puede hacer que dejemos de ver lo que está en juego en el tiempo que viene. Por eso planteamos estas propuestas para reorientar el rumbo del Proceso. La voluntad del Pueblo chavista para defender el Proceso Bolivariano quedó probada una vez más el 8 de Diciembre pasado. Superando este año de hechos dolorosos y de incertidumbre, demostró que su voluntad de transformación está integra. Ese pueblo trabajador, que respondió al llamado del presidente Maduro para las elecciones del 8/D, entra, habiendo constatado su fuerza, a las peleas que en defensa de las conquista del Proceso se avecinan. Por eso es que el 2014 será año de definiciones.