La deportación de migrantes venezolanos por Trump desde los EE.UU para ser encarcelados por Bukele en El Salvador es un hecho abominable, violatorio de Derechos Humanos y de toda norma internacional de garantías.Trump y Bukele se están comportando como verdaderos nazis, con desprecio absoluto por todo, en función de sus propios intereses como ricos capitalistas en el poder.
La acusación sin pruebas, sin juicio y sin derechos procesales, sin respeto por la dignidad humana, que tacha a todos los venezolanos migrantes a los Estados Unidos como delincuentes de la banda Tren de Aragua y les califica como “terroristas” o “enemigo extranjero”, es un estigma para criminalizarlos y justificar monstruosos abusos contra personas inocentes mientras no se demuestre lo contrario, aún cuando hayan entrado irregularmente al país de Norte. Llega hasta el extremo del reimplante de la esclavitud, al secuestrarles, privarles ilegítimamente de libertad, someterles a maltratos, despojarles de sus pertenencias, negarles el derecho a la defensa y obligarles bajo prisión a trabajos forzosos para contribuir a costear su propio confinamiento. Estamos ante la esclavización de los venezolanos expulsados, pero las amenazas de Trump son para todos los migrantes, en su mayoría latinoamericanos y algo también verdaderamente repugnante es que se le advierta a los migrantes, aunque tengan residencia legal en los EE.UU, que serán expulsados de las universidades y del país si participan en movilizaciones de solidaridad con el pueblo palestino y contra el genocidio en Gaza.
Además, ambos mandatarios, Trump y Bukele, están comercializando el sistema penitenciario con la compraventa de la retención de rehenes de la manera más grotesca y aberrante. Y todo esto es un precedente que prepara ofensivas mucho más profundas contra los derechos humanos y democráticos, no sólo de los migrantes sino de cualquiera.
Trump y Bukele representan así gobiernos de ultraderecha con prácticas fascistas. Son muestras de cómo se barbariza el capitalismo imperialista decadente que pudieran anunciar cosas peores en la línea de lo que ya hemos visto con el apoyo al genocidio de la población de Gaza
El pueblo de Venezuela y toda la migración venezolana, dondequiera que se encuentre, nos encontramos sacudidos por el dolor y la indignación.
Este drama migratorio es el resultado de la combinación entre la crueldad del imperialismo, con la complicidad de la oposición de derecha venezolana, y los efectos de las políticas del régimen burocrático-militar encabeza Nicolás Maduro en abierta traición a lo que fue la Revolución Bolivariana. Todo ello agravado con las sanciones económicas cuya víctima es nuestro pueblo y que Maduro utiliza de excusa para pretender librarse de responsabilidad.
Trump le acaba de hacer un gran favor a Maduro al darle una gran oportunidad para victimizarse y para llamar a la “unidad nacional” (a su alrededor) cuando se encontraba altamente cuestionado por las detenciones arbitrarias y acusaciones abusivas practicadas por el gobierno fraudulento y autoritario de Venezuela. El gobierno de Maduro también encarcela inocentes por reclamar derechos, persigue y apresa a luchadores sociales, disidentes políticos, criminalizando los reclamos como acciones “terroristas” o de “instigación al odio”, sin pruebas reales ni juicio justo; llegando luego, sin proceso alguno, a usarlos como fichas de canje para la negociación con el imperialismo y con la derecha opositora. En Venezuela el gobierno encarceló a unas 2000 personas raíz de las protestas por el fraude electoral del 28 J. Es algo que viene haciendo desde hace tiempo contra las luchas laborales y sindicales. Todo ello sin respeto de las garantías legales y derechos humanos. Así que ahora no tiene moral alguna para querer aparecer como adalid de los derechos de los emigrantes que él mismo empujó al éxodo masivo.
El Gobierno de Maduro, es responsable de la migración forzosa de millones de venezolanos y venezolanas, por tenerlos privados del salario, de sus beneficios laborales, de la salud y de las más básicas condiciones de vida en dignidad, por sus políticas autoritarias… agravadas todas estas condiciones por el efecto de las sanciones imperialistas. El gobierno venezolano se había negado a recibir a nuestros compatriotas deportados de Estados Unidos, cuando Trump anunció que no renovaría la licencia petrolera de Chevron, y entonces el fascista presidente norteamericano resolvió enviar a unos a Guantánamo y otros (alrededor de 238) fueron a parar El Salvador.
La dirigencia de la oposición burguesa, como María Corina Machado, por su parte, aprueba de manera vergonzosa y anti venezolana las deportaciones de Trump, como si los afectados fuesen delincuentes y solo se limitan a sugerir tímidamente que los casos sean revisados para asegurarse de que efectivamente lo son; pero no salen a repudiar las medidas de Trump, al cual piden apoyo intervencionista para sacar al gobierno de Maduro. Se trata de una conducta también altamente traidora y rastrera, y los votantes que siguieron a MCM y a EGU deben poder ver al servicio de quién verdaderamente está.
Por consiguiente, hay que presionar con mucha fuerza para forzar a Trump y a Bukele a la liberación de todos los venezolanos deportados que fueron malamente deportados y encarcelados, para que sean repatriados a Venezuela bajo condiciones dignas y para que sean en su país donde se verifique y canalice su situación. También hay que exigir que los venezolanos repatriados no sean objeto de persecución por razones políticas al regresar a Venezuela.
Estamos por la más amplia la solidaridad de todas las organizaciones democráticas y sociales, de Derechos Humanos, en primer lugar de Venezuela, así como de los Estados Unidos, de El Salvador y del resto de Centroamérica, de América Latina y del mundo para con las víctimas de este escandaloso atropello y delito de lesa humanidad cuyo principal autor es Trump, con la colaboración de Bukele.
Al gobierno venezolano hay que exigirle que sea verdaderamente receptivo con los venezolanos migrantes, que haga lo necesario para evitar que se vean sometidos a este tipo de situación más allá de las cuentas legales que tuviesen que resolver aquellos que sí hubiesen podido cometer delito. Hoy si el gobierno quisiera evitar que siga la migración, tendría que comenzar por resolver la precarización del salario en Venezuela (cumplir el artículo 91 de la CRBV), cesar en sus prácticas represivas… Algo que va contra su propia naturaleza marcada por la corrupción y el autoritarismo.
Es por ello solo podemos contar realmente con la movilización del propio pueblo venezolano y con la solidaridad internacional. Hagamos sentir juntos repudio al secuestro de venezolanos por Trump y Bukele e impulsemos a fondo a campaña internacional solidaria. Entre otras acciones, apoyaríamos la realización de movilizaciones ante embajadas de los Estados Unidos y de El Salvador en los distintos países para repudiar la acción realizada por Trump y exigir al Gobierno de Bukele que devuelva a los venezolanos que retiene ilegalmente, para que sean recibidos en su patria como personas y como connacionales que son. Apoyemos también la agrupación y coordinación de los familiares de los migrantes venezolanos deportados y presos en El Salvador, Guantánamo, los EE.UU o donde sea, para que puedan regresar al país con las correspondientes garantías constitucionales. Y sigamos luchando por la libertad de todos los detenidos injustamente afuera o dentro de Venezuela, por los Derechos Humanos y democráticos, y contra la represión.
Marea Socialista, como parte de la Liga Internacional Socialista a nivel internacional y como integrante del Encuentro Nacional en Defensa de los Derechos del Pueblo, con otras organizaciones de la izquierda opositora en nuestro país, es y será parte de esta lucha.