¿Entregar las armas en medio de una guerra?

Sai Baba se acercó a Nicolás Maduro y le preguntó: ¿A qué has venido a verme? Nicolás le respondió: -Vine a conocer su sabiduría gran maestro- Sai Baba se fue.

Al rato Sai Baba volvió a increparle: ¿A qué has venido a verme? Nicolás esta vez le respondió: -Maestro Sai Baba, yo quiero crear el reino d la Paz aquí en la tierra-. Sai Baba levantó su mano izquierda y giró sus dedos sobre la palma de su mano derecha y materializó una esclava que entregó a Nicolás. –Lo harás- le susurró al oído.

La Paz y el Amor son desde entonces sus mejores armas, el pasar de los años lo colocó en un destino que nunca sospechó. Las lágrimas del pueblo y del mundo corrían ante la muerte prematura de nuestro amado Hugo Chávez y él, Nicolás, el que un día dijo a Sai Baba que deseaba crear un mundo para la paz, dentro del dolor de su corazón debió asumir el mando de una patria en lucha, en guerra ante el imperialismo, heredada de su mejor maestro, de nuestro maestro de vida: Hugo Rafael Chávez Frías.

Nicolás asumió la responsabilidad solicitada por Chávez de continuar el duro camino de hacer la nueva patria y desde el primer día nos habla de la paz y el amor, nos presenta esto valores como símbolos de lo que viene a hacer en este mundo.

Ayer lo vi en el 23 de Enero, fue a recibir las armas que le ha solicitado a los colectivos, a quienes hoy viven en la delincuencia, a todas y todos los que posean armas con o sin razón, para defender ideales o para sobrevivir en la perversidad de la muerte. Ya empezaron a entregar las armas a cambio de proyectos de vida. Se empieza a construir el ideal de aquel joven que hace muchos años visitara a Sai baba en la India.

Recuerdo las primeras veces que escuchamos a Chávez hablar del amor, no faltó quien dijera que cruzaba la frontera de la cursilería y el romanticismo revolucionario y recuerdo como después de algunos años todas y todos lo despedimos diciendo a todo pulmón: ¡Te amo Chávez, te amo! Quizá entonces habrá algunos que no entiendan esto de entregar las armas si estamos enfrente del fascismo, si ellos, los fascistas de Capriles están comprando armas y negociando con los paramilitares, ¿entregar las armas que están en manos de los humildes de los barrios? ¿Desarmar a los colectivos que defenderían cualquier asonada fascista?

La Paz es el fin último que debe tener un revolucionario, por ella se es revolucionario, por ella se ha luchado siempre y por ella han muerto cientos de miles en la historia, la Paz es el destino de la nueva sociedad, la Paz es nuestra bandera, indudablemente.

Este gesto de Nicolás es solo el principio de su lucha, yo lo voy a apoyar.

Allí están las Fuerzas Armadas Bolivarianas, Allí está también nuestra milicia bolivariana, en armas y prestos a actuar con todo rigor ante aquellos otros que se arman con el negro color del fascismo en sus banderas. Aquí está naciendo el ejército de la Paz y el Amor, aquí se avanza en la creación de la mujer y el hombre nuevo, en la organización popular y la formación política y humana de la generación de relevo. No es con armas que se construye el nuevo mundo, con ellas se le defenderá ante sus enemigos, pero es con la paz, con el amor y el compromiso diario y cotidiano, pleno como la luna llena, de seguir siendo Chávez hasta el último día como él lo fue.

Nicolás Maduro no descansa un segundo, ha comenzado su marcha de gigante con la humildad y entrega más abnegada que yo haya visto. Hay, por supuesto, diferencias y críticas, como las debe haber siempre, pero que nadie diga que este hombre no es un valiente guerrero que está cumpliendo su misión, que apenas empieza, nada fácil, nada fácil la afronta. Ya deberá evaluarse a si mismo, criticarse, revisarse, construirse, como lo hizo tantas veces Hugo Chávez, ya deberá corregir cosas, cumplir deberes pendientes ante la historia, liberar y dar asilo a Julián, nuestro cantante también de la paz y del amor, deberá y seguro estoy de ello, escuchar a nuestras voces cuando critican y sopesar en su soledad para abrir mejores caminos. Él debe saber que hay todo un pueblo mirándolo y siguiéndolo, un pueblo que nunca permitirá que se pierda esta patria que nos dejó Hugo Chávez.

¡Chávez vive, la lucha sigue!

¡Libertad y asilo para Julián Conrado!

¡Amando venceremos!


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Raúl Bracho Julián


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