“El hombre tiene que establecer un final para la guerra. Sino, ésta establecerá un fin para la humanidad.” John Fitzgerald Kennedy
La reciente misiva (01-09-2013) del Presidente Nicolás Maduro Moros al Presidente de los EE.UU. Barack Obama, funda no solo una gran manifestación de apoyo y solidaridad hacia Siria, en el marco de las preocupantes amenazas de una incursión militar de que es objeto, es también una posición en esta difícil coyuntura histórica para la humanidad, un manifiesto de los principios de paz, solidaridad, respeto y búsqueda de puntos coincidentes para superponer el dialogo frente a la agresión, por encima de las diferencias y para enaltecer el bienestar de los pueblos del mundo (frente a las guerras fratricidas), legados que tradicionalmente han animado en el transcurrir de su existencia a la Venezuela bolivariana.
Es una carta de reflexión, como el mismo le llama “…con respecto a la injusta, nefasta y aterradora posibilidad de una intervención militar estadounidense contra el pueblo de Siria”. El Presidente Maduro invita a bregar por la paz en el mundo para que esta sea una cotidiana actividad de todas las naciones; que esta vaya por encima de las diferencias, que al fin y al cabo existen y existirán, siempre que exista la injusticia, la miseria y las intenciones de seguir depredando el planeta. Vincula con asertiva descripción, pensamientos de Bolívar y de Jesús de Nazaret, así como el significado que para todos los hombres y mujeres del planeta debe tener el ejercicio de la paz y la búsqueda insoslayable del entendimiento.
Al referirse a la situación en la hermana República Árabe Siria, sostiene que “…la intervención militar seria desastrosa para toda la región del Mediterráneo del Este, lugar de encuentro de los caminos históricos de nuestra civilización”. Y es totalmente pertinente lo dicho por nuestro Presidente; dice Joseph Pérez en su obra “El Mediterráneo en la Historia”: “No quiero ni puedo insistir más sobre este aspecto, de sobra conocido, pero que siempre conviene recordar: el descubrimiento no hubiera sido posible sin el aprovechamiento de una ciencia, todavía incierta y confusa, que es genuina creación del Mediterráneo”.
Sin embargo, es una civilización que puede ser carcomida por la barbarie belicista y el uso de la violencia truncando los caminos hacia nuevos escenarios de diálogos y encuentros interculturales. Hablamos de un área geográfica que es y debe seguir siendo punto de contacto entre los hombres y mujeres, entre civilizaciones distintas, entre Norte y Sur, Oriente y Occidente, pero es también, un foco de sabiduría y de cultura.
El Presidente Maduro apela a un conjunto de reflexiones vivas, latentes, fecundas y con total vigor para los EE.UU, para su pueblo y su gobierno, a Malcom X (los oprimidos de la tierra constituyen una mayoría), a Martin Luther King (Si supiera que el mundo se acaba mañana, yo, hoy todavía plantaría un árbol). El Presidente Maduro, se dirigió al Presidente Obama, en nombre del pueblo del Libertador Simón Bolívar, del Comandante Hugo Chávez, pero también en nombre de millones de voces de Nuestra América y del mundo que piden el cese de hostilidades contra Siria. Es no solo una carta oportuna, es, sobre todo, el llamado sincero, preocupante en cuanto a como una amenaza de agresión, hoy más que nunca involucra la paz en el mundo; es un llamado a recuperar, a poner en el tapete y practicar los derechos universales en favor de la concordia, la solidaridad y el entendimiento, en momentos en que se está jugando con fuego; se trata de una agresión de magnitudes incalculables, ya que al rebasarse podría, incluso, derivar en una confrontación entre las potencias occidentales, Rusia y sus aliados con consecuencias absolutamente imprevisibles para la humanidad. Dijo el Papa Francisco a propósito del tema: "No es la cultura del enfrentamiento y del conflicto lo que construye la convivencia entre los pueblos, sino la del encuentro y diálogo. Este es el único camino para la paz"