El gobierno bolivariano a través del presidente Nicolás Maduro, está enfrentando de manera decisiva la guerra económica planteada por la derecha venezolana, que creó mecanismos de especulación, acaparamiento, sobreprecios o la malversación en el uso de divisas, mecanismos que han sido parte de un plan de la denominada Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que buscan crear el caos en Venezuela, tratando de encubrir su presencia política en estas acciones de sabotaje. Los mecanismos de boicot económico no son nuevos, se aplicaron en 2002–2003 con un golpe económico y un paro petrolero, pero estas estrategias también fueron aplicadas por la derecha chilena contra el gobierno de Salvador Allende, así como son parte del Bloqueo económico de EEUU contra Cuba por mas de 50 años, y también en Bolivia se ha realizado acciones y paros patronales en esta nación andina.
En ese sentido el presidente Maduro destacó que “…ninguno de los mecanismos de especulación, desabastecimiento inducido y ganancia fácil y rápida de dinero que pretende imponer de la derecha venezolana, tienen explicación económica sustentable”. A lo que agregó "¿Qué explicación económica tiene esconder un producto? Sólo el deseo de generar caos. Díganme si tiene explicación económica que aún el Estado cumpliendo con todas sus obligaciones haya entregado casi 40 mil millones de dólares a empresarios y comerciantes y estos bandidos fijen sus precios en base a un dólar fantasma".
Aseverando Maduro que “La guerra económica que vive el pueblo venezolano está planificada por la burguesía venezolana, que se ha dedicado a inducir la especulación, la inflación y el desabastecimiento”. Ante esta realidad, el mandatario venezolano, planteo la necesidad de la aprobación de “la Ley Habilitante la que nos va a permitir establecer límites porcentuales de ganancia del capital en todas las ramas de la economía nacional, obligatorio como funciona en todos los países del mundo”.
La importancia de crear un control y fiscalización permanentes de la economía
Ante esta realidad donde los sectores importadores de la empresa privada han distorsionado los precios de las mercaderías, a través de mecanismos perversos de sobreprecios y especulación, creando un dólar paralelo 9 veces por encima de los 6,30 del precio oficial. Ante esta realidad nos pareció importante publicar algunos comentarios del analista económico José Gregorio Piña, quien manifestó que “Las acciones tomadas están en favor de todos, inclusive de las clases medias, que son los principales afectados por esta situación".
A lo que agregó Piña, "No hay excusas lógicas ni éticas para que alguien vaya a defender esas prácticas (de usura), tras los resultados de las recientes inspecciones realizadas en grandes cadenas comercializadoras de electrodomésticos y equipos electrónicos, en las que se descubrieron prácticas de remarcaje que reportaban ganancias de más de 1000%”.
Piña recalcó que “Con las fiscalizaciones, los funcionarios del Órgano Superior para la Defensa de la Economía hacen cumplir las leyes venezolanas y vigilan el correcto uso de las divisas otorgadas para las distintas actividades económicas” Y agregó que "Se trata de instaurar lo que siempre ha estado en la Ley, que no es de ahora, porque está situación (de usura en la comercialización de bienes y servicios), …esas son divisas de todos, que el Estado ha entregado a particulares para que hagan una operación específica que se supone va en beneficio de la sociedad, en este caso, es para que haya provisión de bienes y servicios para la población a los precios adecuados".
El economista afirmó que "Desde finales de enero hasta la fecha, los bienes subieron de precios más de siete veces, 1700% por encima del costo de adquisición, esto ya ni siquiera es un tema de ganancia económica, el incremento desmesurado de los precios -muy por encima de la inflación y en un lapso de menos de un año- sólo pretende generar descontento en la población”.
Por ultimo Piña aseveró que "En economía hay un concepto que se llama la elasticidad de la demanda, donde se dice que a medida que las cosas son más costosas, baja la demanda de ese bien. Si hay un alza tan desmedida más allá de la inflación, es obvio que casi nadie va a comprar. Pareciera que, en el corto plazo, poner unos precios exorbitantes era para causar el efecto en la gente de descontento y de pánico".
Los medios privados de comunicación apuestan a tergiversar la información
En muchos trabajos anteriores hemos hablado del papel de los medios privados, los cuales actúan como si fueran partidos políticos en Venezuela. Ellos han sido los voceros de campañas sucias contra el gobierno bolivariano, contra el desaparecido líder el comandante Hugo Chávez, para recrudecer sus acciones contra el gobierno de Maduro, desde el 14 de abril desconocieron las elecciones, además han mantenido una campaña sistemática de desprestigio al mandatario venezolano, creando la imagen de un fracaso político y económico de su gestión.
Ante esta campaña de control económico la derecha venezolana defiende a los malversadores y especuladores. En ese sentido los medios de comunicación de la derecha, en lugar de resaltar los esfuerzos que ha hecho el Estado por evaluar el desempeño de estos empresarios y garantizarle al pueblo el acceso a los artículos, han optado por promover la victimización de los comerciantes a través de artículos periodísticos en el que términos como desabastecimiento, desorden, caos, anarquía, violencia, imposición, descontrol, entre otros, han sido utilizados.
También han impulsado algunas acciones vandálicas contra comercios, con lumpenes y marginales pagados, para crear la idea de que el pueblo es de “saqueadores” y “delincuentes”. Sin embargo el pueblo que ha salido a las calles y de manera organizada y pacifica, ha adquirido productos a precios justos, respaldando de esta manera la decisión del primer Mandatario, también ha sido atacado.
También los medios privados ven como peligrosas las jornadas de fiscalización que continuarán durante los meses de noviembre y diciembre, y se trasladarán a empresas textiles, de calzado, de juguetes, entre otras, por considerarlas un abuso del empresariado, pero apoyan la sirvengüenzura de estos comerciantes. Con lo cual queda una vez mas demostrado el carácter anti popular de la burguesía venezolana, que no tiene escrúpulos en condenar al pueblo a vivir en una crisis ficticia, solo ampliada en la mente de los testaferros de la comunicación y paranoicos contra los derechos populares, contra los constantes proyectos sociales y económicos de la revolución bolivariana.