Los traidores son contradictorios: José Prudencio Padilla

PIAR EL GUAIREÑO, QUE GRANDE FUISTE!:

Supuestamente MANUEL PIAR, fue ejecutado por traidor a la República en el paredón de Ciudad Bolívar. Manuel, nacido en El Cardonal de La Guaira, supuesto hijo de un príncipe portugués, nunca disimuló su oposición a Bolívar, no le gustaba pues, las ejecutorias del comandante en jefe, pero nunca se le ocurrió tratar de eliminarlo físicamente.

TRAIDORES, TRAIDORES!:

En nuestra historia reciente pululan los traidores y su comportamiento nefasto, siempre auto justificado por la “desviación” del líder, ha causado quebrantos y males a toda la sociedad.

¿Cómo morder la mano que te hizo bien?. En el caso de CHÁVEZ, su mano generosa hizo generales, dotó de buenos cargos y posiciones a unos cuantos traidores que luego le mordieron la mano.

La lista es larga en el campo militar y civil, pero lo que nos llama la atención hoy es ese “pecado” de ignorar cosas reales y hasta de hacer héroes impolutos a unos sucios traidores.

JOSE PRUDENCIO PADILLA:

Un buen ejemplo es JOSE PRUDENCIO PADILLA, hoy tan venerado en Maracaibo con paseos y fuentes cantarinas que recuerdan al vencedor de la batalla del lago de Maracaibo el 24 de julio de 1823.

Trigueño él, de aspecto muy criollo, nacido en Riohacha, Goajira, Colombia en 1778. Desde muy joven respondió a su gran pasión por el mar y sirvió al rey de España en la marina real, llegando a participar en la batalla de Trafalgar en 1805. Desde 1811 defensor de la independencia inicia su gran carrera como oficial marino que culmina en la hermosa victoria de Punta de Palma en el lago de Maracaibo en 1823, victoria que tuvo gran repercusión en toda Colombia, elevándolo al sitia de héroe indiscutido de la patria.

Pero Ay!...al hombre no le gustaba Bolívar, su gran benefactor, quien lo apreciaba por sus innegables méritos militares, quien le concedió ascensos, condecoraciones y gratificaciones a granel.

Padilla inicia su caída en la Convención de Ocaña, conspirando contra el gobierno bolivariano y el general Montilla lo apresa y envía a Bogotá en 1828.

EL ATENTADO SEPTEMBRINO EN BOGOTA:

Estalla la conspiración de septiembre y el sangriento atentado contra el Libertador secretamente liderado por Santander y quien el preso general Prudencio Padilla, sabía de su existencia y fines, que no eran otro distinto a tumbar el gobierno de la República de Colombia y asesinar al Padre de la Patria.

Los historiadores afectos al Santanderismo, siempre negaron que Padilla estuviera involucrado en este crimen de lesa patria y él negaba toda vinculación, sin embargo, los conjurados declararon que él era uno de los jefes de este movimiento junto a Santander.

Saltaba Bolívar, en la calle 10 de Bogotá, apremiado por Manuela y se refugia debajo del angosto puente del riachuelo de El Carmen, de donde sale a controlar el contra golpe, a las 3 de la mañana.

Pululan los traidores, como Hilario Díaz y el general Obando, autor intelectual del asesinato de ANTONIO JOSE DE SUCRE “EL Abel de Colombia”.

JUICIO SEVERO, FUSILADOS A GRANEL:

El 2 de octubre de 1828, previo juicio iniciado en septiembre, con jueces, acusadores y defensores, fueron desfilando los traidores, algunos desafiantes, otros cobardemente negando su responsabilidad. La justicia de Colombia fue implacable, ese día primero fueron ajusticiados Galindo, Silva, Holement y Zulaibar, acusados de traición y asesinato de los custodios del palacio. Santander igualmente fue condenado a ser fusilado, pero Bolívar le conmutó la pena por el exilio. Caro error….59 comprometidos y 14 condenados a muerte.

Posteriormente a las diez de la mañana, vinieron al banquillo Padilla y el coronel Guerra, acusados de ser jefes de la insurrección. De acuerdo a la sentencia, Padilla debía ser degradado y el jefe del pelotón procedió a arrancarle las presillas de general del mar, a lo que Prudencio gritó: “Esas no me las dio Bolívar, sino la República!”. Exclamación reveladora del odio que sentía por el presidente de Colombia. Dicen que Bolívar al conocer la sentencia del Tribunal, que lo declaró culpable, exclamó: “Yo no soy quien te fusila, sino la Ley!”.

Cuentan los “interesados” en desprestigiar a Bolívar, que en los fusilamientos a enemigos y traidores, siempre el Libertador se “arrepentía” y expresaba temor por “el juicio de la Historia”, nada hablan de los estragos creados por estos seres quienes asesinaron a inocentes y trataron de quebrar el orden de las leyes inexorables. Unos 20 atentados sufrió El Libertador, durante su dura vida, algunos de ellos salpicados de una insólita ejecución y montaje, dignos de una obra de teatro tragicómica.

Terminaba así de manera triste quien navegara desafiando las tormentas, dirigiendo los increíbles asaltos a los navíos españoles y elevando su heroica vida al servicio de la independencia.

Su vida fue heroica y su fin tremendamente amargo.

TRAIDORES DE NUEVO CUÑO, SIN FUSILAMIENTOS EJEMPLARES:

Los traidores de nuevo cuño, no enfrentan a tribunales severos, que por la misma causa de antaño los fusilaban en las plazas, esos que se sacaban fotos en el Jardín Botánico de la UCV, simulando ser guerrilleros o como el senil que mató a SANTOS YORME, ellos que llevaron a la muerte a tantos camaradas honestos y estos otros quienes fueron hechos héroes y recibieron soles de ascenso y luego robaron y son ahora como todos, cómplices de los antiguos torturadores apoyados a ser alcaldes.

PRUDENCIO PADILLA, fue por lo menos un poco más luminoso aunque su traición no borra su enorme falta, pero yo no creo que merezca tantas fuentes y paseos maracaiberos.

Solamente un discreto y sentido recuerdo por su grandeza y caída.


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Francisco Natera


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