Una vez conocidos los resultados electorales del pasado 8 D, quedó en evidencia que el proceso Bolivariano avanza en la dirección correcta a pesar de la tragedia que significó la perdida física del Comandante Chávez.
Es sabido que las fuerzas de la patria obtuvieron la victoria en el 76% de los Municipios del país, y a pesar de la perdida de importantes ciudades como Valencia, Barquisimeto Maturín y Maracaibo, la sumatoria total de los votos nuestros, supero en 11% los votos de la anti patria.
En este contexto, el análisis de la votación en las principales comunidades Afrovenezolanas revela que no solo ganó la Revolución en la inmensa mayoría (sólo se perdió en Eulalia Burós, Miranda y El Callao, Bolívar) sino que la media porcentual de la votación revolucionaria es 10% superior en nuestras comunidades en comparación con la votación Bolivariana el resto del país.
Este comportamiento electoral se viene produciendo de manera sostenida desde el referéndum de 2004, es decir por 9 años consecutivos el pueblo afrovenezolano ha demostrado un rotundo apoyo al proceso iniciado por el Presidente Chávez y que hoy continúa el compa Nicolás Maduro.
En nuestro caso, apoyar la Revolución a la se trata de darle continuidad a una política que iniciaron nuestros ancestros africanos en tierras venezolanas, es ser coherentes con nuestra historia, con nuestras luchas; ser revolucionarios chavistas es ser cimarrones de este tiempo.
Esa consecuencia de nuestro pueblo afro con la Revolución requiere que de parte del Gobierno Bolivariano se implementen de una vez por todas las políticas afirmativas necesarias para superar la pobreza que aún subsiste en nuestras comunidades.