Dios te salve, María Corina

Vuelvo a encontrarme con Cinthya Zuloaga Salvatierra. Está como siempre, esculturalmente buenísima. Se pone de pie, y el mono que tiene puesto, se abraza a su cuerpo dejando huérfana a la poca imaginación que tengo, porque todo está allí en perfecta formación.

- Perdona que no te invite a mi casa, Roberto, pero es que Rudolf no te puede ver por esa posición tuya tan retrógrada, y tan caníbal y tan demodé, que estoy segura de que no te deja pisar la sala de mi casa.

Ella siempre tan sincera y tan bella cuando habla que uno le dice que no importa, me conformo con verte aunque sea un instante.

- Te llamé porque quiero contarte en qué andamos. El cuatro de diciembre, cuando seguramente tú vas a votar por gente que ni conoces; yo, junto con todas mi amigas y amigos, es decir, los del montón de apellidos nobles y perfumados que tú no vas a conocer nunca, estaremos rezando en las iglesias de todo el país, por ti, por eso que llaman pueblo, o sea, por Venezuela.

Se acerca un mesonero que mira con la boca abierta el cuerpo de Cinthya, babeándose de placer quiere decir algo, pero se tranca, y después, mirando para otro lado, dice que si vamos a tomar algo, que él está a la orden para lo que sea, incluso a rezar con usted señorita si me dice dónde queda la iglesia donde va a ir a rezar, y si va con ese mono que tiene puesto, tenga la plena seguridad de que yo estaré rezando a su lado hasta que Chávez se vaya...

Cinthya se ríe. Me toca el brazo y se ríe mientras el mesonero no se detiene en su parlamento.

En ese momento ella le pide una botella de agua Evian y un negrito para este marginal que me acompaña y no se preocupe, amigo, vaya a rezar.

Cuando el mesonero se marcha de espaldas, para seguir viendo a Cinthya, ella, sin dejar de mostrar sus desnudos dientes, me dice:
- Ya creamos la oración del domingo cuatro: Dios te salve María... Corina.

Ahí la interrumpí y le dije:
“La verdad es que la oposición es tan original que uno no sabe con qué cosa van a salir mañana”.

Después me invitó a rezar el domingo.

-Ynote olvides, Roberto, lo estamos haciendo por ti, por esa cosa que llaman pueblo, para queel régimen, la tiranía, la dictadura a la que nos conduce el autócrata, no se haga posible.

robertomalaver@cantv.net



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Roberto Malaver

Periodista y escritor. Niega ser humorista, a pesar de algunas evidencias que indican lo contrario. Co-moderador del popular programa "Los Robertos", al cual insisten en llamar "Como Ustedes Pueden Ver". Co-editor del suplemento comico-politico "El Especulador Precóz". "Co-algo" de muchos otros proyectos porque le gusta jugar en equipo.

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