La preocupación internacional no son los derechos humanos de algunos sectores del país, sino más bien evitar la consolidación de otro líder Revolucionario en la Nación que tiene la mayor reserva petrolífera en el mundo. Desgraciadamente, la protección a los Derechos Humanos para Estados Unidos y Europa no pasa de ser una excusa para dominar nuestro territorio, y para ello se hace fundamental el aporte de las ONGs que bien han sabido pagarlas y de las grandes trasnacionales de la Comunicación.
Es tan sabido que los Estados Unidos financia a la derecha en Venezuela, que el 18 de febrero de 2014, el diario británico The Guardian afirmó abiertamente que ese país destinó "cientos de millones de dólares de su presupuesto al financiamiento de diversas actividades sediciosas de la ultraderecha Venezolana, nucleada en la llamada Mesa de Unidad Democrática (MUD).
Hoy el país enfrenta un complot interno-externo. A lo interno no pasa de ser una acción por parte de un pequeño sector de la población, que como bien lo supo expresar la Revista económica Businessweek de los Estados Unidos, resulta ser una "venganza de la élite" que se ejecuta en localidades especificas del país, donde gobiernan alcaldes de derecha. Ahora bien, el complot externo resulta ser más complicado, ya que las grandes trasnacionales de la Comunicación, terminaron de imponer la matriz que ya venían asomando sobre Venezuela. Resulta interesante estudiar la primera plana del Nuevo Herald-Estados Unidos, de fecha 01 de enero de 2014, que tituló Los Colectivos, orden y terror chavista en Venezuela.
Hay cuatro matrices que desde el exterior se impone sobre el país: enfrentamientos entre bandas armadas apoyadas por el Gobierno y opositores que manifiestan de forma pacífica; represión de las fuerzas gubernamentales; violación a los derechos humanos; y control de los poderes por parte del Ejecutivo Nacional. Demás está decir que las mismas son una aberración y manipulación con fines ulteriores, donde actores internos, voceros políticos de la derecha, las ONGs y los medios locales contribuyen en estas matrices que al final atentan contra el interés de la Patria. Los Estados Unidos y países aliados pretende ejecutar acciones que partirían de condenas por órganos internacionales, imposición de sanciones económicas y luego justificar la intervención militar extranjera e imposición de un gobierno de transición.
Lo que no se duda en todo este panorama es que estamos frente a algunos personajes internos de la derecha que tienen muchas ansias de poder, por lo que no les permite ser comedidos en la incitaciones a la violencia a los sectores de rasgos fascistas que lo acompañan. Además, para nadie es un secreto, menos para los tachirenses, que los paramilitares (grupo creado por trasnacionales estadounidenses), por naturaleza, se unen a las acciones de la derecha, lo que resulta ser sumamente peligroso para todo el pueblo, ya que conocemos como actúan estos grupos terroristas.
Una empresa encuestadora internacional llamada Consulting Services mostró que el 85,3% de los venezolanos encuestados están en desacuerdo con las guarimbas y el 81.6% considera que las protestas han sido violentas, este tipo de información está lejos de ser reflejada por las grandes trasnacionales de la Comunicación.
Resulta necesario evitar caer en provocaciones que contribuirían a la campaña de desprestigio internacional, Estados Unidos está buscando un enfrentamiento entre los venezolanos que contribuiría a sus objetivos. Además, se hace primordial desmontar la teoría del caos, porque las acciones de estos grupos son locales y afectan a una pequeña parte de la población; a la vez debemos exaltar a los sectores racionales del país que creen en las instituciones democráticas; y por último, resulta necesario activar toda la solidaridad internacional, que ayuden a desmontar esa gran arremetida contra el país.