Injerencia de EEUU atenta contra la paz de Venezuela

Cuando las Naciones Unidas en 1965 aprueba la "Declaración sobre la Inadmisibilidad de la Intervención en los Asuntos Internos de los Estados y la protección de su independencia y soberanía" explicaba que tal resolución se hacía debido a que los países miembros reconocían que la intervención armada y otras formas directas o indirectas de injerencias atentaban contra la paz, la personalidad soberana y la independencia política de los Estados. En la misma resolución se expresaba que "La violación del principio de no intervención constituye una amenaza para la independencia, la libertad y el normal desarrollo político, económico, social y cultural de los países y puede constituir un serio peligro para el mantenimiento de la paz".

La injerencia por parte de Estados Unidos en los asuntos internos de Venezuela es evidente, pero más descarada es la expresa Mala Fe del gobierno estadounidense al manipular y mentir sobre hechos en Venezuela, posicionando una matriz que francamente pretende con ella justificar su agresión contra la soberanía e integridad territorial de la Nación.

La rehegemonización de los recursos y territorios sigue definiendo la política exterior de EEUU, y Venezuela, la primera reserva petrolera a nivel mundial, con una política revolucionaria, independiente, soberana e inspirativa, se encuentra en la mira del Poder Económico dominante estadounidense (Stablishment), por lo tanto lo demás, las excusas, resultan de adorno para el Imperio más feroz y genocida que haya conocido la humanidad.

EEUU, apoyado de sus corporaciones mediáticas y los mercenarios internos (voceros políticos, ONGs, la Iglesia, entre otros) ha generado tres matrices específicas en contra del gobierno: ruptura institucional en la Nación, con inexistencia del Estado de Derecho; represión y asesinatos contra protestantes por las fuerzas del gobierno; y la actuación conjunta gubernamental con los colectivos para la comisión de asesinatos extrajudiciales. Dichas matrices, totalmente falsas, solo pretenden justificar una posible intervención estadounidense apoyada en una primera etapa con grupos armados, ahora sí, al margen de toda ley y respeto a los DDHH, cometiendo asesinatos selectivos y en masa para luego culpar a los colectivos y Gobierno (como lo hacen en Siria); luego, con otra fase de agravamiento del bloqueo comercial y económico en contra de la Nación; para después recurrir a su última instancia y etapa que sería la intervención militar.

Es importante repetir, todo país intervenido por EEUU resulta destruido totalmente, su población, su infraestructura, su sistema político-económico y el Estado de Derecho aniquilado, no existe prueba de lo contrario.

Los voceros de EEUU en Venezuela, apoyados de una población totalmente manipulada, incluso dirigida hacia un comportamiento fascista, están actuando de la manera más irresponsable que se pueda calificar, y lo más preocupante es que nos están llevando a todos los venezolanos a la autodestrucción. Sin embargo, es importante también resaltar el número significativo de pueblo conscientes, chavistas y no chavistas, que rechazan las aventuras de la derecha comprometida con esos intereses foráneos, y es ese pueblo el que justamente se intentará imponer en los próximos días en el país.

Emulando el Manifiesto, la historia de la humanidad hasta nuestros días es la historia de la lucha de clases, y en Venezuela existe una franca y directa lucha de clases, le toca al pueblo y a las organizaciones definir en qué lugar de la historia se ubican, el del bando de los explotados o en el de los explotadores. EL PUEBLO Y SU AUTÉNTICA LUCHA POR LA EMANCIPACIÓN SERÁN SIEMPRE LA MEJOR OPCIÓN.



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Laila Tajeldine


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