¿Quién se atreve a evaluar la Revolución Bolivariana?

La actual situación que vivimos y que entendemos no va a parar porque se trata de una política guerrerista que incluye elementos bélicos, económicos y mediáticos, todo dirigido cual misil a nuestra psiquis para arrodillarnos y volver a un pacto de gobernabilidad que supone sustituir la democracia participativa y protagónica (asumiendo que esta aun no ocurre plenamente) por la representatividad bipartidista a la que el pueblo dio una patada en febrero de 1989.

¿Cómo pudo ocurrir esto después de 15 años de proceso bolivariano?

No es tan sorprendente para quienes asumimos la evaluación permanente como una herramienta de lucha, pero para los que amparados en el triunfalismo, se quedaron gritando ¡así es que se gobierna!, es difícil entender porque no cesa la arremetida, conformándose en este momento tan decisivo, con solo apoyar las políticas del gobierno, sin el mas mínimo dejo de autonomía y mucho menos indignación, repitiendo automaticamnete “el comandante supremo, el legado de Chávez”, mientras se evade su última intervención reflexiva y autocrítica, conocida como golpe de timón, en la que expresa claramente: “Cuidado, si no nos damos cuenta de esto, estamos liquidados, y no solo estamos liquidados, seríamos nosotros liquidadores de este proyecto. Nos cabe una gran responsabilidad ante la historia a los que aquí estamos. Véanse las caras, véanse los ojos en el espejo cada vez que vayan al baño o a donde haya un espejo. Yo de primero”

Hay que recordar y reconstruir el proceso para darnos cuenta de algunas cosas que tienen un peso importante en lo que pasa hoy. Desde 1998 hasta el 2006, el pueblo bolivarano demostró una y otra vez su resteo con una transformación, las condiciones estuvieron dadas como nunca: pueblo en lucha y lider auténtico con incidencia en latinoamérica y el mundo. Renació Guaicaipuro, Bolivar, Zamora, Argimiro, el Che. Fueron enaltecidos nuestros valores revolucionarios. Pero a partir de allí, una maquinaria, tipo avalancha, que se había recién constituido como aparato burocrático y mediatico, se puso en marcha para frenar a como diera lugar, el ímpetu transformador del pueblo, que hasta entonces venía invicto: 1998 gana Chávez , 1999 victoria de la Constituyente, 2002-2003 derrota del golpe de Estado y Paro Petrolero, 2004 triunfo en la Batalla Electoral de Santa Ines y 2006 nueva victoria electoral abrumadora de Chávez. Vale decir que hasta ahora cada victoria de Chávez es victoria del pueblo, la sinergia entre ambos está en su maxima expresión.

¿Qué pasa a partir del 2006?

La primera derrota que se produce en el campo bolivariano, no es propinada por nuestro enemigo natural: burguesía nacional y transnacional, mas su aparato mediático y demás aliados externos. No, la primera derrota se produce cuando el pueblo, que hasta ahora había sostenido el proceso no solo con votos, sino con sus poderes creadores, es detenido. Recuérdese como diría Maelo: las caras y voces lindas de mi gente, en Venezolana de Televisión y en Radio Nacional, cuando eran los únicos medios que teníamos en 2002, haciendo sentir su opinión y diversidad de reflexiones. Recuérdese también como la democracia participativa y protagónica se puso a valer en la elección de los comandos Maisanta en 2004, en las que la tendencia a nombrar los integrantes desde arriba, por el apararto del MVR, fue derrotada por la tendencia a nombrarlos consensuadamente desde abajo. En la Parroquia 23 de Enero esta experiencia fue moralizadora.

Hagamos Memoria

Hagamos memoria de como los trabajadores rescataron la industria petrolera y de como acudíamos a rodear a PDVSA La Campiña, cada vez que lo ameritaba la situación. Hagamos memoria y ubiquemos el momento en que ese pueblo fue dejado fuera, confinado a ver el proceso por televisión, votar y a ser usado para propaganda oficialista, donde predomina la retórica socialista, que afirmaba que todo iba bien: lo económico, la producción, la participación, las comunas, en fin, el país estaba enrrumbado hacia el socialismo del siglo XXI, mientras que movilizaciones de gente muy chavista llegaba hasta Miraflores, hasta la vicepresidencia, hasta el ministerio de Agricultura y Tierra, entre otros entes, para intentar ser escuchados. La queja de que la burocracia no permitía que fluyeran los procesos, se generalizaba, pero el gobierno no escuchó.

Recuérdese el indignante episodio del Cacique Sabino Romero, comandando al pueblo yukpa, frente de la vicepresidencia dos días enteros sin que lograra que el hoy presidente, para ese momento vicepresidente, Nicolás Maduro, los atendiera. No olvidemos el programa en TVES, logrado a través de la presión de movimientos sociales, en el que los Caciques Yukpas mostraron sus mapas ancestrales y proyectos territoriales, interrumpidos y maltratados por el responsable de la buena televisión en ese entonces, William Castillo, hoy día presidente de Conatel. Demostrándose una vez más que el Estado burgués no jode burguesitos, cuando mucho los contiene, pero si destierra, desaparece y asesina a los pueblos originarios.

Lo que vivimos hoy, no se gesta solo afuera, en el empeño de tomar nuestras riquezas naturales por parte del poder económico transnacional, se produce en buena parte desde adentro, desde la omisión, desde el silencio, desde la pasividad que produce guerra, desde la falta de beligerancia que produce postergación, desde la falta de participación que nos convirtíó de protagonistas en beneficiarios. Es así como el enemigo “pilló” nuestra debilidad acumulada en los últimos 7 años, que demuestran que no basta ganar elecciones, el poder real consiste el algo más. Para muestra un botón: las eleciones del 1988, el triunfo de Carlos Andrés Pérez y el Sacudón del 27F, que fue como recomenzó toda esta historia

Lo que vivimos hoy, exige ponernos al día con las tareas revolucionarias pendientes: la lucha contra las tres marías heredadas del Estado Gomecista: Corrupción, Impunidad y Burocracia; la lucha por transformar el Estado Rentista en Estado Productivo, pero no depredador de la naturaleza; la lucha por la transformación de la Cultura del Consumo, en Cultura y Tecnología de la Necesidad, reivindicando la vida a escala humana y la autogestión comunitaria, si no, ¿para qué son las comunas?; la lucha por tomar parte en las decisiones que nos involucran como pueblo bolivariano, vale preguntarnos ¿Diálogo de paz sin el pueblo trabajador? ¿Quién decide la paz?

Lo que vivimos hoy, tiene que ver con los vacíos, con lo que no hicimos como pueblo bolivariano. Parafrasendo a Clara Zetkin (1857-1933), militante por los derechos femeninos y del pueblo trabajador, compañera de lucha de Rosa Luxemburgo: Si la revolución no se profundiza, si no se cumplen las tareas revolucionarias, si no se producen las transformaciones, el fascismo acudirá a restaurar el viejo orden.

Pero que nadie se confíe, pues hemos de ser capaces de hacer lo que hay que hacer, porque NO HAY PUEBLO VENCIDO!!!! VOLVEREMOS POR TODOS LOS CAMINOS!!!!!

 



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Arlenys Espinal

Arlenys Espinal, Educadora para la Participación Sociopolitica. Mlitante de la Educación Liberadora. Cofundadora de la Escuela para la Participación en Salud Social ESPARSAS. Investigadora de Saberes Ancestrales. Participante de Movimientos Sociales para la Transformación.

 amecate@gmail.com

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