Casa-escuela. Aprovechando la encerrona para no hacer lo mismo

Ahora que la pandemia fue aprovechada por los estados naciones para imponer el modelo "casa-escuela" y quitarse en encima la responsabilidad que significa la interacción escolar, conviene ver de qué manera la casa sirve para construir aprendizajes pertinentes a los tiempos que vivimos, como respuesta participativa y protagónica de las familias ante la avasallante escuela "bancaria" que ya existía pero ahora potenciada por el también avasallante modelo de control que se ejerce sobre la gente en el mundo a nombre de la salud y la vida

Y es que la vida no solo se resiente y se pierde por un virus al que quizá haya que ver desde otras lógicas, caso culturas originarias "como un mensajero" de lo que hoy la humanidad tiene que entender y revertir de su accionar sobre la naturaleza. La vida se resiente y se pierde porque forma parte del ciclo vital, del equilibrio entre las especies, pero sobre todo porque el signo de la vida humana civilizada moderna en la tierra, ha sido el desequilibrio que se expresa de variadas maneras: alimentación insana por comida chatarra, transgénica y cosechas afectadas por glifosfato (veneno agrotóxico), consumo excesivo de sustancias nocivas que se imponen desde la industria farmacopea, aire contaminado y capa de ozono en deterioro por el efecto invernadero, accidentes de tránsito por modelo de vida basado en el automóvil y transporte público que se sostiene con energías fósiles, violencia familiar, violencia contra mujeres y niñxs, violencia entre los seres humanos en general.

Modo de vida estresante que no genera satisfacción sino enfermedades físicas-emocionales-espirituales como el cáncer, lupus, leucemia, diabetes, además de las psíquicas, que desequilibran la familia entera, y, por supuesto la más letal, la falta de condiciones de vida sustentable, vale decir, el hambre, la exclusión y la miseria, potenciadas por el desplazamiento de los lugares de origen, migración, racismo, xenofobia.

Ahora que el encierro puso de relieve situaciones ambientales (animales tomando espacios considerados solo para humanos, capa de ozono recuperándose), situaciones de desamparo (gente sin sustento-salario ni sistema de salud), situaciones de crisis económica, caída de los precios de petróleo y falta de gasolina para trasladar las cosechas a los poblados urbanos, se pone de manifiesto la profundidad de la crisis y su verdadero carácter: la crisis civilizatoria, tenemos serviditos los insumos para replantear la educación desde una concepción no bancaria (el término bancaria lo acuñó Freire para expresar que los alumnos no son un depósito de contenidos), que por tanto supere "el depósito de contenidos fragmentados" hacia una (otra) educación capaz de construir significados de lo que hoy nos sucede. Esa es la demanda de los tiempos actuales.

"Nuestra civilización, nacida en occidente, soltando sus amarras con el pasado, creía dirigirse hacia un futuro de progresos conjuntos de la ciencia, la razón, la historia, la economía, la democracia. Ya hemos aprendido con Hirishima que la ciencia es ambivalente, hemos visto a la razón retroceder y al delirio stalinista tomar la máscara de la razón histórica; hemos visto que no había leyes en la Historia que guiaran irresistiblemente hacia un porvenir radiante; hemos visto que el triunfo de la democracia definitivamente no estaba asegurado en ninguna parte; hemos visto que el desarrollo industrial podía causar estragos culturales y poluciones mortíferas; hemos visto que la civilización del bienestar podía producir al mismo tiempo malestar. Si la modernidad se define como fe incondicional en el progreso, en la técnica, en la ciencia, en el desarrollo económico, entonces esta modernidad está muerta" (Morín 2000 pág. 76)

En ese sentido las familias, hoy confinadas, tienen que reaccionar como tejido social y apelar a sus fortalezas y aliados naturales: maestrxs (no asalariados de la educación), educadorxs inscritos en tendencias históricas transformadoras "educadorexs liberadores", sabedorxs de la familia-comunidad (nuestros mayores), investigadorxs y luchadorxs sociales, para construir un nuevo currículo que responda a las necesidades de aprendizaje hoy, las cuales se manifiestan en dos dimensiones: la necesidad de construir comprensiones de lo que nos ocurre hoy como humanidad y sus expresiones en los países naciones a los que pertenecemos y las necesidades específicas de aprendizaje de las y los sujetos que aprenden (lectura, escritura, cálculo, conocimiento del ambiente natural, del ambiente cultural, reflexión-elaboración-filosofía, expresión artística del aprendizaje entre otras posibilidades)

El investigador Francesco Tonucci, a propósito de la pandemia afirma:

"No es difícil imaginar que cambió todo. Este es el punto de partida, si cambió todo, la escuela no puede seguir igual que antes. La contradicción que yo encuentro es que la escuela quiere demostrar que se puede seguir como antes y sigue siendo una institución de clases y deberes, donde lo único que se modificó fue el medio: en lugar de ser presencial, se hace de forma vitual. Allí aparecen preguntas como si se puede estar tantas horas frente a la pantalla, si todos los niños son capaces de hacer los deberes de esa forma o si tienen la tecnología adecuada para ello. Pero desde mi punto de vista la pregunta mas importante es si es posible hacer lo mismo de siempre

En tal sentido el investigador propone convertir la casa en un "laboratorio", donde los padres sean los asistentes de los maestros y en el que cada espacio, desde la cocina hasta un cajón de fotos viejas, se convierta en en la oportunidad de aprender algo nuevo

"pido cosas que hay que hacer en casa igualmente. La cocina, por ejemplo es un taller de ciencias. Los niños deben aprender a cocinar. El maestro puede proponer que los alumnos cocinen un plato con su salsa y escriban la receta. Así estamos haciendo física, química, literatura y se puede montar un libro virtual de recetas. Otra experiencia que me parece importante es que los niños hagan videos de su experiencia en casa. La otra experiencia por supuesto, es la lectora. Como la escuela no consigue que los niños amen la lectura, es un gran peso. La escuela debería preocuparse mas, dar a sus alumnos el gusto de leer"

Necesario es en este momento apelar a las investigaciones y experiencias que desde hace muchos años interpelan la escuela y proponen incorporar las vivencias en el aprendizaje. Entre otras hay que mencionar el proyecto Educación para la Dignidad, que hizo aportes importantes como investigación-experimentación que funcionó un breve tiempo en escuelas caraqueñas conocido en ese momento como "Educación para la Ciudad", dirigido por el Centro de Investigaciones Educativas TEBAS de la UCV (1996)

"Las escuelas e instituciones educativas en Venezuela tiene un origen primario colonial, desde la corona española y sus instrumentos eclesiásticos, que luego se transmite al gobierno republicano en sus diversas variantes dictatoriales o democrático-representativa. En muy contadas oportunidades aparecen instituciones educativas gestadas por la acción comunitaria. Se puede hablar de ello como enclave de origen gubernamental con el propósito de civilizar y occidentalizar a la población. Es un propósito directivo, leccionario que poco implica la cultura y pretensiones de la población a la cual se dirige, a la cual percibe como inculta e incivilizada, por ello la requiere pasiva, atenta y obediente" (Esté, 2000)

Desde este análisis sociohistórico, que ubica a la escuela como hija de la cultura colonial, se realizaron prácticas descolonizantes y desfragmentadoras del aprendizajes que dieron lugar a los Centros de Integración Escuela Comunidad CIECO, que funcionaron en varias escuelas de Caracas

"El CIECO es un local que la escuela ofrece en favor de propiciar el encuentro, la conversación y el desarrollo de actividades formativas, recreativas y culturales que atiendan los intereses y las necesidades de los diversos sectores que forman parte de la comunidad. Se quiere generar un proceso de intecambio entre escuelas vecinas, instituciones y grupos comunitarios… (Olivares 2000)

Entre muchas otras actividades impulsadas desde los CIECOs, hay una que pudiera tener mucha vigencia y pertinencia en este momento, cuyo propósito fue estimular la lectura-escritura-comunicación entre los niños y entre las escuelas, que se llamó: "El Correo de la Amistad" y consistió en escribir cartas dirigidas desde niños de una escuela a niños de otra escuela, lo que estimuló el ejercicio de la escritura y lectura al mismo tiempo que la preocupación-ocupación de ser bien entendido por el otro (a), propiciando encuentros de la amistad entre escuelas. En este caso la Escuela 19 de Abril y la Escuela San Isidro de Galipán se cartearon durante un trimestre, lo que generó un encuentro de la amistad en Galipán, experiencia de gran riqueza espiritual-cultural para quienes la vivieron

Esta actividad hoy puede igualmente estimular el ejercicio de la escritura y lectura en tiempos de pandemia, pero sobre todo permite mantener el vínculo humano entre niños de un edificio de una calle, de una comunidad, tanto si son elaboradas de puño y letra, como digitalmente. Tanto si el niño las escribe solos, como con ayuda de sus mayores y puede producir intercambios valiosos que nos permitan conocer como están viviendo-percibiendo este confinamiento nuestros niños y niñas

A nivel universitario la situación no varía, aunque se supone que quienes participan en este nivel, tienen mayores posibilidades de manejar tecnologías digitales, lo que no es exactamente así, sin contar con las dificultades para obtener y mantener estos equipos. Sin embargo, el problema medular sigue siendo la fragmentación del conocimiento y la falta de vinculación con la realidad en movimiento, vale decir con los aprendizajes que necesitamos construir como cultura territorial y al mismo tiempo planetaria, en tiempos de pandemia

"La supremacía de un conocimiento fragmentado según las disciplinas impide a menudo operar el vínculo entre las partes y las totalidades y debe dar paso a un modo de conocimiento capaz de aprehender los objetos en sus contextos, sus complejidades, sus conocimientos (Morín 2000)

Como afirma el autor "operar el vínculo entre las partes y las totalidades" es un asunto medular en estos tiempos, para la educación que necesitamos, en el sentido de producir otras comprensiones. Al respecto, ya desde los años sesenta del siglo pasado se expresaron tendencias problematizadoras de la educación fragmentadora que ha imperado en el mundo. El Mayo Francés da cuenta de eso, Paulo Freire desde Brasil, con la educación liberadora o popular visibilizó la existencia de la educación bancaria y en Venezuela se gestaba una propuesta educativa que privilegia la investigación desde la experiencia de quien aprende situada desde contextos sociohisóricos culturales-laborales. Se trata del Centro de Experimentación para el Aprendizaje Permanente CEPAP de la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez UNESR

"La razón de ser del CEPAP (…) es promover un contexto que permita el desarrollo de alternativas innovadoras para sistemas de formación (…) Los ensayos institucionales son sistemas globales de interacción, cada uno diseñado como un proyecto de investigación. No están predeterminados en ningún aspecto, por las características curriculares, de pensum, de evaluación y de docencia de la Universidad (….) Cada ensayo, entonces, puede formular: objetivos de aprendizaje, curriculum, pensum, sistemas de facilitación, sistemas de participación y sistemas de evaluación sui-generis..." (Hallstrom, 1983)

De los ensayos educativos a los que se refiere Hallstrom, se avanzó a otras modalidades para la interacción entre quienes participan como han sido los equipos de sistematización o comunidades de aprendizaje, conservando la misma esencia vivencial que se integra en el Método de Proyecto

"Responde a una conciencia curricular integrada y abierta en proceso de permanente construcción. Se centra en la vivencia, la reflexión sistemática, la acción sociopolítica y la formación teórico conceptual. El método de proyecto valora en extremo su incidencia en lo social, integra acción y reflexión, práctica y teoría, vida personal con vida profesional, es una propuesta andragógica con la cual aprender hasta el fin de la vida (CEPAP 2008)

Si extraemos las ideas claves que pudieran constituir aportes válidos para este momento, como son: La casa como laboratorio (Tonucci) El correo de la Amistad (CIECO) y las comunidades de aprendizaje (CEPAP), pudiéramos replantear procesos formativos que respondan a la experimentación, la comunicación y el método para construir los aprendizajes, con lo que estaríamos revitalizando aquella máxima de nuestro maestro Simón Rodríguez: O inventamos o erramos!!!



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Arlenys Espinal

Arlenys Espinal, Educadora para la Participación Sociopolitica. Mlitante de la Educación Liberadora. Cofundadora de la Escuela para la Participación en Salud Social ESPARSAS. Investigadora de Saberes Ancestrales. Participante de Movimientos Sociales para la Transformación.

 amecate@gmail.com

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