Lo que el Covid se llevó… hasta la memoria…

  1. Iban cayendo uno a uno tantos seres queridos. Cada enfermo grave de Covid inspiraba horror porque lo más probable era que no se salvara. Hoy no podemos imaginar si aquella siega de almas realmente ocurrió como ocurrió, pareciera que por un fenómeno extraño llegó a hacerse normal en medio de lo increíble. ¿Cómo fue que se naturalmente aceptable? ¿inevitable? ¿Quién lo recuerda hoy en su dimensión tétrica y hasta demencial?

  2. Llevé un diario día a día, hora tras hora, insomnio tras insomnio, delirios tras delirios, en varios cuadernos, que ocupan unas doscientas páginas.

  3. Cuando reviso este diario me veo como si entonces hubiese muerto, como si estuviese leyendo el diario de un cadáver. Yo había pasado a otra dimensión, y desde allá lo escribía… En estos días he pensado que debo publicarlo, pero qué difícil resulta revisarlo, retocarlo. Porque llevaba este diario en todos lados, en las colas para buscar medicina o vacunarnos, en los largos trasnochos, en los baños, en la cama de un hospital…

  4. La pandemia se llevó a tantos familiares y amigos. Se fue mi hermano Francisco, se fue un tío de mi esposa, se fueron tantos amigos. Cayó gravemente mi hija Yuri y entré en un pánico pavoroso, segundo a segundo temiendo lo peor, y sin poder auxiliarla, sin poder hacer nada, ni siquiera verla. Más de una docena de bombonas de oxígeno hubo de consumir en su lentísima recuperación, siempre al límite…

  5. Caímos graves mi esposa y yo. Fuimos hospitalizados y nos despedimos de todos por mensajes. Nadie nos podía visitar. Le dijimos adiós a todo, y les pedimos que tuvieran fuerza, firmeza.

  6. Antes de ser hospitalizados, nos habíamos mantenido convalecientes en casa, durante una semana, sin saber qué hacer, qué decisión tomar, tratándonos con meros remedios caseros. Pidiéndole consejos a médicos amigos, pero en definitiva todo lo que aplicáramos parecía incierto, un albur.

  7. Me viene a la memoria el caso del doctor Ramón Nieves (presidente del Seguro Social de Mérida), por ejemplo, quien estuvo casi un mes hospitalizado y durante su convalecencia perdió doce kilos; después de tres meses de haber sido hospitalizado por Covid apenas si estaba recuperado sólo un sesenta por ciento. Seguí paso a paso su estado de salud. Es un médico con un alto sentido de su misión social; con una vocación de servicio y una ética profesional admirables. Recuerdo el día, cuando recibí la noticia por parte de su cuñado doctor Denis Gómez (otro destacado galeno merideño), expresándome que Ramón se encontraba grave. Temía lo peor, tomando en cuenta que el doctor Nieves es diabético. Una madrugada, siguiendo el estado de ciertos pacientes, vi en mi teléfono el siguiente mensaje: "Ha fallecido por Covid-19, el presidente del Seguro Social, el doctor Ramón Chávez". Me sobrecogió esta noticia porque no reparé en el apellido y salí del apartamento, con fiebre y mucha tos bajé a donde tengo el carro estacionado diciéndome en cada momento: "-¿Acaso es ya imposible ayudar a alguien en este mundo?". Al volver a leer con calma la nota, me percaté que se trataba de otro Ramón, por cierto, primo del Comandante Chávez. Para ese momento el doctor Ramón Nieves llevaba quince días recluido en cuidados intensivos. Historias de historias, qué fácil se olvida…



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José Sant Roz

Director de Ensartaos.com.ve. Profesor de matemáticas en la Universidad de Los Andes (ULA). autor de más de veinte libros sobre política e historia.

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