Es curable si se determina a tiempo. Pero es curare si se deja pasar en aras de la pluralidad y el respeto a la opinión del prójimo (como le dicen en los Andes al que sigue en la cola).
La rebeldía hormonal -la que porque si y porque me da la gana- es esa que enamoró a las pavitas que veían en Dean Martin y en Marlon Brando el non-plus-ultra de la testosterona. Sin embargo el titulo de la obra era el epitafio de esa rebeldía: ¡¡¡Sin Causa!!! Y es que por más que se quiera minimizar a Newton la cosa se traduce en rebeldía sin efecto.
¿Me explico?
Cuando alguien dentro del torbellino social que arranca con el Caracazo y comienza a cristalizar con la Asamblea Constituyente decide desconocer el liderazgo de Hugo Chávez, a ese alguien debe concedérsele, sin preámbulos, el paso expreso hacia la puerta de emergencia.
No me mal interpreten. No es un asunto de desconocer la importancia de la unidad y la pluralidad. Tampoco lo es de censura. Ni siquiera se cae en el juego torpe del "vamos a debatirlo"... El liderazgo no se discute. Nunca en medio de una guerra. La moral y las luces (¡¡las de bengala!!) son importantes para enfrentar al enemigo en medio de la noche. Y puedo dar fe, señores, de que para algunos puede que este clareando, pero aun falta mucho para que amanezca...
¡¡¡Rebelde con efecto!!!, que algo queda...