El terrorismo es el uso sistemático del terror, para coaccionar a sociedades o gobiernos, utilizado por una amplia gama de organizaciones políticas en la promoción de sus objetivos, tanto por partidos políticos nacionalistas y no nacionalistas, de derecha como de izquierda,. En su sentido actual, el término fue acuñado por la propaganda nazi para hacer referencia a los movimientos de resistencia de los países ocupados por el ejército alemán y consolidado por las dictaduras latinomericanas de las décadas del 70 y del 80 y los Estados Unidos, en el marco de la Doctrina de la Seguridad Nacional desarrollada desde la Escuela de las Américas. En ambos casos se hizo patente que existen relaciones estrechas entre el terrorismo realizado por ciudadanos y el terrorismo de Estado, siendo aquel, muchas veces, la justificación de éste
Venezuela es objeto no de actos vandálicos aislados, sino de acciones terroristas perfectamente planificadas aprovechándose de que se hacen en el marco de un país democrático y temeroso de las acusaciones que se le puedan hacer, por los medios de comunicación (factores terroristas) de ser un estado violador de los llamados DDHH.
Los gobiernos siguiendo una práctica inadecuada, han sido SIN QUERERLO, propulsores del terrorismo, cuando sabiendo que se estaban creando las condiciones para producir un estado de conmoción, no hizo lo suficiente para contrarrestarlos. Todo lo contrario, la impunidad en sus diversas formas y la inequidad de la justicia, atizaron los actos terroristas, ahora con un fin concreto, producir la salida inconstitucional del Presidente elegido mediante el voto popular.
Independientemente que nos guste el Presidente o no, lo que si podemos afirmar es somos incondicionales de la CONSTITUCIÓN NACIONAL única en el mundo votada por el pueblo.
Los episodios ocurridos desde el 23 de enero, se incrementaron debido a la falta de un Estado que tiene como principal deber, cuidarse el mismo para poder velar por la tranquilidad de los venezolanos. Trataron como bochincheros a verdaderos terroristas asalariados de políticos por todos conocidos y que nunca asumirán su responsabilidad, porqué el terrorismo por si mismo es un acto cobarde.
Esperemos que la amnistía sea solo para casos que verdaderamente la merezca y que la Fiscalía actúe sin el miedo que deja ver sus costuras, por el calibre de los apellidos de los actores intelectuales, que son los verdaderos responsables de haberse aprovechado de un Estado donde impera la lenidad con estos señorones y señoronas del mal. Presos los cabecillas, se acabará la angustia de los venezolanos.
Los ciudadanos decentes y de paz, pedimos celeridad en acabar con este estado de terror en que estamos.