1) La experiencia debe servir para algo. No es posible acumularla a través del tiempo y, en el momento menos pensado, dilapidarla. En una actividad como la política, que en buena medida resume la condición humana, la experiencia cuenta mucho y no es algo de carácter testimonial ¿A qué viene esta consideración, se preguntará el lector? A lo que ocurre en el Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv), la formación política más importante del país y, por qué no decirlo, de Latinoamérica. No voy a entrar en consideraciones ideológicas a las cuales, en el universo de la izquierda, se suele recurrir para justificar desviaciones personalistas en la lucha por la conducción. Importa más abordar el tema desde el ángulo de las responsabilidades individuales y de las circunstancias en que se plantean las diferencias que surgen en el complejo mundo del partido, instancia en la que se dirime buena parte de lo que sucede en la sociedad.
2) ¿Acaso no es una demostración de irresponsabilidad -por no decir de inmadurez- que en los actuales momentos de aguda crisis, con múltiples problemas que golpean directamente a los ciudadanos, surja en el Psuv un escarceo polémico que, llevado a la calle, agrega nuevas tensiones a la situación del país? ¿No hay instancias internas donde dirimir el diferendo, o no existe la seriedad indispensable para evaluar los efectos explosivos que provocan las actitudes de calificados dirigentes del proceso?
3) Tanto los pasos dados para difundir situaciones que deben tratarse con responsabilidad y prudencia, y la reacción de apelar a procedimientos como la suspensión de militancia, tribunales disciplinarios, que históricamente demostraron que nada resuelven, sino que complican los problemas, es algo que presagia graves desarrollos futuros. La experiencia es lapidaria con el ejemplo de grandes partidos que se consumieron en sucesivas divisiones cuando creyeron hallar en la “justicia partidaria” o en pronunciamientos de importantes dirigentes, la solución a situaciones que requerían tratamiento distinto.
4) La relación entre lo que sucede a lo interno del Psuv y la conjura nacional e internacional que afronta el gobierno de Maduro, que pone en peligro la seguridad de la nación, es lo más importante actualmente. Si la conspiración tiene la magnitud que se le asigna, si está en peligro la estabilidad institucional y el propio destino nacional, ¿por qué actuar como viene sucediendo?
5) Soy chavista, con independencia para analizar y opinar sobre el acontecer nacional. Defiendo, sin ambigüedad, el actual proceso de cambio. Con la firme determinación de asumir su defensa en todos los terrenos. El primer deber de un ciudadano comprometido, en las circunstancias por las que atraviesa Venezuela, consiste en tomar en cuenta -de manera prioritaria- la emergencia. Defender los logros políticos, sociales e institucionales alcanzados hasta el presente y cumplir y desarrollar a fondo la Constitución bolivariana que consagra una nueva democracia y facilita la participación del pueblo, como nunca se dio. Todo lo cual es algo que está por encima de cualquier otra consideración, personal, política, ideológica. Caminamos sobre vidrios rotos. Lo que implica un mayor compromiso de dirigentes y dirigidos con valores como la prudencia, la lealtad, el respeto a la legalidad. Es el momento de declinar visiones particulares y de exaltar lo colectivo. De no dejarse distraer por la obsesión de la inmediatez y proyectar, tanto la mirada como la acción, hacia el futuro. Es la obligación de todos. Por igual.
Laberinto
Un comentario en mi programa por televisión sobre la actitud de los servidores públicos, tuvo repercusión. Las denuncias sobre la pésima atención al público, la indolencia y desprecio hacia el ciudadano, se multiplican. Lo que indica que toqué un tema sensible: la realidad que viven las personas que contactan con la administración pública, condenadas, prácticamente, a la indefensión…
Se trata de un problema político y cultural que arrastra el país. Proveniente del pasado. Que se acentuó durante la IV República y que, como herencia maldita, se mantiene en el gobierno bolivariano. ¿Qué hacer? ¿Cómo lograr que el servidor público se sensibilice y entienda que el cargo que ejerce es para servir y no para servirse de él? Dura tarea que hay que emprender con urgencia. Porque el fenómeno está afectando a la democracia y al Estado ya que la gente, decepcionada, descarga sobre éstos toda la responsabilidad…
Quiero agregar que esta situación también se manifiesta en el ámbito privado. El correo de un observador hace hincapié en lo que pasa en la empresa privada, bancos, aseguradoras, empresas de servicios, reproducen lo que sucede en el sector público. Por eso la autocrítica tiene un doble canal…
Frase: el exvicepresidente de EEUU, Dick Cheney, quien hizo llave con George W. Bush para la invasión criminal de Irak, pronunció estas palabras para la historia: “Mis pensamientos y mis plegarias están con los pozos de petróleo iraquíes” (Claro, al genocida no le importa la muerte de miles y miles de seres humanos, de desplazados y la destrucción de la riqueza cultural del país)…
Insensato decir que Nicolás Maduro no tiene liderazgo, cuando todos los sondeos de opinión señalan lo contrario; pero aún más temerario resulta afirmar que su presidencia ha generado vacío de poder. Esto último es expresión favorita de sectores de la oposición, ¿por qué coincidir con ellos? Es decir, avalar una mentira…
Lo que deliberadamente ignoran aquellos medios de comunicación metidos en la conspiración, tanto interna como externa, para no molestar a ciertos compañeros de ruta en la aventura desestabilizadora, son casos como este: El Congreso peruano aprobó la acusación contra el expresidente Alan García por corrupción al haber usado indebidamente el derecho presidencial de otorgar indultos y conmutar penas a reos condenados por narcotráfico. García no pierde oportunidad de disparar contra el gobierno y contra Venezuela (es la actitud propia de un inmoral)…
Como la clase política que domina España no sale del asombro ante el éxito electoral del partido Podemos, que dirige Pablo Iglesias, y teme el auge que le auguran los analistas, inventa que el movimiento es subsidiado por el chavismo. Como siempre repiten lo que supuestamente hace el avestruz ante el peligro: meter la cabeza bajo tierra. Lo repiten sin pudor…
Para iluminar lo que pasó en las recientes elecciones colombianas, copio lo que escribe el excelente columnista de la revista Semana, Antonio Caballero: “Está muy bien que hayamos votado por Santos para impedir el regreso de Uribe. Pero sería estúpido olvidar quién es Santos. Y no tener en cuenta que para él resulta más fácil, más natural, pagar con mermelada que cumplir promesas que implican serias reformas. La paz, sí, la paz. Pero la necesaria firma de acuerdos con las guerrillas no es la paz, sino apenas la posibilidad de la paz. La paz verdadera necesita esas reformas, que contradicen la mitad de lo que Santos es. Encrucijadas en el alma, llamaba a sus ventoleras interiores el lírico psicópata Álvaro Uribe. A ver cómo resuelve ahora esos vientos cruzados exteriores el pragmático Juanpa”. Veremos -digo yo- qué pasará en el vecino país cuando se extremen esos “vientos cruzados”. Ojalá y todo salga bien para el sufrido pueblo colombiano…
Un periódico al servicio de la conspiración elaboró un plan para meter una cuña entre Maduro y la Fanb. Ya comenzó.