La idea o ideas que conjuntos de personas expresan de un hecho o fenómeno, sin que para su elaboración haya intervenido la observación o la reflexión (y, por extensión el comportamiento derivado de dichas ideas). La ideología y el comportamiento estereotipados son concebidos aquí como un fenómeno social que tiene sus raíces en el ejercicio del poder y del dominio de las clases explotadoras, que se ven en la necesidad de hacer valer sus razones (= sus interés) por medios que falsean el proceso de conocimiento objetivo y permiten la manipulación masiva de la opinión publica.
Los estereotipos son componentes básicos de los prejuicios raciales y del dogmatismo. Sin embargo, el estereotipo no constituye forzosamente una idea falsa en si, aunque con gran frecuencia lo es (o bien se trata de una verdad a medias). La falsedad se encuentra en el proceso de elaboración: concepciones calcadas de textos, discursos o periódicos, tomadas prestadas de conversaciones, emisiones de radio o televisión, del cine, etc.
En las sociedades donde los medios de información y propaganda han creado una deformación en los hábitos del público, una gran parte de la sociedad responde a situaciones determinadas con opiniones o actitudes estereotipadas. Las clases en el poder, al fomentar este hábito, crean un medio sutil para frenar el desarrollo de una conciencia verdadera y revolucionaria. Por esto Bertold Brecht afirmo, cierta vez, “que la propaganda para que las personas razonen y piensen por cuenta propia, en cualquier campo que se haga, siempre sirve a la causa de los explotados”.
Por eso, desde esta humilde trinchera los invito a romper los lazos de casta, credo y raza y desintegrarlos, ya que son estrategias motorizadas a resemantizar los lenguajes desde los centros hegemónicos de poder.
