Diálogo o violencia

Considero que llegó el momento de reanudar el diálogo

1) Considero que llegó el momento de reanudar el diálogo. Las circunstancias que vive el país lo permiten... y lo reclaman. No hay razón alguna que justifique, primero la suspensión de las conversaciones con motivo del chantaje de un sector de la oposición que convirtió la ruptura en bandera política, y, luego, que no se haya reiniciado hasta ahora. Está claro que el esfuerzo que se hizo para montar la mesa de diálogo, con ocasión del llamado de Nicolás Maduro al acceder a la Presidencia, sembró esperanzas en los venezolanos, y, por consiguiente, no se debe olvidar. Dos factores claves de la política nacional dieron un primer paso para la recomposición de su relación, pero tal esfuerzo se vio afectado por la crisis en la oposición. Finalmente, en el marco de una tensa situación que presagiaba la violencia que se desató a partir de febrero, ocurrió el retiro de la oposición con justificativos inconsistentes. En el fondo se impuso lo que estaba planificado por la derecha, ya que el dilema en Venezuela es claro: diálogo o violencia.

2) Esa determinación perturbó el proceso de diálogo que había comenzado con tantas dificultades, contribuyó a enrarecer el clima político y sirvió de combustible para alimentar la violencia en la calle. Los funestos resultados de aquella situación los conoce de sobra el país, que ahora se opone masivamente a que se repita. Desde luego, salvo aquellos grupos que no renuncian a la aventura y tienen como política acabar con las instituciones democráticas y derrocar al gobierno electo por el pueblo. Pero el clima cambió. La mayoría repudia la violencia y salidas extraconstitucionales. Quiere debate democrático. Ejercicio pleno de los derechos ciudadanos. Respeto a las diferencias. Recuperación de la economía. Paz. Y está consciente de que para alcanzar esos logros es fundamental dialogar en el ámbito del Estado de derecho. Sin cartas marcadas.

3) En este sentido importa señalar que la situación se está aclarando. Los violentos tomaron los atajos y facilitaron, con esa actitud, el despeje del escenario para que los que sinceramente creen en el diálogo y en la vía cívica para dirimir diferencias y proyectos de país retornen a las instancias donde se hace la política democrática, sin el temor a chantajes. En la oposición se dan cambios importantes. Hay deslindes que deben valorarse. Sectores que ya no aceptan presiones de poderes fácticos. Que quieren participar con el propósito de buscar entendimientos en torno a la solución de los más importantes problemas del país, que son los de la mayoría nacional. Voces que provienen de Acción Democrática, Primero Justicia, Un Nuevo Tiempo, el MAS, Copei, hay que escucharlas sin prejuicios. Por ejemplo, un diputado de AD como Édgard Zambrano plantea reactivar la mesa de diálogo y le pide al presidente Maduro que la impulse de nuevo. Sería torpe ignorar esas voces, no evaluarlas con seriedad. Lo cual no significa hacer concesiones en materia de principios ni nada por el estilo, sino responder al clamor de diálogo de los ciudadanos. Es momento de aperturas. Como corresponde a la distensión que se abre paso. Que sirve para repotenciar la política democrática y para hacer frente a cualquier nueva aventura que surja.
 
Laberinto
 
LA CAMPAÑA para descalificar globalmente a la justicia venezolana, con clara intención política, comenzó a través de foros, escritos, declaraciones de prensa. Su finalidad es empañar la imagen del Gobierno bolivariano. La práctica es conocida: se escoge una institución -en este caso el Poder Judicial- y se descarga sobre ella un arsenal de infamias y falsedades. Todos los miembros de la administración de justicia, desde el Tribunal Supremo hasta el último juzgado, son corruptos. ¿Qué se pretende con esta ofensiva? Desmoralizar a los funcionarios, difundir en el país y, sobre todo, en el exterior, una imagen velada por la corrupción o la subordinación política…

¿POR QUÉ? Porque los tribunales no dictan las sentencias que los promotores de la campaña quieren. Porque no se pliegan a las presiones de ciertos bufetes. Porque deciden en contra de conspiradores y golpistas, en defensa del orden constitucional…

¿HAY VICIOS en el Poder Judicial? Claro. Tienen vieja data y hay que extirparlos. Como los que proliferaron durante la IV República, auspiciados por escritorios privilegiados y jueces que firmaron infinidad de boletas en blanco para allanar hogares de adversarios del régimen. Los autores de la campaña son conocidos. No luchan por una justicia mejor, sino por la del pasado. La de sus conveniencias…

SIGUE EL Ejército israelita masacrando palestinos. Repitiendo el modelo nazi. ¡Qué vergüenza!...

PERO UNA vez más queda demostrado que no basta la fuerza para avasallar a un pueblo. Los judíos lo saben mejor que nadie. Ahora su Gobierno está en aprietos: repudiado por la comunidad internacional y con crecientes reacciones de rechazo en su propio territorio. Además, ha topado con una resistencia que no esperaba. En la invasión a Gaza de 2008 murieron 11 soldados israelitas; ahora, en cuatro días, han muerto 25 soldados, 53 han resultado heridos y hay varios desaparecidos…

POR si fuera poco el oprobio para el Gobierno de Israel de esta operación militar, está el estigma de haber asesinado durante el ataque de su ejército a Gaza a 121 niños palestinos. Una infamia imperdonable.

 



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José Vicente Rangel

Periodista, escritor, defensor de los derechos humanos

 jvrangelv@yahoo.es      @EspejoJVHOY

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