Me decidí a escribir estas menudas letras después de haber escuchado al comandante Chávez en Copenhague, el 17-12-2009 en un encuentro con mayoría de jóvenes y un grupo de adultos mayores. Lo hago con una flecha en el corazón, con la tristeza del que ve un bello horizonte pero no consigue la nave para llegar a esa meta, a ese destino del mejor bienestar nacional. Les confieso que trato de no escuchar muy seguido a nuestro querido comandante pues me embarga el desencanto producto del choque entre esperanza y la cruda realidad de los hechos. Los camaradas que vierten sus opiniones en esta ventana libertaria de Aporrea.org. lo han dicho casi todo. Y ningún alto funcionario del gobierno se siente aludido, viven en la burbuja de las mieles del poder, hacen como el avestruz, miran para otro lado, nos llaman “izquierdosos trasnochados” y etc. Nuestro presidente inmortal hablaba en esa conferencia de Dinamarca de las virtudes ideológicas del Che Guevara, de Rosa Luxemburgo, de Mariátegui y hasta de Tupac Amaru, de Fidel, en fin, discursaba sobre SOCIALISMO para el siglo 21 y la esperanza de un mundo mejor dirigido por jóvenes revolucionarios para tratar de vencer al infernal capitalismo y su bastión mayor, el imperio estadounidense.
Fue claro al condenar frontalmente al imperialismo y al neoliberalismo que está destruyendo al planeta. En aquella memorable reunión de la inútil ONU fue capaz de espetarle en su cara al genocida George W. Bush, que su presencia en la tribuna oratoria había dejado un fuerte olor a azufre. Chávez siempre se ocupaba de la parte ideológica, de la motivación a combatir al capitalismo personalizado por la burguesía parasitaria de nuestro país y su afán por entregarles nuestras riquezas petroleras y mineras a las transnacionales gringas, especialmente. Sus discursos fueron, en esencia, la filosofía práctica del socialismo bolivariano. Nadie espera que nuestro actual presidente sea muy parecido a Chávez, claro que no, sería absurdo, lo que si esperamos es que se mantenga el discurso socialista y la guerra a los desastres que en las clases sociales medias y bajas ocasiona la burguesía facista y parásita que nos arropa hoy más que 10 años atrás. La estrategia comunicacional sigue como en los días que Chávez reclamaba un giro para contrarrestar la famosa guerra de cuarta generación que lideran los medios del mundo y del país. Nada ha cambiado, al contrario, se instauró la censura a los que no piensan como los reformistas que rodean al señor presidente.
El canal TVes, rescatado de gente ultraderechista, hoy es dirigido por un farandulero que sin inmutarse dice que tener una Hummer no es malo, que ser rico no es malo. Parece un canal dirigido por Osmel Souza y Cisneros. Y el presidente Maduro no toma acciones para poder tener una buena herramienta de contraataque. Por otra parte, hay mucho descontento nacional por la misteriosa desaparición de los carros en los concesionarios, ningún ministro dice nada. Y los carros chinos fueron "secuestrados" por los militares pues sólo le llegan a ellos, a sus familiares y amigos y nadie dice nada. En la administración del comandante Chávez se cometían errores graves como el desfalco a CADIVI y otros de menor cuantía, pero había una diferencia: el comandante tomaba acciones radicales y se corregían los entuertos. Los ministros muy amigos fueron cómplices de esos errores, como Giordani, Merentes y otros que engañaban a un líder preocupado las 24 horas por ayudar a los más necesitados.
Tenía muchos frentes que cuidar pero escuchaba al soberano y tomaba acciones. Descartó totalmente el diálogo con la derecha apátrida y asesina. Hoy retrocedemos y se abre la válvula de los dólares a gente que nunca se sacia de especular, de robar, de engañar con importaciones fraudulentas y precios exorbitantes. Hoy no conseguimos una piche batería de carro por la desidia del ministro correspondiente; hoy un aire acondicionado de 12.000 BTU cuesta entre 18.000 bs.(en Punto Fijo) y 56.000 bs en EPA o cualquier comercio del ramo. Ese aparato costaba menos de 3.000 bs en diciembre pasado, cuando el paroxismo de unas fiscalizaciones que no sirvieron de nada, pues los comerciantes ladrones ahora multiplicó la usura por mil. Ya no se habla de los discursos pedagógicos del Che Guevara, de Gramsci, de Mariátegui ni de Fidel, ahora se habla de “economía socio productiva”. No sé qué es eso.
La escasez de alimentos y artículos de higiene es una estrategia de la derecha y el gobierno ha sido incapaz de doblarles el brazo, claro, los altos y medios funcionarios son abastecidos a diario por la comparsa que los adula. Nunca voté ni votaré por la derecha, sólo reclamamos que se aplique el rigor de la ley y que no se hagan inmundos pactos con la derecha como el caso del asesino Simonovis. ¿Cuántos votos costará ese infame acuerdo? ¿Por qué el alto gobierno no dice ni pío al respecto? ¿Por qué el asesino Juan Manuel Santos ofende la memoria de nuestro amado comandante en New York al referirse despectivamente al “Castrochavismo? ¿No hay respuesta ante esa rastrera opinión? Qué cosas. Guardaré silencio con el morral de esperanzas que Chávez me dejó. Qué tristeza, comandante. Qué tristeza….