Con esta expresión se recuerda una intervención del Presidente Hugo Chávez en su programa Aló Presidente, en el cual arengaba a sus ministros y seguidores en el sueño que siempre albergó: de construir una sociedad justa y equitativa.
Eran tiempos en que el Presidente de La Republica en primera persona, veía hacer aguas a las iniciativas y propósitos que tomaba para definir políticas y acciones, que redundaran en beneficio de las mayorías necesitadas.
Su preocupación y desesperación lo llevaron en ese conversatorio semanal con el pueblo, a dejar esta expresión en la mente de todos sus interlocutores "Eficiencia o Nada" y lo hizo para autocriticarse públicamente, por la ineptitud y flojera que notaba en la conclusión de tal o cual obra o acción que ordenaba como máxima autoridad, a sus equipos de trabajo.
Hoy sigue latente y vigente esa expresión con altísimo sentido de pertinencia, pues ya es hora de enderezar las cargas y sacar adelante este país, han transcurrido quince años de gobierno (tres periodos) cuando eran de cinco años el mandato.
Es de suponer que la eficiencia exigida por el presidente Chávez en su oportunidad, estaba enmarcada por múltiples variables; en este proceso político encabezado por Chávez, Venezuela ha experimentado la más alta rotación de equipos ministeriales que se haya conocido.
Otro signo que apunta a la ineficiencia es el reacomodo, fusión, desaparición, cambio y aparición de nuevos ministerios, experimentando el mecanismo de ensayo y error, con poco éxito.
Son quince años jugando a cuadro cerrado con casi los mismos jugadores, solo cambiados de posición, por eso resulta hasta ilógico que el pícher termine siendo quécher o campo corto y viceversa, aquí se impone la máxima "ser eficiente ya no es una ventaja, es un requisito"
No se puede ser eficiente mientras no se ponga la mira fija hacia el horizonte que se tiene al frente, no puede vivir diariamente un equipo de gobierno mirando por el retrovisor y echándole la culpa a los cuarenta años de la anterior Republica, que ya han pagado su ineptitud con el espaldarazo que el pueblo venezolano le brindó a Hugo Chávez y su proyecto político y ahora al Presidente Nicolás Maduro.
Y hay espejos para mirarse, Cuba cincuenta años después de revolución, reconoce en la persona de su Presidente Raúl Castro, quien en varios escenarios y actos políticos, le ha manifestado al pueblo cubano que ya es hora de dejar de seguir achacándole las culpas de la ineficiencia para producir y hacer bien las cosas, al bloqueo económico impuesto por los Estados Unidos, acción por lo demás absurda e inhumana; Cuba va camino a eliminar la tarjeta de racionamiento de alimentos y los altos subsidios, además acaban de aprobar una novedosa ley de inversiones extranjeras, que permitirá la entrada de capitales para la inversión y dinamización de su economía y se está abriendo a la Comunidad Económica Europea.
Al Presidente Nicolás Maduro le queda como diría un buen cristiano, hacerse un acto de contrición, analizando a profundidad la actual situación que casi todas las encuestas están midiendo, y sin temor alguno, entrarle a un proceso de Revisión, Rectificación y Reimpulso, que puedan traer como consecuencia un gobierno eficiente.
Cuando el Presidente Chávez habló de las tres R, no lo hizo para capitular ni mucho menos para un armisticio, lo hizo para arrear las banderas de un nuevo proyecto político – económico, que trajera felicidad y prosperidad a todos los que habitan en esta tierra de gracia.
Lamentablemente quince años después no se ve luz en el túnel, y hay quienes ilusoria o intencionalmente siguen creyendo que aún falta tiempo para enderezar las cargas, sin percatarse que ya van quince años ininterrumpidos de gobierno, con una bonanza petrolera nunca vista, con mayoría parlamentaria, con casi todas las alcaldías y gobernaciones chavistas, lo que amerita ser reflexivo, consecuente y sensato para que haya: eficiencia o nada….!
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