Venezuela atraviesa por una crisis general en todos los órdenes de la vida económica, política y social. Jamás había vivido el país en una opacidad de estadísticas públicas, que impiden realmente saber lo que está pasando.
Los entes públicos encargados de producirlas, están languideciendo y lo poco que producen no tienen autorización para que cualquier ciudadano acceda a ellas, pues se ha convertido en información clasificada como "confidencial"
Por eso, entes tan importantes y serios como El Banco Central de Venezuela (BCV) y El Instituto Nacional de Estadísticas (INE), ya es muy poca la información oficial que suministran a la colectividad que la requiere, con fines de estudio o para planificar y formular políticas bien sea en lo público o privado.
Reseñaba la prensa nacional que recientemente el BCV se vio obligado por ley y por compromisos institucionales a suministrarle al Fondo Monetario Internacional una serie de información económica del país, la cual venía siendo solicitada desde hacia doce años, pero había resistencia y órdenes superiores a suministrarla.
Y ahora pareciera que el país se está acostumbrando a recibir mensualmente la información sobre el valor de la cesta y canasta básica alimentaria, que produce una institución privada y que desde hace muchos años lo viene haciendo, porque el ente oficial autorizado y responsable de producirla y difundirla brilla por su ausencia.
No es casual la oscuridad informativa de las estadísticas vitales del país, por eso a cualquier funcionario público cuando se le consulta por tal o cual información o cifras, fija su mirada en el techo como buscando ser iluminado para decirlas y espeta cualquier valor, como para salir del paso y que puede ser cierto o falso, porque no hay forma ni manera de cotejarlo con la información oficial.
Por ello surge la necesidad de que las universidades, centros de investigación o cualquiera otro tipo de organización, promuevan la creación y puesta en marcha de un observatorio agroalimentario nacional, que pueda producir, procesar y difundir estadísticas agrícolas y pecuarias, que cubra todo el espectro agroalimentario y supla del servicio a los interesados.
Es triste y lamentable visitar la web de un organismo oficial para averiguar series estadísticas por ejemplo de cualquier cultivo y no encontrar absolutamente nada, cuando en cualquiera de los países vecinos, tiene al alcance de la internet los requerimiento de información completamente actualizadas.
Esta situación no tiene absolutamente ninguna justificación, y mas bien por el contrario deberían existir publicaciones electrónicas que permanentemente estuvieran suministrando este valioso insumo, para la planificación y el seguimiento a las políticas que el gobierno implementa en tal o cual área.
Quienes trabajan en la planificación tendrán que seguir haciendo malabarismos, infiriendo en muchos de los casos y buscando a amigos que bajo cuerda le suministren alguna información casi que secreta, y que el gobierno entienda que por ley y por transparencia pública debe ser una norma difundir las estadísticas básicas del país, mientras se espera aparezca una institución que se encargue de estos menesteres y se convierta en un verdadero observatorio nacional agroalimentario.