El pueblo Juan Bimba

En el imaginario del pueblo venezolano aún está presente ese personaje llamado Juan Bimbas, usado en Venezuela para simbolizar a la persona como tonta.

Y pareciera que los políticos y sus organizaciones así se lo han creído históricamente, pues sus actuaciones diarias no dejan duda de tal epíteto.

La polarización política que vive el país, y que cada día se hace más notable en todos los ordenes no deja duda alguna, desde la cotidianidad común del pueblo hasta la decisión de mayor tenor en cualquiera de los órdenes de la nación, está permeado de polarización, no hay acción que se ejecute sin este ingrediente.

Y lo negativo de ello es que las consecuencias de tal situación la paga el pueblo, El Juan Bimbas, en quien recae todo ese accionar político nacional, regional o local.

En cualquier pueblo del país es común observar la chorrera de obras de carácter público inconclusas por la diatriba política, y que en definitiva a quien afecta es al pueblo de a pie, al común de la gente que tiene que bregar día a día para llevar el sustento a su familia.

Es mentira y está comprobado que ese axioma de que la única forma de avanzar en una gestión eficiente para goce y disfrute del pueblo, pasa por la condición de que haya un solo gobierno en todo el estamento ejecutivo nacional, estadal y municipal, además que de ser cierto, contradice el sentido de democracia.

Hay ejemplos que saltan a la vista, como ver en un pueblo y casi en escombros una estructura donde se comenzó a construir el terminal de pasajeros, obra de carácter público y de una utilidad que no tiene discusión, para elevar la calidad de vida de la comunidad, léase pueblo.

Y qué ha pasado? Que se comenzó a ejecutar el terminal de pasajeros con un alcalde afin al gobierno nacional, pero cuya capacidad de gestión rayaba en la ineptitud supina, lo que unido a un gobernador de oposición al gobierno nacional, produjo el resultado de este elefante blanco paralizado, y ahora cambia la correlación de fuerzas políticas: la alcaldía esta en manos de un opositor al gobierno nacional y estadal, y como dice el pueblo en su lenguaje llano, ahora si que nos jo…… pues cuando no nos agarra el chingo nos agarra el sin nariz.

Este es el drama que vive permanentemente el país, con las consecuencias que a la vista están, una acelerada pérdida de calidad de vida por la diatriba política, que no permite avanzar y consolidar infraestructuras de vital importancia para las comunidades, con las cuales se les brinde servicios públicos pulcros y de calidad, y no las pocilgas que hoy existen, donde al ciudadano se le ofrece un servicio inhumano y pareciera que se le sigue viendo como habitante.

Aquí es donde tienen que jugar un papel preponderante los políticos de altura, los que vean al pais como unos verdaderos estadistas, donde haya confrontación política pero también tolerancia y visión de futuro hacia qué destino quieren llevar al pueblo.

El pueblo no puede seguir pagando esta maquiavélica situación donde se están perdiendo extraordinarias oportunidades de elevar la calidad de vida del ciudadano para no seguir siendo el Juan Bimbas de siempre.



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Juan Alberto Sánchez García


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