Masificar la producción de alimentos: desafío del 2015

El año 2015 se vislumbra como una coyuntura que se caracterizará por intentos de los enemigos de la patria de debilitar la revolución bolivariana. Bueno, en honor a la verdad ese esfuerzo ha sido sostenido desde hace 15 años. Ellos volverán a mostrar sus fauces para tratar de engullir cual tiburón a su presa. Ante tales circunstancias todas las instituciones que tengamos como instrumento estratégico el Plan de la Patria, guía maestra legada por el Comandante Hugo Chávez, tenemos la responsabilidad de enfrentar los propósitos antipopulares potenciados desde Estados Unidos.

Particularmente, es evidente la crisis desatada por el acaparamiento y la especulación de los alimentos y ante tales circunstancias urge que el Gobierno Nacional, las Gobernaciones, las Alcaldías, las Comunas y los Consejos Comunales declaren la necesidad de masificar la producción de alimentos y ocupar todos los territorios ociosos con tales fines, aplicando incluso un impuesto predial a los espacios improductivos. Para ello es fundamental multiplicar los esfuerzos para apoyar a los campesinos en su tarea histórica de luchar por garantizar la seguridad y la soberanía alimentaria del país.

Tratándose de un asunto de seguridad de Estado y como derecho humano e interés social, la producción de alimentos y su distribución tiene que ser encarada por todos con la seriedad del caso. Para eso debe ser la revolución, para transformar esta realidad adversa que atenta contra el pueblo venezolano y puede debilitar los cimientos del gobierno bolivariano. La Vicepresidencia para la Seguridad y la Soberanía Alimentaria y todas las instituciones adscritas tienen la palabra: impulsamos la revolución agraria o nos aniquilarán por no haber cumplido con el Plan de la Patria. Más allá del discurso, de lo que se trata es agarrar la escardilla y abrir los surcos a lo largo y ancho del país para que podamos llevar el alimento a nuestra mesa sin el chantaje que pretenden los especuladores quienes se están dando el lujo de vender impunemente los alimentos al precio que les da la gana.

La masificación de la producción de alimentos tiene que ser la política para enfrentar el acaparamiento, la escasez y la especulación. Esperamos que los jefes políticos e institucionales sepan ver las prioridades.


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Salvador Camacho


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