Dijo el patriota mejicano, Benito Juárez: “El respeto al derecho ajeno es la paz” Es una de las frases o pensamiento más fácil de comprender si activamos el sentido común, la mínima inteligencia, la mínima conciencia ciudadana.
Si queremos una auténtica revolución de inspiración socialista, bolivariana, debemos apegarnos a ese contexto, a respetar la libertad de expresión de los que pertenecemos a un mismo colectivo ideológico. Si alguien salta la talanquera en una tolda política entonces esa persona no sabe realmente que es lo que quiere, no tiene conciencia de lo que repite, es una marioneta, no es confiable. Pero si veo que hay contradicciones, fallas diversas, errores de fondo y de forma entonces tengo derecho a expresar mi inconformidad con tales hechos y ese derecho es inalienable. El comandante Chávez repetía: “Irreverencia en la discusión y lealtad en la acción” Eso está clarísimo, es de elemental comprensión y no entenderlo es una torpeza.
Los revolucionarios nos espantamos al solo pensar la posibilidad que volvamos a gobiernos de ultraderecha, sería la tragedia del siglo 21. Estamos en un proyecto político planteado por el presidente Chávez que sabemos no es de fácil aplicación pues en verdad es una lucha entre David y Goliat, pero tenemos el derecho a soñar con un país mejor, con justicia, sancionando la corrupción pública y privada sin distingos de personas o clanes políticos. La impunidad nos está erosionando la moral nacional, la confianza en los poderes del estado y eso debe ser una preocupación prioritaria y una ocupación de urgente acción. De eso se han escrito millones de palabras por este portal de Aporrea pero el eco en las autoridades ha sido pírrico.
Unos camaradas han señalado errores graves en la administración pública y han sido censurados desde el comienzo de este período gubernamental (cosa que no hizo Chávez pues no evadía el debate). El connotado analista Vladimir Acosta fue uno de los primeros y le siguieron otros en la lista. Aparece el colectivo político Marea Socialista y de inmediato es satanizado por sus análisis en crítica constructiva. Yo no pertenezco al mismo pero no puedo aceptar que unos camaradas preocupados por la grave situación que atravesamos sean condenados a la hoguera de Torquemada por disentir en aspectos muy relevantes en los temas de la corrupción y la política económica del gobierno, eso es vulgar censura estalinista, no podemos caer en ese pozo de retaliaciones, vamos a sentarnos a debatir con ellos sus propuestas y tomar de allí lo que ayude a revertir la coyuntura adversa que vivimos. ¿Eso es difícil de entender? El comandante eterno insistía en la unidad, lucha y batalla para alcanzar la victoria y la unidad no es censura, satanización y descalificaciones, la unidad es sentarse a dialogar entre nosotros (y no con la oposición vendepatria, por cierto) y obtener de cada quien lo mejor de su pensamiento, de su autocrítica. Sin autocrítica no hay progreso, eso es definitivo.
O rectificamos esas conductas retaliativas contra los camaradas irreverentes o seguiremos por el despeñadero. La patria es de todos y tenemos derecho a disentir. Los camaradas de Marea Socialista lo que desean es incorporarse a la arena política para alcanzar algunos escaños en la próxima Asamblea Nacional y expresar sus propuestas revolucionarias, ellos apoyan al presidente Maduro, según lo han publicado, no quieren un golpe de estado ni llevar un reemplazo a la presidencia, no, solo quieren expresar sus ideas en el parlamento, más nada.
¿Cuál es el drama? ¿Qué prefieren los que se oponen a esa opción, que más opositores ocupen curules para sacar al camarada Maduro de Miraflores? Coño, no seamos tan fanáticos, apliquemos el sentido común, reforcemos la unidad, queremos mayoría en la venidera Asamblea Nacional que la tenemos en pico é zamuro. ¿O miento?
