Nuevamente el fascismo arremete contra Venezuela

Los últimos acontecimientos ocurridos en el país, a raíz del inicio de una oleada de agitación callejera, mediática y cibernética, usando como pretexto la lamentable muerte de tres jóvenes venezolanos y su conductor particular, demuestran lo que muchas veces se ha dicho, la derecha "venezolana", nunca va a desistir de su afán por destruir el proceso revolucionario que vive nuestro país y aprovechará cualquier circunstancia para conseguir ese objetivo.

El panorama es claro, se ha retomado la agenda desestabilizadora usada por los agentes políticos de la oligarquía venezolana, que al mismo tiempo es hartamente sabido que opera al servicio del gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica, siendo financiada y dirigida por este gobierno extranjero.

Ahora bien, el momento no debe ser dejado pasar por alto, ni tampoco podemos limitarnos a la interpretación habitual que se hace desde el chavismo militante de salir "en defensa del proceso", readuciéndose la acción política a participar en una marcha, portar una bandera y gritar algunas consignas. Llego el momento de definir la lucha popular en Venezuela, la actual situación derrota de forma contundente los argumentos y actitudes de las corrientes conciliadoras y pequeño burguesas, abierta o solapadamente reaccionarias, que se encuentran dentro del sector bolivariano, abogan por la conciliación de clases y el acercamiento y complacencia con la derecha oligárquica de este país, dentro de la cual muy probablemente tienen muchos amigos y socios en nombre de una supuesta "reconciliación nacional".

Esta expresión que por lo demás no tiene ningún asidero ya que para reconciliarse, hay que estar conciliado primero y la sociedad venezolana jamás en toda su historia como país ha sido una sociedad homogénea y cohesionada, siempre han existido clases antagónicas, explotados y explotadores, oprimidos y opresores, débiles y poderosos que se han enfrentado durante siglos, desde los tiempos de la colonia, hasta hoy en diversos escenarios sociales.

En este momento debe recordarse a aquellos que luego del referéndum revocatorio quisieron hacer un "borrón y cuenta nueva" en el país, a los que promovieron una política de "piernas abiertas" con todos aquellos que participaron del golpe de Estado del 11 de abril del 2002, a los que fueron parte de la conspiración, a los que contribuyeron al paro- sabotaje petrolero y el lock out comercial, a los que estamparon sus firmas para destruir lo poco que se había logrado de 1999 al 2004 y someter al país a los dictámenes del capital trasnacional y la oligarquía mafiosa de Venezuela, escupiendo en el rostro de los que defendimos los intereses del pueblo venezolano en las calles, haciendo frente a muchas situaciones difíciles y peligrosas.

El contexto político social venezolano, es el de un proceso político progresista que avanza hacia la liberación nacional, a la reivindicación de los pobres, explotados y depauperados de siempre y a consolidar la independencia nacional con miras a la construcción de un modelo socialista que garantice la justicia social, la democracia popular, participativa y protagónica y la soberanía nacional.

Sin embargo, para lograr este objetivo hay que entender que la lucha de clases es el motor que mueve la historia y el contexto socio político que vive el país ha agudizado las contradicciones de clase dentro del país, siendo las clases pobres, explotadas y humildes la principal fuerza motriz del proceso y los sectores de las clases pudientes, secundados por buena parte de las clases medias altas, obedientes ambos de los dictados del imperialismo norteamericano la principal fuerza de oposición y resistencia.

Este hecho que se esta produciendo en este momento, ayuda a desechar cualquier pretensión conciliadora con las clases económicamente poderosas del país, por parte de los sectores más conservadores y reaccionarios del proceso bolivariano que por desgracia tienen mucho poder dentro del gobierno nacional, el parlamento y los gobiernos locales y demostrará también, dentro de la movilización y respuesta de la enorme mayoría del pueblo venezolano en defensa del proceso revolucionario, cual es la verdadera fuerza motriz de los cambios que se han desarrollado en el país y deberán profundizarse en los próximos años.

El presidente Chávez también debe tomar la palabra, no podemos continuar dando concesiones a la derecha, cediendo posiciones vitales, basándonos en una distorsionada concepción de la magnanimidad y sobre todo, dejando en manos de la reacción la mayor parte del aparato del Estado que sigue estando al servicio de los intereses de la burguesía más reaccionaria y en contra del nuevo modelo de país, basado en la idea del socialismo del siglo XXI.

La confrontación de clases es un hecho inevitable e ineludible, la única forma de conciliar con la derecha es entregar el país al imperialismo norteamericano y a la oligarquía nacional que ya ha sido derrotada en reiteradas oportunidades por la enorme mayoría del pueblo venezolano.

Quien niegue esta verdad irrefutable definitivamente no esta del lado de la revolución, y esta engañándose a si mismo y a quienes le rodean. Conciliar es traicionar la esperanza de una nación que sueña con un mejor país, digno, soberano y socialista; ya basta de dar concesiones a la derecha.

Los acontecimientos que vive el país están estableciendo las condiciones para una nueva confrontación, entre las fuerzas de la revolución y el progreso social y las fuerzas de la reacción y la oposición a cualquier proceso emancipador y popular, todo lo demás es una fachada mediática que ya el pueblo venezolano en su sabiduría conoce y comprende muy bien.

Tuliocamacho.ve@gmail.com


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Tulio Camacho

Periodista y analista político

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