"En los delitos de los pobres
Se lavan las culpas los poderosos"
No pretendo justificar acciones que violen principios éticos colectivos, vengan de donde vengan; pero es bueno señalar, a manera de reflexión, que en las sociedades de explotadores y explotados, siempre a nivel de estos últimos, en el ámbito de las mayorías del pueblo llano, es donde se expresa con mayor crudeza, la decadencia de un sistema económico social pervertido.
Los pobres tenemos reservada la última página de la prensa, donde hasta el derecho de ser tratados como ciudadanos, lo perdemos. "Ultimado taxista", "muerto motorizado", "atropellado septuagenario", "muerto por siete puñaladas homosexual", "degollada trabajadora sexual"; en cambio, los que se creen de arriba, ocupan páginas centrales llamadas "Paginas Sociales", (o sea, nosotros no somos sociedad) ¡Ah!, y hasta en las elegantes fotografías aparecen las y los ciudadanos con sus dos nombres y sus dos o más apellidos; "María Antonieta Pérez Dupuy de Machado Zuloaga"; se realizó la boda de Luis Andrés Cisneros Phelps y María Eugenia Brillembourg Velutini .
En honor a la verdad, los pobres también ocupamos la primera página de los periódicos, pero solo cuando conviene por razones de políticas editoriales, o bien para expresar una situación de descontento, o cuando hacemos el papel de extras cinematográficos en cualquier evento político o de entretenimiento, musical y deportivo entre otros.
Lo peor de todo esto es que en esa patética película donde el pobre aparece como víctima y victimario; los privilegiados hábilmente la utilizan para esconder sus responsabilidades. Como bien lo dice un viejo poema:
"La estupidez, el vicio y hasta el crimen
podrían tener su puesto señalado;
las llagas del defecto no se ven
si las cubre un diamante bien cortado"
Las llagas del capitalismo, la pestilencia burguesa, no la vemos porque se perfuma en confortables oficinas de bachaqueros históricos que llevan más de un siglo en esa labor. Primero bachaqueando a la sombra del tirano Juan Vicente Gómez, con las concesiones petroleras, para luego ser revendidas a los consorcios estadounidenses y europeos. Después, siguieron bachaqueando los recursos del Estado, disimulando una actividad de buhonería de alta alcurnia bajo el elegante nombre de empresas importadoras. Bajo esa modalidad crearon grandes centros de distribución de su bachaqueo, con nombres muy bonitos como: C.C. Caribbean Mall, Centro Sambil, Metrópolis Shopping Center, Plaza Mayor, Ciudad Comercial "La Cascada"; donde no utilizamos la frase popular: "Tengo que morir con los bachaqueros"; utilizamos una expresión mas cónsona con la categoría; "Me voy de shopping".
Y así siguieron bachaqueando presentándole al Estado, mega proyectos industriales de infraestructura, complejos habitacionales que solo quedaron en la ingeniería después de recibir el financiamiento.
Fueron tan descarados que hasta entidades bancarias crearon con el puro bachaqueo del erario publico nacional; bachaquearon con las divisas, hicieron negocios de bachaqueo con las devaluaciones, a fuerza de bachaqueo compraron periódicos, cadenas de radios, televisoras, empresas aseguradoras, se convirtieron en (Gente del Petróleo) comerciantes del petróleo; amén de una vasta cantidad de desempleados políticos, que después de 16 años sin tener el control gubernamental , siguen gozando del recurso obtenido por su actividad de bachaqueo.
Ha pasado siempre que en los delitos de los pobres se lavan las culpas los poderosos y ha sido tan cierto, que con su fábula de la "eficiencia privada", hasta muchos pendejos caemos, convencidos de su excelencia empresarial.
Salvo honrosas excepciones del sector privado, que sí se les puede llamar sector productivo y se les tiene que brindar el apoyo para su desarrollo, la inmensa mayoría del sector empresarial privado, ha sido históricamente bachaquera; engrosada por revendedores de productos importados que nuestros trabajadores fácilmente pudieran producir aquí. Es triste ver que en la captación de divisas solo un 4% aporta el sector productivo privado; unido esto a la larga lista de empresas y bancos desfalcados por sus ineptos propietarios y gerentes.
Hoy todos ellos dramatizan "horrorizados" de las inmensas colas de los pobres buscando detergente o harina precocida y de la actividad ilícita de otros tantos hermanos de clases en acuerdo con empleados corruptos, sustrayendo gran parte de los productos para ser revendidos a precios descaradamente exorbitantes.
¿De que se horrorizan?
Simplemente los pobres están haciendo lo que los ricos le enseñaron: bachaquear.
Ningún país del mundo se desarrolla a expensas únicamente de vender su materia prima y con un sector empresarial dedicado fundamentalmente al bachaqueo
El reto de todos es cambiar esa realidad; ¿Cómo? Impulsando y masificando la cultura de la manufactura, de la transformación de materia prima; desde los espacios micro, familiares hasta niveles económicos superiores que permitan ir reduciendo los "negocios" de intermediarios, de gestorías, de lobby, de acaparadores, especuladores, en fin de bachaqueros.
Abrebrecha y después hablamos